Seis meses de cuento

NEUQUEN (AN).- En pocos días más comenzará un ciclo de seis meses de cuentos y cuenteros para chicos y adultos. El programa se desarrollará en La Curtiembre campo cultural desde el 16 de este mes con un espectáculo para chicos a cargo del grupo Picardías, que al día siguiente se presentarán con una función para adultos.

Los cuentacuentos neuquinos, que ya tienen una tradición de décadas como profesionales en la provincia y abrevan de una arraigada tradición en la literatura y la cultura populares de España y América, retornarán de esta manera con un programa que convocará a trece elencos a escena en una suerte de juego y fantasía en la recreación de los relatos y con una postura de afirmación y resistencia ante la falta de lugares apropiados para la ejecución de su arte.

De la iniciativa que surgió como consecuencia casi natural del festival de cuentacuentos de noviembre del año pasado partici

parán, además de Picardías, un grupo sin denominación integrado por Elsa Kristensen, Hugo Herrera, Juan Celli y Flavio Ragadali y Caretas; Contarinas; Monalisas; Dos Juanes y un par de locas; Buena Pipa; Quemecontursi; La Flauta de Pan y «cuatro elencos nuevos»: Mejunje; La Valija; Dicen que Dicen y Alboroto.

Para julio está prevista la presentación de Contarinas, Caretas, Monalisas, Dos Juanes y un par de locas y también Picardías.

La idea, después del festival, dijo Alicia Alvarez, del grupo Caretas uno de los pioneros en la actividad fue «buscar un lugar donde la gente pudiera encontrarse con los cuentos». Coincidió con sus colegas en que «no hay lugares apropiados para espectáculos en general» y, en el caso de las «contadas, nosotros necesitamos un espacio escénico donde a la vez pueda crearse un ambiente de intimidad».

No obstante, «nos adaptamos desde la ubicación del público, que no es un simple espectador; se produce un intercambio de energías», indicó su compañera de elenco Ileana Panelo.

Las contadas se desarrollan, para el caso de los adultos, en dos bloques de 30 a 40 minutos cada uno. En el caso de los chicos, la función se hace en un solo bloque de 50 minutos como máximo. «Todo fluctúa según el público», dijeron, e inclusive «a veces modificamos el programa, cambiamos los relatos programados por otros que se adecuen al clima creado».

Es que «trabajamos el imaginario del oyente con el fin de suscitar imágenes, estimular la fantasía», añadió Panelo, porque se registran «actitudes distintas del espectador de la contada respecto del teatro o de otro espectáculo».

En cuanto a los temas, se eligen por bloques temáticos: «amor, humor, nostalgia, todo según el clima, pero el humor es uno de los más difíciles, porque es difícil hacer reír».

Elsa Kristensen, del grupo Monalisas que desarrolla año tras año una intensa actividad en bibliotecas populares dijo que la mayoría de los espectadores «son buenos lectores». Por su parte, Ingrid Hecht, del grupo Contarinas, mencionó las preferencias de los chicos en cuanto a relatos de terror o de aventuras.

El relato de un cuento «requiere de un ejercicio intenso de atención que incluye emociones y pasiones, añadieron porque el cuento «se escucha, pero sobre todo se siente».

Hacia finales de la década de 1980 se creó el primer grupo de cuentacuentos Caretas con Panelo y Alvarez, a quienes luego se sumó Mariana Erazun.

GERARDO BURTON

gburton@rionegro.com.ar