Trágica pelea entre hermanos en Bariloche

El joven de 20 años tomó un garrote, pero su hermano de 18 lo mató con un cuchillo. Cuando llegó la Policía, los móviles fueron apedreados por los familiares. En otro caso, un chico apuñaló a su padre, aunque la herida resultó leve.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- En sendos dramas familiares ocurridos durante el fin de semana, y ambos con un marco de borracheras, un joven de 18 años mató a puñaladas a su hermano de 20, y otro muchacho apuñaló a su padre, aunque no le produjo lesiones graves.

El hecho más grave ocurrió ayer por la mañana en el barrio 34 Hectáreas, donde los familiares de los protagonistas recibieron a la policía con una lluvia de piedras, y luego ellos mismos trasladaron al herido al hospital, donde murió instantes después.

El otro episodio se produjo en el barrio Boris Furman, durante una reunión familiar que concluyó en una áspera discusión y en una agresión con arma blanca de un joven a su padre, que no formalizó la denuncia policial e inhibió el ejercicio de la acción pública porque las heridas que sufrió son leves.

El drama familiar más doloroso se desencadenó poco antes de las 7 de ayer en una vivienda del barrio 34 Hectáreas, donde varias personas estuvieron tomando bebidas alcohólicas, y concluyó con la muerte de Isaías Aburto, de 20 años, que recibió un profundo puntazo en el tórax y otro en el cuello, presuntamente a manos de su hermano, de 18 años.

En esa tragedia se produjo la fatal conjunción del alcohol con rencores preexistentes, y mientras la víctima habría tomado un garrote para dirimir las diferencias, su hermano menor habría empuñado un cuchillo.

A las 6.55 un llamado anónimo informó sobre el suceso a las autoridades de la comisaría 28, pero los móviles policiales no pudieron acercarse al domicilio escenario del drama, porque familiares y amigos de los protagonistas se lo impidieron de manera violenta.

Los mismos familiares se encargaron de trasladar a Isaías al hospital en un auto particular, y a poco de llegar les informaron que el joven había muerto.

La ausencia de los familiares más agresivos favoreció la labor policial, dado que los agentes pudieron interrogar a testigos parciales del acontecimiento, y aunque los familiares directos se negaron a colaborar, los indicios apuntaron en forma coincidente al hermano de la víctima. Poco después, con la presencia del juez de turno, su secretario y el fiscal Eduardo Fernández, la policía allanó un domicilio y detuvo al principal sospechoso.

El otro hecho, donde se enfrentaron padre e hijo de apellido Morales, ocurrió a las 3.30 del sábado y fue interrumpido por la oportuna llegada de los uniformados, cuando el hombre

mayor ya estaba herido. Ante la falta de denuncia, en este caso el hombre más joven fue detenido en forma preventiva, pero sólo por infringir el Código Contravencional.

Las estadísticas policiales demuestran que en los barrios y asentamientos de los barrios altos es donde se cometen los delitos más violentos, con resultado de lesiones graves u homicidio, y no es que no ocurran robos, hurtos, daños y amenazas, entre otros delitos, sino que estos, en su mayoría, ni siquiera son denunciados por los vecinos o damnificados.

En esos barrios son escasos los comercios y también es escasa la seguridad, porque se presume que los objetivos de robo son los que la policía debe custodiar, con lo que se distorsiona el concepto de prevención y seguridad. La policía puede o no esclarecer los ilícitos que allí ocurren, pero generalmente actúa sobre hechos consumados.


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