Sierra Grande de aniversario: cuna de voluntades que resisten al paso del tiempo

En 122 años, la vida de la localidad pasó por varias ubicaciones y tuvo distintas denominaciones. Hoy sus edificios y el legado de sus pioneros hablan de un pasado rico que batalló por ser tenido en cuenta.

“Para la Argentina comienza la batalla del acero y lograremos la victoria. El acero significa la tecnificación del agro, la explotación intensiva del petróleo, caminos, ferrocarriles, camiones, aviones, barcos. Industria liviana e intermedia abastecida. Balanza de pagos equilibrada, vivienda sana y bienestar para todos”. La frase hace referencia a lo que podía hacerse con el hierro que comenzaban a explorar en Sierra Grande. Quien la dijo era nada menos que el presidente de la Nación, Arturo Frondizi, y fue durante una visita oficial a esta localidad del sureste rionegrino. 

Recuperada y compartida por el periodista Carlos Espinosa, la cita habla de un escenario de época que tuvo como protagonista a la Empresa estatal Minera y Siderúrgica Patagónica S.A. (1961 – 1963), la que luego fue reemplazada por Hierro Patagónico S.A.M. (HIPASAM), la provincial Hierro Patagónico Rionegrino S.A. (HIPARSA), la Compañía Minera Sierra Grande S.A. (A Grade Trading Argentina) y finalmente la Minera MCC, de capitales chinos. Así lo repasa un informe del SEGEMAR (Servicio Geológico Minero Argentino) elaborado por Juan Carlos M. Zanettini, que deja a la vista el nuevo perfil que incorporó la zona para su desarrollo, a partir del metal que descubrió Manuel Reinero Novillo en el sector que bautizó como “El Triunfo”, en 1944. 

Años y años de golpear puertas pasaron en el medio hasta que se hizo realidad el pronóstico que soñó este padre de familia, oriundo de San Luis, que vivió en Chubut y que llegó a Sierra Grande para abrir dos canteras, desde donde pudo, como él decía, “aportar su granito de arena para la Patria”. El último adiós lo sorprendió en 1955 antes de que lo viera materializado, pero en su honor, una avenida y la biblioteca llevan su nombre, además de sobresalir con su tumba en el cementerio local, donde el símbolo minero del pico y el martillo, dentro de una corona de laureles, ornamenta el descanso de sus restos. 

El presidente Frondizi visitó la región en 1961. Foto: Gentileza Carlos Espinosa.
El símbolo minero en el último descanso de Novillo, descubridor del hierro en Sierra Grande. Foto: Gentileza.

Origen criancero


Tantas décadas de trabajo en las galerías del “Yacimiento Sur”, la mina de hierro subterránea que se convirtió en la más grande de Latinoamérica, hicieron que poco a poco quedara en el recuerdo el origen de cultivo y cría ovina con el que se poblaron, en forma incipiente, las tierras de “Vuta Mahuida” (su antigua denominación en lengua originaria).

La construcción de “65.000 metros de galerías [túneles], distribuidas en niveles principales cada 70 metros y subniveles cada 23 metros, medidos en sentido vertical, y un pozo principal (pique central) para evacuar el mineral por medio de un elevador”, según la descripción del SEGEMAR, concentraron la atención, mientras en un sector distante apenas tres kilómetros del ejido urbano, permanecía silencioso el primer asentamiento fijo, que pobladores oriundos de Patagones, Viedma y Bahía Blanca, conformaron donde las comunidades originarias se dedicaban “a la caza de guanacos y avestruces, además del cultivo de algunos cereales”. 

Ya desde 1893, fechó el Servicio Geológico, se registró la instalación de las primeras viviendas dispersas, en lo que fue conocido como “La Rinconada” y posteriormente, “Sierra Vieja”. “El quehacer de esos habitantes no iba más allá de mantener una precaria ganadería y una agricultura limitada a sus necesidades”, recordaron los especialistas, pero varias de esas construcciones se resisten al olvido. 

“Colonia Pastoril Chilavert” fue el nombre que recibió esta zona, en los comienzos del proceso de urbanización, donde aún quedan en pie la antigua pulpería y almacén de Jose Segovia Caparroz y la escuela, segundo asentamiento de la N° 62 donde, por ejemplo, se volvieron a reunir exalumnos de la Promoción 1969. En el camino del tiempo quedaron lo que supo ser la comisaría y el Juzgado de Paz, derrumbado en 2009, institución que funcionó en una sala de maderas y chapas, y cuya creación marcó la fecha de inicio de la vida institucional, el 19 de octubre de 1903.

El Almacén de Segovia, un viaje al pasado en Sierra Vieja. Foto: Gentileza.
La segunda ubicación de la Escuela 62, donde este grupo de exalumnos volvió a reunirse en 2009. Foto: Gentileza.

“Casa de Recuerdos”


El tiempo pasa y 64 años después de esa frase de Frondizi, muchos hechos y decisiones tocaron de cerca la vida de nativos y adoptados por Sierra Grande. Además del Sitio de Memoria señalizado en el campamento de HIPASAM y la ex Comisaría 17, por los delitos de lesa humanidad allí registrados contra trabajadores mineros, hoy cuentan con el Museo “Duamn Ruca”  (Casa de Recuerdos) para la divulgación de un pasado intercultural y diverso que dio origen a este presente.

En diálogo con Diario RÍO NEGRO, Sandra Cañumil contó que junto a Susana Quiñelaf, su compañera de labor, cumplen la tarea de guiado a lo largo de cada una de las cuatro salas que se reacondicionaron para esa institución, en lo que fue la primera oficina de Correos.

Integrantes de la comunidad “Kintul Folil”, uno de los grupos originarios que sigue vigente, estas colaboradoras se desempeñan en esa emblemática casa color ladrillo, con techo en pendiente y revestida en piedra, construida en 1941, en la que se exhiben rocas, minerales, fotos y objetos de pioneros, para quien quiera conocerlos, como ocurre desde hace 16 años.

Todo quedó como epicentro del Parque Municipal “Sierra Vieja”, inaugurado por etapas para fomentar la identidad y compartirla con visitantes argentinos y extranjeros, sumando un punto más de oferta turística, como ya se alienta en Playas Doradas.


“Para la Argentina comienza la batalla del acero y lograremos la victoria. El acero significa la tecnificación del agro, la explotación intensiva del petróleo, caminos, ferrocarriles, camiones, aviones, barcos. Industria liviana e intermedia abastecida. Balanza de pagos equilibrada, vivienda sana y bienestar para todos”. La frase hace referencia a lo que podía hacerse con el hierro que comenzaban a explorar en Sierra Grande. Quien la dijo era nada menos que el presidente de la Nación, Arturo Frondizi, y fue durante una visita oficial a esta localidad del sureste rionegrino. 

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora