Schlageter murió, pero la causa no evitará el juicio

El suicidio del magnate venezolano acusado de corromper menores no impedirá que los otros dos imputados -Eppstein y Uribe- sean juzgados como partícipes primarios del delito.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El suicidio de Eduardo Schlageter, el magnate venezolano que era principal imputado en una causa por corrupción de menores en Bariloche, puede beneficiar a los otros dos implicados, pero el juicio igual se llevará a cabo. Ocurre que la investigación también los involucra Bernardo Eppstein y Patricia Uribe, como partícipes primarios del delito Cabe recordar que el empresario se disparó un balazo en la cabeza dentro de su residencia. Todo sucedió el viernes, el mismo día que el expediente en el que estaba incriminado fue elevado a juicio oral.

Resta saber ahora si el suicidio del principal acusado alterará los tiempos de la definición del proceso, pero se supo ayer que no hay posibilidades de evitar el debate.

Por otra parte, la esposa del millonario llegó anoche a Bariloche, presumiblemente desde Miami, por lo cual la policía y la justicia se disponían a entregarle el cuerpo.

A Schlageter le imputaban haber abusado sexualmente de cinco niñas de entre 5 y 12 años de edad, mediante una modalidad que configuraría el delito de corrupción, dado que alteraría o condicionaría la posterior conducta de las víctimas ante la cuestión sexual En ese encuadre jurídico quedarían atrapados también Patricia Uribe, por haber reclutado a las niñas víctimas, con promesa de retribución o mediante engaños, y Bernardo Eppstein, el hombre acusado de facilitar a Schlageter una habitación para que se produjeran los encuentros prohibidos, a cambio de una suma de dinero mensual.

Cuando Schlageter se prestó a la indagatoria, con la condición de que fuera el juez quien le efectuara las preguntas, aseguró que las acusaciones en su contra eran «una infamia» Negó que a Eppstein le hubiera alquilado una habitación, y que pagara por ella, aunque reconoció que visitaba la casa de la calle Anasagasti 1.119, aledaña a un club nocturno «una o dos veces por semana», en razón de una antigua amistad con su propietario. Expuso que concurría para tomar café y conversar sobre temas cotidianos y los problemas de salud que aquejaban a ambos, y que allí había conocido a la imputada Patricia «Pato» Uribe, y que charlaba «estupideces», con ella y con las niñitas que la acompañaban, aclarando que jamás les había puesto «una mano encima», y que no le había dado dinero a «Pato», ni a las niñitas «Soy viejo pero no estúpido, y conozco lo que eso acarrea», argumentó Schlageter para sostener su inocencia.

El suicidio de Schlageter sorprendió a vecinos de Bariloche y Villa La Angostura que lo conocían, y saben que su único hijo reside en Miami y tenía poco contacto con su progenitor.

Saben también que encontraba gran placer cuando salía a pescar en su yate, y que el consumo de cigarrillo lo volvió dependiente de la oxigenoterapia Esa dolencia y sus 72 años merituaron el beneficio de la prisión domiciliaria. La ley de ejecución de la pena, de aplicación también en los supuestos de prisión preventiva o encausamiento, establece que el condenado mayor de 70 años puede cumplir su condena en detención domiciliaria.


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