La Casa de la Música: un polo cultural en franco crecimiento

El arco cultural de Cipolletti está, desde hace muchos años, organizado en tres polos: el Centro Municipal de Danza, el Centro de Artes Visuales y la Casa de la Música. Esta última es de las más antiguas y durante muchos años se mantuvo al borde del abandono. Falta de difusión, de mantenimiento y pocos instrumentos generaban una vista desoladora.

Durante la anterior gestión y la actual, esta situación dio un importante giro y se comenzó a comprar instrumentos, a contratar mayor cantidad de profesores y el año pasado se realizó una refacción general, renovando las dos sedes, ya que además cuenta con un anexo ubicado a unos 50 metros del edificio principal.

Ubicado en la calle Fernández Oro, se dictan más de diez talleres de instrumentos, que son impartidos por unos 30 profesores y reciben a más de 800 niños, jóvenes y adultos que buscan adentrarse en el infinito universo de la música.

El reto

Gloria Picaguá es música desde hace más de 30 años y se acercó por primera vez a la gestión cultural del Estado cuando el director de Cultura de Cipolletti, Miguel Ángel Barcos, la convocó para que sea la nueva coordinadora de la Casa de la Música. Sin dudarlo aceptó el reto y desde entonces busca “jerarquizar la escuela”, tratando de “ofrecer a la comunidad, calidad y novedad en todos los talleres que se dictan. Sobre todo acercar el conocimiento a los chicos que no pueden pagar una academia, que sale tan caro, y buscamos que reciban el mismo contenido de alguien que paga”, remarcó. Según explicó, la idea que manejan es colaborar con los jóvenes que buscan descubrir su vocación, para que a la hora de realizarse con estudios universitarios ya accedan con una base que les permita transitar esa fase con mayor soltura.

En la Casa de la Música se dictan los talleres de guitarra, guitarra eléctrica, bajo, batería, piano teclado, violín, y este año incorporaron percusión, violonchelo y flauta traversa. Además se ofrece un taller de audioperceptiva y de canto. “Todo lo que enseñamos apunta a lo que pide hoy la sociedad, que son los ensambles”, sostuvo Gloria, y destacó que de allí surgen los interpretes que integran la Banda Municipal, el Coro de Adultos, la Orquesta de Folclore Infantil y, desde este año, la Orquesta Folclórica Juvenil, además del Coro de Niños. “El año que viene apuntamos a generar el conjunto de cámara. Cuando los alumnos de violín, violonchelo y flauta traversa estén más avanzados trataremos de formar una orquesta”, aseguró.

Trabajo arduo

Esta escuelita viene experimentando grandes cambios, y desde el 2016 se viene invirtiendo y sumando recursos. “Es permanente el mejoramiento”, dice la coordinadora y agrega que “los tiempos que corren nos llevan a no estancarnos”. “El año pasado fue de arduo trabajo. Muchas refacciones para poner la escuela en condiciones, estaban muy deterioradas. Se arreglaron baños, aulas, paredes, pintura, pizarrones y varias cosas más” precisó y resaltó que se incorporó un baño para discapacitados. Además, la nueva gestión aportó heladeras, microondas y unos veinte nuevos instrumentos.

Como nuevos objetivos, Picaguá propuso conseguir computadoras para que se puedan brindar talleres en edición digital de sonido. Además, consideró que “hoy en día la tecnología nos acerca información, nos aliviana el camino para escribir partituras, escribir pistas y muchas tareas más”. En ese sentido destacó que realizan gestiones para convocar profesores y adquirir el equipamiento necesario.

Gloria Picaguá, coordinadora de la Casa de la Música.