Violencia de género: refugios para mujeres, un reclamo que no se cubre
Hay casos de violencia en que la víctima necesita una solución habitacional urgente. En algunas ciudades existen casas que ofrecen contención profesional, alimento y seguridad, pero hay lugares en donde no reciben tal acompañamiento.
En algunas ciudades, hay casas que ofrecen contención profesional, alimento y seguridad. En otras, no hay tal acompañamiento.
Para cortar el circulo de la violencia, el contar con un refugio es clave para una mujer. La denunciante no suele contar con recursos económicos, por lo que termina dependiendo de su agresor.
Según la ley provincial 2.785 que busca erradicar la violencia familiar en Neuquén, el Ministerio de Desarrollo Social debe garantizar la protección, alojamiento en refugios o gestión de alojamientos alternativos para las mujeres que denuncian.
El reclamo de que este punto no está cubierto es una constante de las organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres. En la región, Cipolletti estrenó un refugio dos meses atrás, Bariloche cuenta con dos casas que trabajan articuladamente y Neuquén sólo un refugio que no da abasto.
En tanto, Viedma y Roca aún no cuentan con un espacio en donde puedan dar estadía a las víctimas que necesitan estar al resguardo y no tienen otro lugar a dónde ir provisoriamente. Desde el Estado se les garantiza la estadía en un hotel, pero no todo lo demás.
Bariloche: dos casas para contenerlas
Bariloche cuenta con dos casas refugio que funcionan de manera articulada. La “Casa Amulén” es municipal y abrió en el 2012. Tiene capacidad para 12 y “el tope ideal” para quedarse, explican, es de 3 meses. Las mujeres ingresan a través de las instituciones que reciben y canalizan denuncias.
Es “un refugio cerrado”. El ingreso a esa casa refugio es voluntario y la mujer que desea entrar, debe aceptar las condiciones. Por ejemplo, dejar el teléfono celular que, según indican, “para muchas es un alivio”. El número de mujeres en la Casa Amulén varía día a día pero aseguran que, en los últimos meses, no han quedado mujeres afuera del refugio por falta de lugar.
Seis “operadoras convivenciales” (que acompañan a las mujeres que nunca quedan solas) trabajan en la casa, al igual que una trabajadora social, la jefa del área (una abogada) y dos psicólogas. Por lo general, las mujeres en riesgo acuden a la Casa Amulén con sus hijos.
Muy pocos conocen la ubicación de la Casa Amulén. “Es una casa de resguardo para cuando la mujer está en peligro y el agresor no recibió una medida de restricción. Cuando ya están esas medidas de protección, las mujeres pasan a la casa que inauguró la provincia un año atrás que tiene un régimen abierto”, la secretaria de Desarrollo Social de Bariloche, Alejandra Schneebeli. “Cuando las mujeres salen de la casa Amulén, tratamos de que tengan algún subsidio o empleo o capacitación”. La casa que depende del gobierno provincial tiene un cupo para 4 mujeres. Las mujeres pueden entrar y salir cuando quieren de esta “casa de medio camino”. Es un refugio abierto al que llegan solo cuando ya el agresor está preso o hay órdenes que impiden su acercamiento y la víctima tiene una situación habitacional que resolver.
Neuquén: un refugio que no da abasto
En la ciudad de Neuquén existe un único refugio, que fue el primero de la provincia. El “Madre Teresa” fue el sueño de un grupo de mujeres que sufrieron violencia de género y emprendieron el proyecto en 1997. En 2004 abrió sus puertas, siendo responsabilidad del Ministerio de Desarrollo Social, y funcionando en una casa alquilada.
A este refugio se le sumaron en los últimos años uno en Las Lajas y otro en Cutral Co, ambos con dependencia municipal. Además queda pendiente la apertura del que fue acordado en la demanda que inició Ivana Rosales en la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra Provincia y Nación.
Si tenemos en cuenta que por día un promedio de 27 mujeres solicita asesoramiento en los organismos del Estado neuquino tras haber sido víctimas de algún tipo de violencia, no es extraño que un sólo refugio no de a basto. Por eso se aplica otra herramienta, que es la entrega de dinero destinado al pago de un alquiler. Esta ayuda dura tres o seis meses y puede ser renovada si se considera necesario.
Pero quienes asisten a las mujeres afirman que los montos son bajos, ya que rondan entre los 6.000 y los 8.000 pesos, lo que obstaculiza aun más conseguir una vivienda en un mercado inmobiliario que de por sí es difícil por la alta demanda y los requisitos que se solicitan para ingresar. También afirman que hay atrasos en los pagos, por lo que muchos propietarios se niegan a alquilar.
Roca: no hay refugio, proponen hacer uno en el predio del hospital
Las mujeres víctimas de violencia no tienen un refugio para acudir en Roca. Lo que se hace, mediante el Consejo de la Mujer, es asegurarle un lugar para que esté unos días.
“Cuando la mujer hace la denuncia y van al juzgado, y ahí quedan. La medida cautelar fija prohibición de acercamiento, pero no hay ni seguimiento ni empoderamiento a la víctima”, cuestionó Lili Enríquez, trabajadora social y una de las referentes de la organización Quillagua. En ese sentido, insistió en que “cuando uno habla de un refugio, habla de un lugar organizado, de atención a la víctima, con sistema de seguridad frente a un posible hecho de venganza. Si no es así, la víctima queda expuesta”.
Desde Quillagua se remarcó que mantener un refugio es costoso para garantizar alimento, infraestructura, servicios y seguridad. Por eso es que se considera viable plantear que el refugio esté dentro del área de salud, donde hay seguridad, servicio de comida y de salud.
Viedma: un hotel funciona como refugio de víctimas
Por el momento, las mujeres golpeadas cuyos agresores están incursos en causas de violencia de género, son alojadas en un hotel de esta capital como último recurso y con el propósito de ser excluidas de un hogar donde pueden volver a repetirse escenas trágicas.
Así lo informó la presidenta del Consejo Provincial de la Mujer, Laura Azanza, en cuanto a los recursos disponibles en la actualidad aunque, paralelamente, aclaró que está terminando de refaccionar una vivienda para mejorar la calidad de atención. El personal de ese organismo también asiste a las víctimas con alimentos en el hotel.
Azanza indicó que tanto el refugio actual como el futuro, están disponibles también para víctimas provenientes de la zona Atlántica.
El actual hotel remplaza a un residencial que dejó de prestar servicios al Estado en virtud de que los propietarios se cansaron luego de varios inconvenientes que tuvieron con familiares de las víctimas, incluyendo roturas de instalaciones. Por su parte, Mara Quentrequeo de la Comisaría de la Familia aclaró que nunca se deja a las víctimas en situación de calle cuando acuden a denunciar un hecho grave, y la primera instancia -antes del hotel- es tratar de acomodar a las personas que sufrieron un hecho trágico en casas de familiares.
La primera instancia -antes del hotel- es tratar de acomodar a las personas que sufrieron un hecho trágico en casas de familiares.
Cipolletti: demanda constante y creciente
La casa Refugio para las víctimas de violencia de género de Cipolletti está próxima a cumplir dos meses desde la inauguración. Depende del Municipio y tiene lugar para 9 mujeres y sus hijos. Cuenta con un equipo interdisciplinario con psicólogos, trabajadoras sociales y abogados, entre otros. Su fin no sólo es la contención a las mujeres víctimas de violencia, también asesoramiento legal. La Casa Refugio está pensada como el último eslabón del ciclo de la violencia. “Nosotros tratamos sobre casos extremos, si llegan al Refugio es porque están en riesgo de vida por eso la admisión es instantánea”, explicó Marta Moreno, secretaria de Familia del Municipio, de quien depende el dispositivo.
Desde que abrieron han pasado varias mujeres por la Casa, la mayoría son momentáneos ya que se intenta resguardar a las víctimas y luego intentar trabajar en todos los aspectos, sin embargo tanto la admisión como la salida son voluntarias. Más de una vez las mujeres han decidido abandonar el predio de forma repentina.
Moreno explicó que el trabajo del equipo interdisciplinario es una “construcción constante” ya que se trata “de un dispositivo único en la región. La idea es que el equipo vaya haciendo revisión de prácticas para ir puliendo el trabajo”, detalló Moreno. La secretaria recibe alrededor de dos o tres llamados por semanas, algunas llegan a ser alojadas y otras no.
Moreno reveló que le presupuesto inicial que tiene la Casa Refugio para 2019 es de 4 millones de pesos, pero adelantó que “si tenemos necesidades de contar con más recursos los vamos a tener”. Dependerá de la demanda y el funcionamiento. Éste 2018 el Ejecutivo invirtió 700 mil pesos en las refacciones de las instalaciones y además deberá destinar 1.3 millones de pesos para los salarios de los profesionales hasta fin de año.
Datos
- La primera instancia -antes del hotel- es tratar de acomodar a las personas que sufrieron un hecho trágico en casas de familiares.
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