Se afianzaron las dos últimas tomas de Neuquén

La mayoría están enganchados para tener luz y hacen turnos para conseguir agua. Pese a las medidas judiciales dictadas, hasta ahora no hubo ningún desalojo.

NEUQUÉN

NEUQUÉN (AN).- Las últimas dos tomas que se formaron en la ciudad en plena campaña electoral ya están consolidadas, pese a que pocos días después de que las familias se asentaran en los terrenos el fiscal Marcelo Jara dictó órdenes de desalojo. Están colgados de la luz, pincharon caños troncales del EPAS y cocinan con leña y gas a garrafa. Con maderas, palos y nylon ya se levantaron las casillas, donde conviven familias en su gran mayoría integradas por jóvenes con hijos.

Lejos quedó la tensión y el nerviosismo que se vivió a principio de febrero en las tomas de avenida del Trabajador y Cayastá y Novella y Néstor Barros (sobre un lote cedido por el Deliberante a la fundación Tiempo de Niños); hoy las familias transitan días de tranquilidad y mucho trabajo.

En un mes cada uno cercó su lote y levantó pequeñas casillas, algunas con ventanas y puertas tradicionales y otras con telas o plásticos. En la toma que aún no tiene nombre, los vecinos de San Lorenzo Norte colaboraron para extender hasta el terreno un cable que baja de la línea de media tensión y desde el cual cada casilla tiene luz. En el asentamiento de Novella y Néstor Barros, la 9 de Febrero, sólo algunos vecinos tienen electricidad.

Mangueras de diferentes diámetros se diseminan por el predio entremezclándose con alambres perimetrales, cables y sogas que demarcan las calles internas de lo que para ellos ya es un barrio. Infaltables las banderas argentinas flameando sobre los techos de chapa o lona.

La vida allí no es sencilla. “Cuando podemos comprar una garrafa cocinamos entre todos para varias familias; la luz ya no es un problema, tampoco el agua, pero el calor se hace insoportable y más que nada para los bebés. Para tener agua tenemos turnos para cada casa para ir a recolectar del caño comunitario”, relató una joven que vive junto a su novio.

Los hombres y mujeres se la rebuscan para todo; un gran pozo en la tierra hace las veces de basurero o sanitario, que luego es enterrado. Los que tienen familiares cerca van a bañarse a sus casas. Los que no, se bañan vestidos con las mangueras que cruzan el predio desde algún acueducto del EPAS.

Un tambor de un antiguo lavarropas a paletas con leña adentro sirve perfectamente como cocina. Las piletas de lona son el único refugio del calor para los más chicos; algunas madres ya colocan plantas y flores en sus frentes y todos están pensando en conseguir materiales para avanzar con su casa propia.


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