Un jugador falleció, pero a nadie pareció importarle

El camerunés Marc Foe murió en un partido.

Se desplomó de repente, como si hubiera sido alcanzado por la bala de un rifle, o un piedrazo en la nuca. Pero no era nada de eso. Al camerunés Marc Vivien Foe se le aflojaron las piernas y falleció ayer de repente, mientras su seleccionado y Colombia jugaban un partido de fútbol en Lyon, Francia.

Al cierre de esta edición, las razones de la muerte de Foe -se creía que era un paro cardíaco- eran un misterio que la FIFA no se había animado a develar. O no lo sabía. Lo que era seguro, lo que se había podido apreciar por la tevé, es que Foe, cuando cayó, pareció perder todos sus signos vitales de inmediato. La tevé, en ese instante, mostró imágenes desgarradoras.

Lo alarmante llegó después, cuando los jugadores y el director técnico de Camerún, el alemán Winfried Schaefer, en lugar de socorrer desesperados a un compañero que perdía su vida, prefirieron seguir conversando acerca del partido. Incluso los colombianos se notaban más afligidos. Para completar el cuadro surrealista, la camilla de auxilio tardó en llegar. Cuando retiraron a Foe agonizante -no sin antes tropezar- no lo retiraron de urgencia en ambulancia, como ameritaba la situación, sino que lo siguieron socorriendo a un costado del campo.

¿El partido? Se seguía jugando. Ganó Camerún 1 a 0 y se clasificó para la final en donde enfrentará a Francia Alfred Muller, médico suizo de la FIFA, comunicó la noticia al término del partido, sin querer dar más información sobre las causas. «Foe fue trasladado a la sección de primeros auxilos, trataron de reanimarlo durante más de 45 minutos, pero su corazón se paró», indicó el médico, sin precisar si fue una crisis cardíaca el origen de su desvanecimiento. El médico, ante las preguntas para saber las razones por las que l camilla había tardado en llegar al campo, no quiso responder, remitiéndose a un comunicado de la FIFA que llegaría en las próximas horas.

El suizo Joseph Blatter, presidente de la FIFA, que se enteró de la noticia en París antes de que comenzara la otra semifinal, dijo sin pestañear: «En mi opinión, el juego debe continuar. Siempre hay riesgos, pero el fútbol debe continuar. El juego, no el show».

En cuanto a la supuesta falta de auxilio, el médico de Colombia le dijo a la agencia AFP que «Cuando yo llegué estaba inconsciente, pero respirando. Después recuperó el conocimiento y volvió a perderlo. Pienso que se hicieron las cosas bien y no hubo negligencias. Podría tratarse de una crisis cardíaca, pero no es descartable un aneurisma», dijo el doctor, que corrió como un loco a atender al jugador, después de que sus jugadores le hicieran señas, indicándole la gravedad Hasta aquí los hechos. Ahora bien: ¿No es por lo menos extraño que un jugador de alta competencia, sometido a exámenes periódicos -juega en una liga superprofesional-, haya sufrido una crisis cardíaca, cualquiera haya sido su origen?

Según un profesional consultado por «Rio Negro» es «muy difícil que un atleta de elite tenga una insuficiencia cardíaca y no haya sido detectada. En todo caso puede haber una malformación vascular cerebral, imposible de prever». Un caso en miles.

La extraña muerte de Foe ocurre en un momento de much agitación en el que el fútbol y el deporte de vanguardia es mirado con sospecha por la opinión internacional. La desconfianza tiene que ver con el doping, con los continuos casos positivos qu atraviesan el planeta, o con algunas enfermedades que resultan insólitas al tratarse de deportistas bien alimentados y cargados de proteínas y buenos hidratos.

Hace sólo unos días, el médico de la Juventus de Italia, Riccardo Agrícola, debió volver a fatigar los Tribunales de Turín por un proceso que se le sigue al club por el uso excesivo de fármacos. La denuncia la realizó un ex técnico del calcio. Gian Martino Benzi, otro especialista citado a declarar, testificó que «en el botiquín de la Juventus había 281 tipos de medicinas, una cantidad incompatible con una institución no sanitaria, pues más parece la dotación de un hospital pequeño o mediano».

Hace unas semanas, Carl Lewis, el paradigma del deporte limpio, supuestamente en las antípodas del demonizado Ben Johnson, fue acusado de tomar esteroides por un ex médico del Comité Olímpico estadounidense.

El caso de Jonah Lomu, el All Black dueño de un físico descomunal, pero alejado de las canchas por un problema renal crónico también es al menos curioso Foe murió y el partido se siguió jugando. Mientras su cuerpo se enfriaba, a su técnico lo inquietaba cómo parar el equipo. A nadie parecía importarle mucho. Las preguntas flotan. ¿Quién se hará cargo de su derrumbe? ¿Alguien se animará a sentar al fútbol en el banquillo? (AR)


Se desplomó de repente, como si hubiera sido alcanzado por la bala de un rifle, o un piedrazo en la nuca. Pero no era nada de eso. Al camerunés Marc Vivien Foe se le aflojaron las piernas y falleció ayer de repente, mientras su seleccionado y Colombia jugaban un partido de fútbol en Lyon, Francia.

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