Potente manifestación musical de Los 5 Leones

A seis meses de su última presentación, Chingolo y Carlos Casalla, Hernán Lugano, Pablo Méndez y Luis Bravo volvieron juntos al escenario.

Ecléctico repertorio el escogido por Chingolo y Carlos Casalla, Hernán Lugano, Pablo Méndez y Luis Bravo junto a invitados para mantener contacto con el público que colmó la sala de la Biblioteca Sarmiento el viernes. Los 5 Leones reivindicaron solvencia musical compartida con Rubén Hidalgo (bandoneón) y Tata Chango (guitarra y voz) junto a su sobrino Ezequiel Fischer (guitarra y percusión).

La celebración abrió puertas a las emociones, de par en par, cuando Chingolo entonó su versión de “Duerme negrito”, aquel arrullo escuchado por Atahualpa Yupanqui en la frontera entre Venezuela y Colombia, de una nana que cuida al niño de la madre que trabaja en un cafetal. Alusión subyacente en las palabras que el dibujante y músico de 90 años emitiera desde el escenario apenas abierto el telón. “Pensamos que sería un buen momento para, con música, alejarnos un rato de lo que pasa en la calle, en el mundo, en el país. Por eso nos hemos reunido. Les agradezco públicamente porque estoy más cerca del arpa que del tambor y ellos, en su plenitud”, expresó Chingolo.

“Hay instrumentos que dialogan, se entienden, hay frecuencias sonoras, tienen que ver uno con el otro”, introdujo para presentar a “un maestro de maestros, Pablo Méndez. Vamos a hacer aquello de la conversación”. Y batería y bajo expresaron con múltiples matices.

Sumados el multicromático despliegue de Lugano al piano y el rítmico aporte de Casalla hijo en percusión (con remera estampada con la imagen de su hija Morena), quedó presentado el ensamble instrumental, al que sumó voz Luis Bravo con letra de “Como esperando abril” de Silvio Rodríguez. Una aproximación al caudal vocal que extendió a “Sabor a mí”, “Candombe para Gardel” (percutiendo regadera), “Barrio de tango”, “Fueron tres años” y su particular versión de “Balada para un loco”, mechando referencias locales.

Con la zamba “Tacita de plata” Tata Chango inauguró celebrada participación. Continuó con “Bailando con tu sombra-Alelí”. Con Ezequiel en guitarra, “Sombra enamorada” y “Candombe de mucho palo”.

Lucimiento del trío Fantoma (Lugano-Méndez-Casalla) con composiciones de pianista y percusionista que optó por el bajo para “Salsa Blanca”, “tema que me pertenece hasta que aparezca el verdadero autor”.

Agradecimientos al productor Sergio Suez y auspiciantes antecedieron a “Achicoria” (de Casalla), refiriendo a “épocas de malaria”. Hay que ir hacia adentro y ser humano, desde la letra.

Con Rubén Hidalgo y su bandoneón, milonga, tango y chamamé reclamaron protagonismo durante la velada que concluyó con “Creciendo” como canto de esperanza frente a “un año difícil, con pérdidas para varios acá. Vamos a volver a encontrarnos. Nada es eterno. O sí…”, expresó el autor. El público aplaudió de pie.


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