Todos quieren mi montaña: trekking de otoño al cerro Goye en Bariloche

Los colores de la estación transforman este clásico paseo en una experiencia siempre diferente. Qué vas a ver desde la cumbre, recomendaciones y un tip clásico y reconfortante para cuando vuelvas. No te lo pierdas.

El cerro Goye es uno de los destinos favoritos para cualquier habitante de Bariloche, nativo o por opción, que se precie de tal. Durante el otoño, cuando los bosques que lo rodean se tiñen de ocres, rojos y amarillos, la caminata hasta la cumbre se convierte en un paseo muy tradicional, accesible e ideal para hacer con buena compañía.

Ese fue el plan de una amiga barilochense que aprovechó el fin de semana pasado y nos contó todos los detalles de esta hermosa travesía que empieza en Colonia Suiza. Si vas en colectivo la línea 10 te deja a la entrada. Incluso hay una parada a pocos metros del inicio de la picada. Si vas en auto se puede estacionar junto a la calle.

“Para iniciar el sendero es el mismo camino por donde comienza otro trekking al refugio “Manfredo Segre”, más conocido como Laguna Negra (1.620 m.s.n.m.). El arranque de la picada está a unos 30 metros de la fábrica de la cervecería Berlina, en uno de los extremos de Colonia Suiza. Está señalizado con un cartel que indica cuál es la senda y cuáles son los distintos recorridos”, explicó.

Por el bosque. Hay marcas en los árboles que indican el camino, es muy accesible. Foto Alfredo «Chino Leiva».

“El primer tramo es de dos kilómetros aproximadamente y se comparte el mismo camino que a Laguna Negra. El camino es bastante ancho, podrían transitar vehículos particulares (pero no está permitido). Es una propiedad privada, no es un sendero que pertenece a ningún organismo público, como Parques Nacionales, por lo que tiene algunas delimitaciones, hay propiedades a los costados con alambres”, describió. Hay que ir por el medio del camino principal, que está muy pisado. Al andar, a mano derecha te acompaña el arroyo Goye que, “según la época del año, se siente muchísimo el sonido del agua que baja con fuerza”.

Tras los dos kilómetros de marcha, aparece un árbol en el centro con un cartel que indica el desvío para cerro Goye. “Es el de la izquierda y sube de una manera empinada. El camino es muy boscoso, tiene muchísima vegetación nativa y se suelen ver pájaros carpinteros. Es un ambiente muy cerrado por la frondosa vegetación que hay. Está todo señalizado, hay marcas en los árboles que te van indicando cuál es el camino pero es muy accesible llegar porque está bien marcado. Hay sectores de subidas pronunciadas que generan un esfuerzo físico importante pero, otros donde vas más tranquila”, aclaró.

Cerro Goye en Bariloche: un balcón natural


Luego de caminar un tiempo largo, salís de la zona boscosa y empezás a ver la cumbre del cerro Goye. “Se abre como un descampado donde la vegetación no crece y empezás a subir por una senda de pedrero. Ciudado porque hay piedras sueltas. En el tramo final, a mano izquierda, vas ascendiendo por el filo del cerro hasta llegar a la cumbre. Cuando vas subiendo, si está despejado, se puede ver el cerro Tronador bastante atrás; a la izquierda, el cerro López con su olla nevada, y a la derecha, el cerro Bella Vista. “En un sector, sale otro desvío por el que podés llegar al Bella Vista pero es bastante exigente”, dijo nuestra amiga.

Abajo hacía más frío que arriba. En un momento las nubes taparon la ciudad. Es un fenómeno meteorológico que se denomina «inversión térmica». Maravilloso. Foto Alfredo «Chino» Leiva.

Desde la cumbre “se ve muy delimitado el Valle del Rucaco con su vegetación muy tupida y cerrada. La vista panorámica es imponente: al pie, el lago Moreno y un poco más lejos ves el Nahuel Huapi. También se ve clara la cumbre del cerro Otto, la península San Pedro y hasta se divisa el aeropuerto si se mira a la derecha. El panorama es muy abierto, como un abanico, es una postal muy bonita”, expresó.

Cerro Goye en Bariloche: consejos y recomendaciones


Dos datos muy importantes nos compartió. El primero es que “se sube y se baja por el mismo camino porque la dificultad es intermedia. Se estima entre cuatro y cinco horas de marcha, dependiendo del tiempo de cada persona o del estado físico. Son alrededor de 12 km ida y vuelta”. Y el segundo, es que “hay que tener en cuenta que este camino lo usan también los ciclistas que hacen descenso enotnces hay que prestar mucha atención para evitar accidentes”.

También comentó que hay un segundo camino para bajar que es “mucho más exigente, muy empinado, tiene menos señalización, mucha piedra suelta y por eso generalmente no se recomienda”.

Algo imperdible del tramo final es apreciar desde la cumbre los colores del otoño: “las lengas, tanto las comunes como las achaparradas, tienen hojas naranjas o rojizas, que le dan un tono muy particular a la montaña. ¡Se pueden ver cóndores también!

Por último, “al bajar, lo más tradicional, es quedarte a comer algo en los puestos de Colonia Suiza, en la feria o en el paseo del Conventillo, hay muchos foodtracks. Donde termina el sendero está la cervecería y también hay otras propuestas en los micro paseos gastronómicos que se han armado. Los días de mayor movimiento son los del fin de semana, especialmente los domingos, que se hace el curanto. Es un clásico: todos los que subimos al Goye cuando bajamos vamos a tomar una cerveza y a comer algo”, aconsejó. Un premio muy merecido.

Qué hacer en Colonia Suiza


  • Toda caminata exigente tiene su recompensa. No sólo es esa satisfacción de haber llegado a la cumbre y la panorámica inolvidable que te llevas en la retina sino también algo que reconforte el cuerpo y el alma.
  • Por eso la recomendación que todos hacen, al regreso, es retomar energías y hacer una parada en Colonia Suiza, el primer asentamiento europeo en la región.
  • Colonia Suiza no solo es patrimonio histórico y un poblado muy pintoresco que nos transporta en el tiempo y el lugar.
  • En el centro, entre construcciones de madera, piedra y tronco, hay una hermosa plazoleta, y en la calle principal, la feria artesanal.
  • Se puede visitar el Museo de los Viejos Colonos, la Capilla Católica Nuestra Señora del Rosario, San Pío y unas hermosas casas de té con pastelería artesanal.
  • No podés terminar tu aventura en el cerro Goye sin comer algo típico como el curanto. También hay otras opciones, varios patios gastronómicos y foodtracks que complementan la feria y brindan más opciones para disfrutar. Podés ir todos los días pero el domingo se hace la feria artesanal, con distintos puestos, degustación de productos locales y la elaboración del famoso curanto.


Recomendaciones para caminantes


  • Ir y volver por el mismo camino.
  • La caminta es de dificultad media, de enero a marzo pero, de abril a diciembre es de dificultad alta.
  • Hacer el registro de trekking, chequear pronóstico y regresar con la basura
  • Llevar agua, gorro, lentes de sol, protector solar, buen calzado y, si tenés, bastón de trekking.



El cerro Goye es uno de los destinos favoritos para cualquier habitante de Bariloche, nativo o por opción, que se precie de tal. Durante el otoño, cuando los bosques que lo rodean se tiñen de ocres, rojos y amarillos, la caminata hasta la cumbre se convierte en un paseo muy tradicional, accesible e ideal para hacer con buena compañía.

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