Amor animal… historias de acá cerca que vale la pena contar

Ella vive en una de las tantas chacras del Alto Valle. Su pasión: los animales y una vida dedicada a cuidarlos.

Charlie: “siempre me termino encariñando con los bichos”

Amor animal… historias de acá cerca que vale la pena contar

Mi amiga Charlie es una enamorada de los animales y encima, tiene alma de rescatista. Los cuida, los cura, juega y charla con ellos. Tiene perros, en su mayoría, pero alguna vez también dio asilo a un caballo.

“Los boxer nacieron en la chacra. Su mamá, Fiona, los parió acá. Eran 10 y los había regalado a todos hasta que vi que no los cuidaban y me los traje conmigo. Y aquí están los que quedan, el 10 de marzo cumplen 10 años”, comentó.

Diana a caballo de King, siempre haciendo travesuras.

“Cabito era el ovejero alemán que partió hace poco. Me lo trajeron con algo más de un año, era gigante, pero buenazo. Estuvo conmigo 12 años”, recordó emocionada.

Cabito, el gigante buenazo.

“A la Peque me la tiraron en la tranquera. Casi se la comen los otros perros pensando que era una laucha de lo flaca y raquítica que estaba. Ella la pasó muy mal cuando la atacaron los pitbull del vecino, casi la degüellan, pero se la re banco. Y sigue haciendo macanas”, dice divertida.

Peque y su dueña, después de una siesta.

“Después están las dos negras: la Chascona, por su pelito más largo que su hermana Morena. Ellas también fueron abandonadas a su suerte. Llegaron a la tranquera caminando, como buscando amigos porque no le tuvieron miedo a los otros y les ladraban. Realmente son re caraduras”, comentó entre risas. “De todas formas, ellas y la Peque están para darlas en adopción responsable… pero siempre pasa lo mismo, me termino encariñando con los bichos”, dice Charlie.

Chascona, una dulzura.

Morena es toda una compañera.

“Y Malevo es el último integrante, por ahora, de la familia. Tiene 6 meses y es pura energía. Llegó el 11 de noviembre del 2017 y quería jugar con los boxer, pero como ya están viejitos, lo sacaban con fritas. Y la sigue ligando, pero ya lo soportan un poco más. Es bien torpe porque es un cachorro grande. Cuando hace calor se baña en su pileta, pasa por la tierra y entra a la casa con sus patotas embarradas”, contó.

Redacción “Río Negro”

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Malevo, 6 meses de pura vitalidad.

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