Al rescate de dos especies forestales

El raulí y el roble pellín forman parte del ecosistema de bosques templados andino- patagónicos. Por la calidad de su madera han sido especies sobreexplotadas en el pasado. Desde el INTA se trabaja en el estudio de las especies para su recultivo.

Con el objetivo de conservar los bosques nativos de la región patagónica el Área Forestal de la Estación Experimental de INTA de Bariloche apuesta al estudio de sus especies nativas para llevarlas a cultivo. En particular, se puso el foco en el raulí y el roble pellín, dos especies emblemáticas de nuestra región, que también crecen en Chile. Las mismas forman parte del ecosistema de los bosques templados Andino Patagónicos , y por la calidad de su madera han sido sobreexplotadas en el pasado. Actualmente, en Argentina, ambas especies están protegidas ya sea dentro de Parques Nacionales o de reservas provinciales, espacios donde presentan la mayor superficie de su distribución.

“Son especies con una calidad de madera muy alta, por ello se hace un aprovechamiento de sus bosques. Es el principal motivo para incluirlas en el programa de estudios” explica Paula Marchelli, investigadora de Conicet en INTA EEA Bariloche.

Por su parte, María Marta Azpilicueta del Área Forestal del INTA Bariloche indica que “hay distintos factores que afectan a la regeneración del bosque, como la existencia de ganado o el establecimiento de comunidades en áreas de reserva. A partir de ello se busca identificar la mejor población, el bosque adecuado para extraer semillas y ayudar al bosque a mantenerse en el tiempo”.

Las investigadoras son editoras de la publicación “Zonas Genéticas de Raulí y Roble Pellín en Argentina, Herramientas para la Conservación y el Manejo de la Diversidad Genética”. En el manual, difundido recientemente y escrito junto a otros investigadores, se agregan nuevos registros a la distribución de dichas especies forestales. El trabajo da cuenta también de un procesamiento de datos moleculares de laboratorio, generados con el fin de agrupar las poblaciones que se asemejan genéticamente. Con toda la información reunida se definen zonas genéticas. Así, si hubiese que hacer una restauración en un bosque se debería colectar semillas de la zona genética que conforma, dado que ya están adaptadas a ese ambiente. Los estudios realizados posibilitan conocer también cuál es la diversidad genética que existe en las distintas poblaciones, es decir, en cada uno de estos bosques. Cuanta mayor diversidad genética se pueda aportar en una restauración, más chances tendrá esa población de sobrellevar los cambios ambientales, dado que la variabilidad genética es la que brinda las opciones para adaptarse a dichos eventos.

Para el resguardo de las especies, es posible gracias a estos nuevos estudios, llevarlas a otros sitios donde hoy naturalmente no crecen, o implementar bancos de semillas; es decir aprovechar períodos de mucha producción de semilla, recolectarla y conservarla en frío durante años.

El raulí y el roble pellín, son dos especies muy parecidas. Las hojas de ambos se distinguen mejor en otoño, el roble tiene tonos amarillentos y el raulí tonos rojizos; también hibridan y se encuentran hojas intermedias; cuando pierden su follaje, el roble pellín tiene placas en su corteza y el raulí presenta grietas longitudinales en la misma.

La cuenca de mayor distribución de estas especies se ubica en el circuito de los Siete Lagos, principalmente en el lago Lácar, en cercanías a San Martin de los Andes. En esa zona coexisten las dos especies y ocupan distintos nichos altitudinales, el roble pellín crece en la ladera por debajo de los 800 m y el raulí entre los 800 y los 1000 m sobre el nivel del mar. En la franja de superposición se produce hibridación natural entre las especies.

“Se busca identificar cuál es la mejor población, el bosque adecuado para extraer semillas y asistir a su regeneración”.

María Marta Azpilicueta,

Área Forestal de

INTA Bariloche.

El dato

Datos

“Se busca identificar cuál es la mejor población, el bosque adecuado para extraer semillas y asistir a su regeneración”.
800
Los metros de altura sobre el nivel del mar hasta donde crece el pellin. El rauli lo hace entre los 800 y 1.000 metros.

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios