Falta de timing, un mal que acecha al gobierno

“Locura es seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes”, reza una célebre frase del científico Albert Einstein.

La premisa es particularmente pertinente para analizar el ambiente socio político al inicio de un año determinante para el futuro de la economía nacional.

La encerrona autoinflingida por el gobierno durante el último mes por el polémico acuerdo del Estado con el Correo Argentino en torno a la deuda originada en el proceso de quiebra de la empresa, y por la readecuación del cálculo en la actualización de los haberes jubilatorios, se inscribe netamente en el campo de la política, pero tiene serias derivaciones en materia económica. En cuanto al acuerdo con la empresa perteneciente a la familia del Presidente, el mismo implica una quita superior al 98% de la deuda original de la empresa, sin contar la demanda aun vigente de la empresa contra el Estado por daños y perjuicios, por un monto que supera los $2.300 millones. En relación a las jubilaciones, la fórmula que intentaba aplicar el gobierno, implicaba un “ahorro” de $3.000 millones durante todo el año 2017.

El impacto de ambas noticias en un corto lapso de tiempo, obligó al gobierno a dar marcha atrás, y a que sea el propio Presidente de la Nación, el que deba exponerse ante los periodistas para dar las explicaciones del caso. Una modalidad conocida en el ámbito científico como “prueba y error”, que ya aparece habitual en la forma que tiene la actual administración para abordar problemáticas, tanto en materia económica, como en asuntos caros al ideario popular o en temas delicados jurídicamente donde están en juego altas esferas del poder. Valga recordar lo sucedido en torno a la marcha y contramarcha por el traslado del feriado correspondiente al “día de la memoria”, o lo acaecido al inicio de la gestión Macri en cuanto a la designación de los jueces de la Corte Suprema.

Pero lejos de capitalizar la experiencia recogida durante la primera quincena de febrero, a fin de corregir la forma en que se toman ciertas decisiones, y el modo en que las mismas se dan a conocer, la última semana arrojó un panorama similar.

El viaje oficial del Presidente a España, tuvo como objetivo atraer inversiones durante los próximos 3 años. Se sabía de antemano que el punto más álgido de la agenda en tierra ibérica, sería el encuentro con los directivos de Telefónica SA, que amenazaban con acudir al Ciadi si se le asignan de forma gratuita a Nextel, propiedad del Grupo Clarin, las licencias para operar 4G en territorio nacional, cuando Movistar se vio obligada a pagar u$s 427 millones en 2014 y 2015 para acceder a los mismos permisos. Llamativamente, el día anterior al encuentro con los empresarios españoles, el Enacom dio a conocer la resolución por la que asigna las frecuencias a Nextel sin abonar cargo alguno. Una falta de timing notable.

Al parecer, el encuentro fue fructífero, y los españoles desistirían del reclamo en el tribunal del Banco Mundial. Sin embargo, la escasa coordinación, comienza a complicar no solo el caudal político del Presidente, sino la gestión económica.

“España sigue con interés el proceso de transformación que vive la Argentina y aplaude los esfuerzos realizados por el gobierno”.

Felipe VI, rey de España,

durante la visita del presidente Macri.

Dato clave