Un sistema distorsivo

Por Alicia Miller

Desde esta semana, el radicalismo y el peronismo rionegrinos acudirán al llamado del gobierno provincial con miras a iniciar la reforma política propuesta por el Poder Ejecutivo.

En cierto modo, resultaba esperable que ambos partidos -que juntos han marcado en forma indeleble la política del último medio siglo de Río Negro- conversen primero entre ellos antes de hacerlo con el resto de las fuerzas políticas y ciudadanas de la provincia.

De hecho, así lo han hecho desde hace bastante tiempo, y en gran medida eso les permitió asegurarse que el bipartidismo no estuviera en riesgo ni aun por castigo a los errores que cometieran.

Está claro que, por más que se digan opositores uno de otro, y pese a que sus dirigentes se lancen sapos y culebras en cada discurso de cada campaña electoral, los dos partidos tradicionales han podido conciliar muy bien las políticas «de trazo grueso».

Entre otras, han diseñado en conjunto el sistema político y electoral que hoy se vuelve imperioso cambiar. Claro que el radicalismo lo ha hecho como conductor y el peronismo como bastonero.

Es que el sistema que rige actualmente resulta una virtual estafa a la voluntad ciudadana, pese a que el respeto a ella es el espíritu que debe inspirar a cualquier normativa en materia electoral.

¿Por qué sucede esto? Veamos.

Como es conocido, la Legislatura provincial se integra actualmente con 43 legisladores, designados por una doble vía: 19 de ellos por representación poblacional, es decir por lista «sábana», y los restantes 24 por representación territorial, es decir tres legisladores por cada uno de los ocho circuitos en que se dividió la provincia.

Este doble sistema fue implantado por la Convención Constituyente que redactó una nueva Constitución provincial en 1988 y reglamentado por los legisladores en diciembre de 1990 en el Código Electoral y de Partidos Políticos, ley 2.431.

Los constituyentes buscaron evitar con el doble sistema de designación la conformación de un Senado y una Cámara de Diputados en la provincia, para ahorra gastos. Pero previendo a la vez un mecanismo que garantizara la representación de las distintas regiones de la provincia sin distorsiones. La aplicación en estos últimos años prueba que no lo lograron y que la ley Electoral aumentó la distorsión de la voluntad popular hasta niveles verdaderamente escandalosos y reñidos con los principios republicanos.

Analicemos varias de las características de este sistema:

– El sistema previsto por los constituyentes superpone lo que sería una virtual Cámara de Diputados y un Senado. Esto implica que, si bien a la hora de votar todos los legisladores «pesan» todos igual, la base de sustentación electoral de quienes fueron votados en toda la provincia es muy diferente de la que poseen aquellos que ganaron en circuitos de pocos electores, como la Zona Atlántica.

– Pese a la justificada «mala prensa» que tienen a nivel nacional las listas «sábana», no es éste el principal problema del sistema electoral rionegrino. Aun cuando permite a los partidos políticos colocar algunos «impresentables» debajo de algún nombre popular, la lista «sábana» es la única que verdaderamente permite la representación de las minorías. Esto es así porque, si bien los constituyentes nada dijeron al respecto, luego el Código Electoral y de Partidos Políticos que aprobaron el radicalismo y el peronismo fijó un piso de 5% que deben lograr los partidos para aspirar a bancas por la «sábana». Pero en el caso de los circuitos, ese piso es mucho más alto, del 22%, lo que prácticamente deja fuera de carrera a las minorías. Evidencia de ello es la conformación de la actual Legislatura. Por los circuitos ingresaron sólo radicales y peronistas, con la única excepción de Encuentro -el arriaguismo- que se alzó con los tres lugares del Alto Valle Oeste. Todo el resto de las representaciones minoritarias -los otros siete diputados que suman en conjunto Encuentro, el MARA y el PPR- ingresaron por la sábana.

La distorsión permitió tradicionalmente al radicalismo alzarse con la mayoría, y en el 2003 obtener un 56% de las bancas legislativas, obteniendo un 32,6% de los votos válidos. Toda una afrenta a la ciudadanía.

En fin, allí estarán juntos el miércoles, radicales y peronistas, para comenzar un diálogo que seguirá luego con la convocatoria a los partidos con representación legislativa, a los que tienen representantes en los municipios y que seguirá con la consulta a través de Internet a las ong's y otras entidades intermedias.

Lo que ha sido materia de debate en estos últimos días en la capital provincial es hasta qué punto el ímpetu reformador del ministro de Gobierno, Iván Lázzeri, coincide con los deseos del gobernador Miguel Saiz, quien hasta el momento no parece tener el mismo entusiasmo a la hora de otorgar concesiones que puedan poner en riesgo la hasta ahora indiscutida hegemonía radical en la provincia.

 

Una semana movidita

 

Otros temas inquietarán los días por venir:

– La pre-paritaria entre Educación y la Unter, en el marco de un conflicto que -si bien algo diluido- no podría ser considerado superado.

– La decisión de Saiz de no revisar nada de la gestión Verani lo enfrentará con el deseo de su propio funcionario en Altec, Brussino, quien impulsa que se investigue un millón de pesos del último balance que no parecen tener justificación. Esto es similar a lo sucedido en Educación. Según fuentes de Viedma, cuando el encargado de las empresas públicas, Alberto Croceri preguntó cuál sería su función, Saiz le habría señalado: «Vos trabajá para adelante».


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