Lo urgente siempre tapa lo pendiente

Panorama de Neuquén

La distribución de dinero entre las provincias y éstas con los municipios quedará para “cuando se registre crecimiento económico”. La promesa quedó en el aire después de que el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne admitiera que no están dadas las condiciones para un tironeo de los fondos. Argumentó que no hay provincias dispuestas a ceder fondos a favor de otras, como Buenos Aires, que se siente la hermana más generosa: la que más produce y la que menos recibe.

El gobernador Omar Gutiérrez le puso números al tema. Habló de seis años de recesión y dos de estancamiento, por lo que la prioridad sería hacer crecer la economía para que la Nación asuma el papel de Gran Hermano rico y organice un debate que puede ser largo y discutido.

A poco de asumir, Gutiérrez buscó la foto de todos los intendentes en el patio norte de la Casa de Gobierno y muy suelto de cuerpo los incentivó a discutir un nuevo reparto. Antes lo había hecho el presidente Mauricio Macri con los gobernadores.

La ley neuquina de 1993 estableció una distribución del 15% del total de los ingresos de acuerdo con ciertos parámetros. El 60% en función de la población, el 15 en forma inversa al gasto salarial, el 10 por población sin la ciudad de Neuquén, el 10 por recaudación propia y el 5 en partes iguales. Eran otros tiempos y el paradigma de que el Estado gastaba mal había colonizado los logros políticos. Si bien la ley dice actualización según los censos como siempre ocurre con el MPN, mientras funcione que siga así; y si surge algún problema se lo anuda para solucionarlo más adelante.

El crecimiento poblacional hizo que hoy existan 54 jurisdicciones subprovinciales, a las que se les transfiere unos 7.022 millones de pesos en forma automática, sin considerar los aumentos de los recursos que orillan el 22%.

Es un hecho que al retirar del planillo a la ciudad de Neuquén
–que tiene servicios contratados y pocos empleados y una masa crítica que le permite airear su presupuesto– y Cutral Co –que tiene un esquema parecido, con mayores contratos de locación de servicios, y oxígeno de El Mangrullo– el resto de las comunas se convirtió en una oficina pagadora de sueldos.

“El living de la provincia” San Martín de los Andes recibió la peor precipitación de nieve en 20 años. Como los árboles del casco urbano no se habían podado durante varios otoños, la caída de ramas sobre cables fue masiva. En 72 horas de acumulación de más de 40 centímetros en la avenida céntrica no se había retirado, y como se había cortado la luz los servicios no se podían solicitar por teléfono. Brunilda Rebolledo fue sincera cuando dijo que el Convenio Colectivo de Trabajo con ATE impedía la gobernabilidad. La llamaron hasta de Buenos Aires para advertirle que eso no era políticamente correcto, algo parecido a lo que le pasó a Omar Gutiérrez cuando dijo que lo pensaba sobre la reforma laboral.

En el último acto oficial que puede compartir con la candidata a diputada nacional Alma Sapag, Gutiérrez dispensó dos millones de pesos para que tres localidades puedan construir portales de ingreso con letras y murales. Es decir que ni para eso tienen capacidad de maniobra esos jefes comunales. El intendente de El Sauce fue asesorado por un organismo técnico de la provincia para obtener fondos nacionales para poder hacer una plaza en el pueblo.

Cada seis meses el gobierno provincial despliega un operativo de salvataje a municipios. Lo hace con cierta culpa porque en Zapala quien dejó el Municipio sobrepoblado de empleados fue el primo del exgobernador Jorge Sapag, Edgardo, y en Plottier lo hizo Sergio Gallia, quien hoy preside la comisión de Hacienda por ausencia de talentos profesionales o negativas manifiestas en el bloque del MPN. De forma tal que si niega ayuda le sacan prontuario político.

Como hay elecciones, la prudencia de los políticos tiene un paroxismo inusitado, y cuando no hay la economía se estanca. Una paradoja en la que la autonomía real municipal está en juego.

El ministro Nicolás Dujovne le dio guión al gobernador para aplacar las ansias revisionistas de los intendentes en torno al reparto de fondos.

De 54 son sólo dos los municipios que pueden tener autonomía en el manejo de fondos y la Provincia programa auxilios financieros cada seis meses.