Misterio resuelto: se conoció quién tiró «300 cabezas de trucha» sobre la Ruta 22 en Neuquén
El escándalo que generó la aparición de restos de pescado en pleno centro neuquino tuvo un desenlace. Quién se hizo responsable del episodio.
El pasado 2 de julio, los vecinos de Neuquén se sorprendieron al ver centenares de cabezas de trucha sobre la Ruta 22, a la altura de la calle Misiones. Dos semanas después, el municipio confirmó quién fue el responsable del insólito hecho.
El subsecretario de Limpieza Urbana, Cristian Haspert, informó que se trató de «un camión proveniente de Piedra del Águila, perteneciente a una empresa dedicada a la piscicultura». A través de las cámaras de seguridad de la municipalidad, lograron identificar al vehículo, que transportaba residuos de pescado hacia Puerto Madryn.
Según se reconstruyó, el hecho ocurrió entre las 6 y las 8 de la mañana. «En una de las imágenes se observa cómo el camión, de gran tamaño y con batea abierta, frena bruscamente a la altura de la colectora, justo cuando una persona cruzaba por la senda peatonal», agregó el subsecretario.
La maniobra provocó que parte de la carga —cabezas y vísceras de trucha— se desplazara hacia adelante, alcanzando al peatón, quien reaccionó con enojo. Luego se produjo un cruce de palabras con el chofer y los restos quedaron esparcidos sobre el asfalto.
«El camión no era de Neuquén, sino que está radicado en otro municipio. Pudimos identificarlo por el ingreso que hizo por calle Mosconi, gracias a la patente registrada», explicó Haspert. Más tarde, el área de Ambiente recibió un llamado de la responsable de Higiene de la empresa, quien reconoció lo ocurrido.
El viaje no era habitual: debían llevar los restos a Puerto Madryn
Según detalló, el camión «había salido desde Piedra del Águila con destino a Puerto Madryn porque el horno con el que incineran los restos estaba fuera de servicio por un problema de gas». Por eso realizaron ese recorrido, «que no es habitual».
El chofer decidió no detenerse a juntar la carga en el lugar del incidente, ya que el peatón —que sería un «trapito»— reaccionó de forma agresiva tras recibir parte de los residuos. «Para evitar que la situación escale, el conductor se dirigió a un semáforo más adelante, para estacionar», indicaron desde el municipio. Sin embargo, «luego retomó su camino y no recolectó la totalidad de los restos».
Finalmente, el área de Ambiente sancionó a la empresa responsable por el vertido de residuos en la vía pública. Con esta intervención, el caso se dio por cerrado.
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