Todo esto pasó en los Grammy y vos tenés que saberlo

El fallo de Adele y el vestido de Beyoncé entre otros.

El esperado duelo entre Adele y Beyoncé en la gala de los Grammy acabó saldándose en la madrugada de hoy en favor de la británica, que se convirtió en la gran triunfadora de la velada llevándose a casa cinco gramófonos.

Su hit “Hello” se alzó con el galardón en las dos categorías reinas de Canción y Grabación del Año, mientras que su disco “25” fue coronado como Álbum del Año. Entre lágrimas, Adele no se ovidó de su rival. “La artista de mi vida es Beyoncé”, afirmó. “’Lemonade’ es monumental”.

Beyoncé, que apenas unos días antes había anunciado su embarazo por partida doble, se llevó sólo dos trofeos de los nueve a los que optaba -Mejor Álbum Urbano Contemporáneo por “Lemonade” y Mejor Video Musical por “Formation”-, pero entusiasmó con una actuación que muchos vieron como toda una oda a la maternidad.

Enfundada en un ceñido vestido dorado que marcaba su ya redondeada barriga y adornada con enormes joyas, la cantante reivindicó sobre el escenario el papel de la mujer, también como madre. Cantó “Love Drought” y “Sandcastles” entre hologramas en los que aparecía mostrando mucha piel y luciendo su embarazo.

Otro de los protagonistas de la velada fue, póstumamente, David Bowie. Trece meses después de su muerte, el icónico cantante británico y su disco “Blackstar” fueron premiados en cinco categorías, entre ellas la de Mejor Actuación Rock, Canción Rock y Álbum de Música Alternativa. En vida, Bowie sólo se había llevado a casa un Grammy.

Por su parte, el joven Chance the Rapper fue distinguido como Mejor Artista Nuevo, además de llevarse los premios de Mejor Álbum y Actuación Rap con sus apenas 23 años. Y el dúo mexicano Jesse & Joy se alzó con el gramófono al Mejor Álbum de Pop Latino por “Un besito más”, galardón que dedicaron “a todos los hispanos” y minorías estadounidenses.

La suya fue una de las pocas declaraciones políticas de una noche en la que, al contrario de lo que se podía esperar, las alusiones al nuevo presidente del país fueron escasas. La más sonada fue la de los veteranos raperos y hiphoperos A Tribe Called Quest, quienes además de destruir un muro calificaron a Donald Trump de “presidente agente naranja” en un juego de palabras con su bronceado y el gas utilizado durante la Guerra de Vietnam.

Y entre las anécdotas de la noche, Adele volvió a ser protagonista, esta vez durante el homenaje al fallecido George Michael. La artista no pudo evitar las lágrimas al pedir perdón por equivocarse con la letra de “Fast Love”.

Al minuto de haber comenzado a cantar, instó a los músicos a que se detuvieran para volver a empezar, mucho más tensa, aunque el público del Staples Center de Los Angeles la recompensara con un sonoro aplauso.

Por desgracia, no era la primera vez que le sucedía algo así, pues el año pasado su prodigiosa voz pareció fallarle al cantar “All I Ask”, aunque luego explicó que se debió a un problema de sonido. Y junto a su homenaje a Michael, también fue muy emotivo el tributo que Bruno Mars rindió al fallecido Prince con “Let’s Go Crazy”, enfundado en un traje morado de lentejuelas y guitarra blanca al hombro como el artista de “Purple Rain”.


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