Rouret mostró su vigencia en Centenario

Ganó la quinta del certamen anual. También festejaron Urquilux y Lautaro De la Iglesia.

CENTENARIO (AN) – Cristian Rouret largó mejor, le arrebató la vanguardia a Marcelo Zóttele y así definió a su favor la final de la categoría de 125 cc., con la que se cerró la prueba del certamen anual de kárting con caja que se desarrolló ayer en el kartódromo de esta ciudad. Martín Urquilux, en 200 cc., y Lautaro De la Iglesia, en 50 cc., también se anotaron como ganadores.

Esta quinta fecha del certamen de kárting con caja que lleva adelante la Asociación de Pilotos de Kárting de Catriel (APKC), , tuvo un accidentado desarrollo y desnudó algunas falencias de organización que deberán estar resueltas para las próximas pruebas.

El accidente que protagonizó Leonardo Kamman, en la primera serie de 125 cc., produjo un gran retraso en la programación porque hubo que esperar que retornara la ambulancia que trasladó al piloto hasta el centro asistencial. Se perdió más de una hora y media, y en definitiva, no se corrieron las segundas series de todas las divisiones. (Ver aparte).

En la definición de 125 cc., los protagonistas fueron Rouret y Zóttele, quienes habían tenido un aspero duelo en la serie, que se definió en favor del reginense.

En esta ocasión, Rouret aceleró bien en la partida y aprovechó que Zóttelle quedó patinando, para meterse en la cuerda y ganarle la posición en la primera curva. A partir de ahí fue un monólogo del triunfador.

Lo más interesante atrás lo generaban Damián Pereira, quien después se quedó por problemas mecánicos; Marcelo Campas, a la postre ubicado tercero, y Martín Urquilux, el que largó desde atrás, se fue afuera en su impulso por recuperar terreno, pero terminó en los puestos de avanzada.

En 200 cc. fue un paseo de Urquilux, quien se quedó con la única batería y con la final, de punta a punta. Buen trabajo de Paula Ramidán, que fue su perseguidora toda la tarde.

Uno de los puntos salientes en este divisional fue la lucha entre Sergio Rueda y Ramiro Arceo por el tercer puesto, que en definitiva sobre la misma línea de sentencia quedó en manos del apuntado en primer término.

En 50 cc., también hubo un ganador de largada a bandera a cuadros. De la Iglesia dosificó bien su máquina, controló los embates de Sami Mendaña y festejó con comodidad.

Las clasificaciones fueron:

En 125 cc., 1º) C. Rouret; 2º) M. Zóttele; 3º) M. Campas; 4º) Nicolás Zingoni; 5º) Fabián García; 6º) M. Urquilux; 7º) Jorge López; 8º) Damián La Colla; 9º) J. Revert, y 10º) D. Pereira.

En 200 cc.: 1º) M. Urquilux; 2º) P. Ramidán; 3º) S. Rueda; 4º) R. Arceo, 5º) J. Santoiani; 6º) Gabriela Giménez, y 7º) Hernán Herrera.

En 50 cc.: 1º) L. De la Iglesia; 2º) S. Mendaña; 3º) Marcos Caro; 4º) Emiliano Barosich; 5º) Mauricio Garófalo; 6º) Juan Hernández; 7º) Emanuel Cabrera; 8º) Facundo Akrich, y 9º) Gianfranco Collino.

Un accidente que desnudó las falencias

CENTENARIO (AN) – Leonardo Kamman se pegó un «palo» tremendo en la serie de 125 cc. y quedaron al desnudo varias fallas de organización en el espectáculo del kárting con caja, en esta ciudad.

Kamman se fue afuera en un amplio curvón que se toma a fondo y las máquinas llegan lanzadas a unos ciento veinte kilómetros por hora.

El piloto perdió el control de su kart, dio contra las gomas, fue despedido y volvió a la pista, donde fue embestido por varios competidores.

En el circuito había una ambulancia del cuerpo de bomberos, con un paramédico, sin dudas apta para el traslado de una persona, pero no para su atención en el lugar en caso de un accidente grave. Por suerte estaba entre el público el doctor Osvaldo Nefa, quien orientó las primeras atenciones.

A Kamman, quien presentaba inconvenientes para respirar -entre los elementos no había tubo de oxígeno-, se lo colocó en una camilla rígida y también se le instaló el cuello ortopédico, aunque algunos de los ocasionales «enfermeros» que lo asistían polemizaban sobre si era conveniente ponerselo o no.

De allí llegó a una clínica privada de Neuquén, donde se comprobó que no tenía lesiones graves, en un momento se temió que presentara fracturas, aunque quedó internado en observación, hasta las primeras horas de hoy, por precaución.

Fue un accidente con final feliz, aunque todo lo visto indica que ese saldo fue fruto de la casualidad más que de la prevención. También hay que apuntar a la falta de banderilleros en algunos sectores, que fueron sustituidos por pilotos que no competían en ese momento.

El automovilismo es un deporte de alto riesgo y eso sólo se minimiza con el respeto a las normas de seguridad, tanto para pilotos como para el público.


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