Sobisch quiere ser el líder del nuevo movimiento federal

SAN RAFAEL, Mendoza (Enviado especial) – Jorge Sobisch paseó ayer por esta ciudad su imagen ganadora, la que según dice le dan las encuestas en la provincia y la que indisimuladamente quiere proyectar al resto del país; desgranó algunas definiciones muy claras, se regodeó poniendo a Neuquén como el ejemplo a seguir en medio de la crisis nacional y coqueteó con las palabras para responder a su gusto las preguntas «del millón»: dijo que no será candidato a presidente, pero que quiere liderar el movimiento federal y que no piensa en la reelección, pero que «obviamente» es «un hombre político».

El cielo gris y lluvioso que despidió a la comitiva de Sobisch en Neuquén fue casi el mismo que la recibió en esta ciudad, pero con el agregado de que salvo el revuelo de los periodistas locales, y el ir y venir de los autos oficiales, todo era quietud y su presencia, como la de su anfitrión, el gobernador mendocino Roberto Iglesias, pasaron casi desapercibidas para los sanrafaelinos. Algo muy comprensible si tiene en cuenta que lo único que hicieron fue prestar el amplio salón municipal para que los mandatarios firmaran el acta-acuerdo, por la que se comprometieron a pedir fondos a Nación para repavimentar la ruta 40.

La nieve, como sucedió hace siete días, volvió a impedir ayer que encuentro se produjera en Malargüe, el lugar originalmente previsto. La ruta a reparar es el tramo entre el límite norte de Neuquén, en Barrancas, con la ciudad mendocina. Son 290 kilómetros incluido el puente, que también necesita refacciones.

A Iglesias, como era de esperar, lo acribillaron a preguntas sobre su condición de «tapado» del radicalismo para encabezar la fórmula presidencial y del caos que es su partido con el tema de los candidatos a gobernador. Dicen, y cuando se lo preguntaron le puso los pelos de punta al gobernador, que saldrán a buscar figuras en otros partidos (ver aparte).

La pregunta esperada llegó apenas arrancó la desprolija conferencia de prensa y Sobisch la enfrentó con un discurso bien preparado: «mi postulación a la presidencia por los partidos provinciales es más producto de la política virtual que muestran los medios, que real. Se dan nombres y nombres pero nadie ha transmitido una propuesta inteligente de la política que vaya a implementar. Nadie dice cómo solucionar los problemas financieros, lo del FMI, las estrategias en turismo, reforma de partidos políticos…».

Dijo que no se postula como presidente, pero admitió que se propone como conductor del movimiento o confederación federal de partidos provinciales.

A partir de ahí, con el ejemplo de lo que es su gobierno, enumeró los logros conseguidos y cómo lograrlos. Habló que lo que ha hecho en educación, en seguridad, en salud. «Mejor que la de Cuba», dijo respecto de la salud pública.

«Claro, claro que tenemos propuestas», respondió cuando le preguntaron qué ofrecería ese partido, al que si bien no quiere representar en las elecciones del 30 de marzo, sí se propone conducir.

«Voy a trabajar en la construcción del poder político de los partidos provinciales, para armar un partido único, que ya se verá cómo se llamará, no lo etiquetemos. Trabajo, para que haya conducción política en ese sentido», dijo Sobisch.

Reiteró que, en ese marco, no hablaba de candidaturas, pero admitió que la imagen que tiene en la provincia «sin duda sigue proyectándome» en el país, pero que «hay que ir quemando los tiempos. A mi, como en el fútbol, hasta que no la veo en el área chica no me gusta pegarle».

Admitió que podría ir a la reelección «pero por ahora ni lo pienso. Estoy abocado a solucionar problemas cotidianos, como lo vamos haciendo, de la provincia y en «hacer un partido federal con verdadera fortaleza política, que no sólo sea una para una elección, sino que tenga proyección».

El convenio firmado les sirvió a Iglesias y Sobisch para lanzar sus dardos contra el centralismo de Buenos Aires, plantar banderas de reivindicaciones y advertir, casi con las mismas palabras, «que el interior no está despuesto a dejar que las cosas sigan siendo decididas desde la pampa húmeda»

La raíz mendocina del gobernador del Neuquén

SAN RAFAEL, Mendoza (Enviado especial) – Con el título de «visitante ilustre» en la mano esperó el gobernador de Mendoza, Roberto Iglesias, a Jorge Sobisch en el aeropuerto «Santiago Germanó». Y ahí nomás el neuquino hizo conocer su raíz mendocina y el vínculo profundo que lo une a la tierra del sol, el buen vino… «y las mujeres lindas», como les gusta decir a los cuyanos. «Siento un gran afecto y conozco mucho esta ciudad, porque mi padre era sanrafaelino y desde niño la he visitado, en las vacaciones, para saludar a los parientes y amigos», dijo el visitante tras la firma del acta, por la cual acompañará a los mendocinos a conseguir recursos para la ruta 40, entre Barrancas y Malargüe.

Y como no podía ser de otra manera, después de haber atravesado los viñedos de Suter, Bianchi y Goyenechea -blancos y tintos de ese sello acompañaron el almuerzo con que agasajaron al neuquino-, Iglesias le obsequió a Sobisch una caja de madera labrada artesanalmente, repleta de vinos mendocinos. En un fino estuche, reluciente, quedó en manos de Iglesias el cuchillo labrado en plata que obsequió, por su parte, Jorge Sobisch.

«La verdad, si no lo pasan por televisión ni me enteraba que venía hoy Iglesias aquí», dijo el quiosquero vecino al elegante club Belgrano, donde se realizó el almuerzo de las comitivas. Tampoco tenía noticias que en la ciudad estaba el gobernador neuquino y, menos, que estaba almorzando a pocos metros de él.

Pero además de los vinos a los mendocinos los caracteriza la siesta. Y ayer dieron acabada muestra del apego que tienen por el descanso reparador del mediodía.