Un Cosmos de estrellas en la Visera

Era un equipo estadounidense de estrellas, que de gira por el país en 1980, jugó con Cipolletti, ante una multitud.

“Esto parece mentira. Allá están Beckenbauer, Carlos Alberto y Chinaglia peloteando en el área de la ‘Visera’”. Faltaban minutos para empezar el partido, y el joven lateral cipoleño no salía de su asombro. Parado a un costado, veía aquel paisaje y le parecía un sueño que aquellos monstruos del fútbol mundial, campeones del mundo algunavez,estuvieran movién- dose en “su cancha”.Lo veía a Carlos Alberto, el autor intelectual y material de lo que hoy hacen Cafú y Roberto Carlos. Aquel “4” era un muy joven Ricardo Próstamo Lo mismo sentía, del otro lado del alambrado, un viejo zaguero del club, que en su épo-ca de jugador no conocía de sutilezas. Alto, robusto, chacarero en su juego. Siempre sacando la pelota hacia adelante. Su juego siempre estuvo en las antípodas del estilo de Beckenbauer, lo que no impidió que sintiera por el alemán una admiración incondicional. Mientras lo veía moverse a Franz,el zaguero recordó aque-lla tarde que resolvió una salida con un gesto técnico extraño en él: en vez de reventar el balón contra el viento y los jugadores rivales, decidió pisarlo y tocar suave a un compañero. Había salido jugando. Un plateista, emocionado, lo elogió: “Grande Kaiser”. El zaguero ‘albinegro’ se ruborizó con semejante piropo. Y esa tarde el verdadero ‘Kaiser’ estaba ahí, peloteando en “su área”. Pero, ¿cómo llegaron hasta la “Visera” de Cipolletti Beckenbauer, Carlos Alberto y sus compañeros? El martes 18 de marzo de 1980, el Cosmos de Nueva York llegaba hasta Cipolletti, a partir de una gira que incluía otras ciudades del país. Cosmos fue a mediados de los ‘70, un proyecto de inserción del fútbol en Estados Unidos. Para ello, contrató a Pelé y Cruyff, entre otras grandes figuras. También a Beckenbauer, Carlos Alberto, Chinaglia y Eskandarian -un iraní que jugó el Mundial ‘78. El Cosmos fue un éxito y por un tiempo los estadounidenses se colmaron de fútbol. Pero la idea de instalar el profesionalismo y organizar una liga se dio recién 15 años después, en los ‘90, Mundial mediante. Formaron aquel plantel Birkenmeir y Beckenbauer (alemanes); Carlos Alberto, Oscar y Morais (brasileños); Brcic, Durgan, Davis, Bandov, Hulcer y Liveric (estadounidenses); Eskandarian (iraní); Sininho (portugués); Chinaglia (italiano); Wilson (canadiense) y Julio César Romero (paragua-yo y mundialista en 1986). Una gran figura que no pudo llegar a Cipolletti, por una lesión en la columna, fue el holandés Johann Neeskens. Por Cipolletti jugaron, entre otros, Próstamo, Ortiz, Flores, Strack, Castro, Díaz, Calderón, Romano y Bucarey. El juego con Cipolletti terminó empatado en un gol. No fue bueno y hubo varios roces, lo que provocó la expulsión de Próstamo -en Cipolletti- y Liveric -en Cosmos-. Apenas hubo buen juego durante los primeros minutos, de la mano de Beckenbauer, en Cosmos, y Strack, en Cipolletti. Luego, todo mediocridad y roces al por mayor. Antes, otra visita ilustre: Polonia, en 1977. El partido terminó 2 a 1, favorable a los polacos. Pero esa ya es otra historia.

Juan Mocciaro jmocciaro@rionegro.com.ar

Strack lo jugó

CIPOLLETTI (AC).- Eran tiempos de opulencia, no sólo desde los económico sino también en lo futbolístico. Cipolletti se codeaba con los mejores equipos del país, pero también con extranjeros e incluso con selecciones de primer nivel. Uno de los que estuvo siempre fue el Juan Enrique Strack, el “Ruso”. “Teníamos la misma emoción que la gente. Era una verdadera revolución. No entendíamos nada, no nos dábamos cuenta de lo que estábamos viviendo hasta que entrábamos a la cancha y nos cruzábamos con esos jugadores, que sólo soñábamos con enfrentar algún día”, recordó. Aquellos partidos se jugaban todos a cancha llena y la expectativa era tan grande que llegaba gente de las más diversas ciudades. “En uno de los partidos hubo una familia con dos hijos que se vino de Bariloche en un Fiat 128. Como llegaron el día anterior, se quedaron a dormir en el auto afuera de la cancha”, contó. Uno de los encuentros más recordados fue con la selección de Polonia, que llegó a la “Visera” con todos sus titulares, y Cipolletti fue un digno rival. “Al técnico le dijeron que iban a jugar con un equipo de segunda, pero le hicimos un gran partido. Nos ganaron sobre el final, pero se llevaron un susto grande. Cuando terminó, el entrenador dijo ‘si éste es un equipo de segunda, no me quiero imaginar a los que juegan en primera’”, rememoró el “Ruso”. Entre los grandes jugadores que pisaron el césped de la cancha de Cipolletti, uno de los que más impresionó fue el alemán Franz Beckenbauer, que defendía los colores del Cosmos de Estados Unidos. “Cayetano Rodríguez me dijo que lo marcara cuando llegara hasta la mitad de la cancha, pero no lo pude agarrar nunca”, reconoció Strack, aquel inolvidable volante central ‘albinegro’.


“Esto parece mentira. Allá están Beckenbauer, Carlos Alberto y Chinaglia peloteando en el área de la ‘Visera’”. Faltaban minutos para empezar el partido, y el joven lateral cipoleño no salía de su asombro. Parado a un costado, veía aquel paisaje y le parecía un sueño que aquellos monstruos del fútbol mundial, campeones del mundo algunavez,estuvieran movién- dose en “su cancha”.Lo veía a Carlos Alberto, el autor intelectual y material de lo que hoy hacen Cafú y Roberto Carlos. Aquel “4” era un muy joven Ricardo Próstamo Lo mismo sentía, del otro lado del alambrado, un viejo zaguero del club, que en su épo-ca de jugador no conocía de sutilezas. Alto, robusto, chacarero en su juego. Siempre sacando la pelota hacia adelante. Su juego siempre estuvo en las antípodas del estilo de Beckenbauer, lo que no impidió que sintiera por el alemán una admiración incondicional. Mientras lo veía moverse a Franz,el zaguero recordó aque-lla tarde que resolvió una salida con un gesto técnico extraño en él: en vez de reventar el balón contra el viento y los jugadores rivales, decidió pisarlo y tocar suave a un compañero. Había salido jugando. Un plateista, emocionado, lo elogió: “Grande Kaiser”. El zaguero ‘albinegro’ se ruborizó con semejante piropo. Y esa tarde el verdadero ‘Kaiser’ estaba ahí, peloteando en “su área”. Pero, ¿cómo llegaron hasta la “Visera” de Cipolletti Beckenbauer, Carlos Alberto y sus compañeros? El martes 18 de marzo de 1980, el Cosmos de Nueva York llegaba hasta Cipolletti, a partir de una gira que incluía otras ciudades del país. Cosmos fue a mediados de los ‘70, un proyecto de inserción del fútbol en Estados Unidos. Para ello, contrató a Pelé y Cruyff, entre otras grandes figuras. También a Beckenbauer, Carlos Alberto, Chinaglia y Eskandarian -un iraní que jugó el Mundial ‘78. El Cosmos fue un éxito y por un tiempo los estadounidenses se colmaron de fútbol. Pero la idea de instalar el profesionalismo y organizar una liga se dio recién 15 años después, en los ‘90, Mundial mediante. Formaron aquel plantel Birkenmeir y Beckenbauer (alemanes); Carlos Alberto, Oscar y Morais (brasileños); Brcic, Durgan, Davis, Bandov, Hulcer y Liveric (estadounidenses); Eskandarian (iraní); Sininho (portugués); Chinaglia (italiano); Wilson (canadiense) y Julio César Romero (paragua-yo y mundialista en 1986). Una gran figura que no pudo llegar a Cipolletti, por una lesión en la columna, fue el holandés Johann Neeskens. Por Cipolletti jugaron, entre otros, Próstamo, Ortiz, Flores, Strack, Castro, Díaz, Calderón, Romano y Bucarey. El juego con Cipolletti terminó empatado en un gol. No fue bueno y hubo varios roces, lo que provocó la expulsión de Próstamo -en Cipolletti- y Liveric -en Cosmos-. Apenas hubo buen juego durante los primeros minutos, de la mano de Beckenbauer, en Cosmos, y Strack, en Cipolletti. Luego, todo mediocridad y roces al por mayor. Antes, otra visita ilustre: Polonia, en 1977. El partido terminó 2 a 1, favorable a los polacos. Pero esa ya es otra historia.

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