Qué semillas sembrar y qué plantar en otoño

Y llegó el otoño, sin dudas una de las estaciones más bonitas y coloridas que podemos disfrutar en nuestra hermosa Patagonia. La estación otoñal es la ideal para admirar el paisaje con todo su esplendor, a medida que los follajes de la mayoría de las plantas y árboles transmutan morfológicamente sus característicos tonos verdes, por los amarillos ocre hasta los rojizos intensos, sellando en cada mirada una obra única de la naturaleza.

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Tiempo calendario, ideal para sembrar y plantar, realizar huertas, renovar jardines o simplemente incorporar nuevas especies para complacerse del encanto que se puede apreciar a través de la ventana. Aunque todos aquellos que se rigen con el calenderario de cultivos, no deben de pasar por alto que éste suele modificarse a medida que se corra en dirección Sur, por los diferentes tipos de clima que nuestra región ofrece.

En cuanto a las plantas del jardín, muchas especies logran su mayor resplandor de floración; mientras que en otras plantas, en los meses que dura el otoño suele ser la más conveniente para su cultivo y poder desarrollar su crecimiento para florecer después, en primavera.

Si se piensa en sembrar, todo dependerá de los cambios de temperatura para una germinación en condiciones saludables y pueda continuar con éxito su crecimiento y posterior floración.

Últimamente, los cambios de temperatura son tan dispares que siempre es mejor considerar algunas medidas precautorias para los cultivos, como armar el semillero en ambientes cálidos o con algún tipo de protección, aunque hay especies florales que son muy resistentes como el alelí de Mahón – sumado todas las distintas variedades de alelíes – que se pueden sembrar a suelo directo, a sol pleno, pero protegido de los fríos vientos patagónicos.

Una vez ya germinadas las semillas y estén listos los plantines, se pueden destinar al lugar o espacio elegido, ya sea en macetas o a suelo directo a pleno sol o que reciban el sol de la mañana y mediodía. Las plantas más adaptables son los crisantemos, los adorables conejitos, caléndulas, bellis o coquetas, tagetes o cempasúchil y, los característicos y hermosos «pensamientos».

En espacios donde el sol no hace tanta presencia y son sitios sombreados en el jardín, las primulas combinadas con «cyclamen persium», tan conocida como «violeta de los Alpes» brindará un contraste de color al amarillo otoñal.

Durante los meses que dure el otoño se puede aprovechar en la plantación de bulbos primaverales como tulipanes, irises y lirios, así tendrán tiempo a establecerse bajo la tierra para luego prepararse para florecer en primavera. El otoño también es buena época para plantar salvia, aster, amapolas y astroemerias.

Hortensia: si bien su floración más vigorosa comienza a mediados de la primavera, continúa en verano y se puede seguir disfrutanto hasta principios de otoño. Necesita de suelos fértiles, profundos, ácidos y se debe evitar los suelos calcáreos, pero se corrige con turba, pinocha y resaca de río.

Pensamientos: es una planta híbrida bianual que el primer año produce hojas y el segundo, flores. Estas flores de cinco pétalos y de diversos colores pueden durar hasta 4 meses. Necesitan buena iluminación natural pudiendo tolerar la semisombra, en cuanto al suelo debe ser rico en nutrientes y materia orgánica. El riego cada 3 días en período de floración. El Pensamiento (Viola x wittrockiana) es una planta que no deja de florecer porque le gusta el frío y decae al acercarse la primavera. Existen numerosas variedades de colores de flores grandes, medianas y pequeñas. Se aconseja un abono cada 3 semanas y quitar las flores marchitas para fortalecer la planta.

Caléndula (Calendula officinalis): una planta muy dura y resistente de floración intensa. En la actualidad existen muchos híbridos con flores mucho más grandes y de variados colores. Necesita riego moderado y mínimos cuidados. Se aconseja abonar cada 15 días en floración. Es ideal para poner en el huerto porque atrae muchos insectos polinizadores.

Crisantemo (Chrysanthemum): comprende más de 200 especies con una gran variedad de colores. En variedades anuales su floración se presenta muy abundante y prolongada. La flor permanece alternada durante todo el otoño y el invierno, con tiempos discontunios de descanso para luego remotar. Es una planta de hoja perenne y rugosa al tacto y muy simple para trasplantar en cualquier época del año, siempre que se tenga los cuidados necesarios, con un buen sustrato y riego. No son muy exigentes, pero prefieren terrenos fértiles, bien drenados y con tendencia de ph ácido. Se cultiva a exposición soleada o semi sombra y no soportan muy bien el viento.

Margarita de los prados (Bellis perennis): es una especie anual con una amplia variedad de colores en sus flores en color blancas, rosas, rojas, naranjas, amarillas y púrpuras entre las más populares. Requiere terrenos húmedos y soleado o a semi sombra. Se aconseja quitar las flores marchitas para fortalecer su vigor y belleza, con abono cada 15 días en época de floración.

Col de jardín (Brassica oleracea): Si bien existen muchas variedades de coles ornamentales, el col de jardín ornamental o kale es una especie que despliega sus flores en otoño y también en invierno. Muestra un follaje de llamativos colores rizado que se diferencia de las otras variedades, desde el blanco combinado con verde, rosa, rojo entre otros. Es una planta muy resistente al frío y requiere de suelos medianamente fértiles, con exposición al sol o semi sombra con riegos regulares.

Como dato particular, si bien pertenece a la familia de las coles comestibles y puede comerse, aunque su sabor es un poco más amargo que los que se suele consumir, esta planta se utiliza más como ornamental por su belleza.