Las fiestas masivas y al aire libre copan el Alto Valle

Son al aire libre y llegan a reunir a 18.000 jóvenes.Fernández Oro es el municipio donde más se realizan. En Navidad y Año Nuevo convocan multitudes.

Son las 5:00 AM y la salida del sol los encuentra bailando al aire libre, compartiendo un momento con amigos, tomando un trago, hablando de lo que se habla cuando las palabras ya lo dijeron todo a esa hora de la madrugada. Gafas puestas, risas, selfies que “vuelan” por las redes sociales y una forma de reunión que convoca a multitudes, es la manera de celebrar que se impone en la región entre los jóvenes.

La postal de aquel que sueña con robar un beso en el “reservado”, del que busca la pista de lentos añorando que vuelva una época romántica e imborrable o del que acodado en la barra tenía la mejor panorámica, ya es parte del pasado. Aunque los boliches bailables siguen existiendo en diferentes ciudades de la zona, la aparición de un nuevo modelo de esparcimiento para celebrar y divertirse, los puso en segundo plano a la hora de salir.

Las fiestas al aire libre, organizadas con globas, barras móviles, DJs y una estructura que se adapta al lugar en el que se planifica el evento, lideran las taquillas. Son algo así como una reunión masiva que todos esperan, un ritual que en Facebook, Instagram o Twitter, se cuentan los días para que finalmente llegue. Y si no vas, te la perdiste. Y si te la perdiste, como dicen los más jóvenes, no festejaste “fuerte”. Pero tranquilos – se convencen – habrá una segunda oportunidad. Las fiestas más taquilleras, como las películas más vistas, siempre prometen entregar algo más, aunque no siempre cumpla las expectativas.

La historia

Bernardo Huebra tiene 37 años y es un comerciante de Allen que conoce desde la génesis la irrupción de las fiestas al aire libre. Él, junto a un grupo de amigos, gestó hace algunos años atrás la “Fulano Mengano”, un evento que tiene su lugar en el calendario de estas celebraciones.

“Yo tenía un bar en Allen y empezamos a notar que la gente quería salir de las cuatro paredes de ese espacio, que no quería hacer siempre lo mismo, que ir a un lugar cerrado era para determinadas fechas. Con amigos hicimos la primera Fulano en una chacra, al aire libre, y nos superó la concurrencia. Después, la misma gente que iba al bar, nos preguntaba cuándo íbamos a hacer otra vez la fiesta”, contó Bernardo. La “Fulano Mengano” tuvo desde sus inicios un costado solidario al proponerle al público la idea de concurrir con un alimento no perecedero para dar ayudar a quienes lo necesitan.

La fiesta que promovió Bernardo con sus amigos se fue perfeccionando cada vez más y pasó por diferentes predios de Allen y Fernández Oro. Hace dos años se realizó en la cancha del Club Unión, donde apostaron fuerte y sumaron a la propuesta el recital de la banda Babasonicos.

La fiesta “Siamo Fuori”, marcó un antes y un después en ese tipo de eventos. Durante 11 años le aportó a sus celebraciones al aire libre cada vez más propuestas artísticas para ofrecerle a quienes pagaban la entrada, una noche de calidad. En el 2013 la “Siamo” clavó el récord de asistencia en un predio de Fernández Oro: 18.000 personas concurrieron a la fiesta. Fue un mundo de gente. Pero en esa oportunidad se notó la falta de acompañamiento del Estado para garantizar, por ejemplo, la seguridad vial. Las rutas que se vieron desbordadas de autos que llegaban de todos lados.

La “Siamo” tuvo su última edición en el 2015. Después sus organizadores decidieron terminar con la fiesta, luego de que el municipio de Cipolletti les cerrara la puerta a los eventos masivos al aire libre que –aseguran muchos organizadores de la región– son los que tienen menos riegos.

Temores

La tragedia de Costa Salguero, que ocurrió en un espacio cerrado y en un contexto muy distinto, generó temor en muchos de los municipios de la zona y en vez de legislar y aportar el acompañamiento que necesitaban esa clase de eventos, los prohibieron. Ante esa ola restrictiva, Fernández Oro quedó como la plaza más accesible para los organizadores y se terminó el espíritu itinerante que identificó a las fiestas al aire libre desde los comienzos. Ese municipio se lleva su parte, porque por cada entrada obtiene un porcentaje de dinero que va a parar a las arcas de la comuna.

“La realidad es que hoy los municipios no se hacen cargo de nada. Te dan la habilitación, pero no te ofrecen ningún soporte, y eso es un riesgo para el que produce”, explicó Octavio Simonella, quien organizó la “Siamo”, al referirse a lo que debería aportar el Estado en materia de seguridad.

“Hoy también se perdió la inversión artística. Nosotros hace cinco años atrás trajimos a Poncho y el último año a Maxi Trusso, con 34 artistas más. Hoy una fiesta te trae un solo DJ. La inversión es muy grande, dependes mucho de que ese día no te llueva o te toque una mala noche. Tenés muchos gastos y deberían darte el soporte para ayudarte (…) En ese momento Fernández Oro te cobraba como un impuesto para habilitar el evento y no te daba nada más que un papelito firmado. Hay cosas que tienen que cambiar para que uno que hace un evento tenga ciertas garantías”, agregó.

Para Simonella “hay que hacer hincapié en que haya leyes, como existen en otras provincias, para que esto tome forma. Mientras esté así, pasa esto. Se van todos a Oro o se fomenta también que haya mucha cosa trucha dando vueltas… y después podés tener un martes 13”, insistió.

Los boliches

Las celebraciones al aire libre no hirieron de muerte a los boliches. PCcuando empezaron a copar el terreno de la noche e impusieron sus propias fechas, generaron un sistema de venta de barras para que los dueños de los boliches sigan trabajando con su personal, pero en las fiestas. Que los asistentes se vayan conformes de una fiesta depende en gran medida de una serie de aspectos que tienen que ver con lo organizativo. La seguridad privada, el servicio de emergencia y ambulancia, el estacionamiento, los ingresos ágiles y la disposición de los baños, entre otros, son puntos que no pueden fallar.

“A veces algunos piensan que es muy difícil controlar una masa de gente, pero es mucho más fácil que controlar 300 personas en un boliche o un bar. Hay mucha falta de información y educación en el ambiente, partiendo desde los dirigentes y la gente misma. Entonces, ante el miedo, hay requerimientos que a veces son para impedir y no para que se haga el evento. El ámbito más aseguro para una persona es estar al aire libre. Después hay mucho sobre la concientización de las drogas que acá estamos en una situación muy precaria”, agregó Huebra.

Más allá de las opiniones en contra y a favor, la realidad es que en la actualidad las fiestas al aire libre son los eventos más elegidos por los jóvenes a la hora de programar una salida. La mirada disímil sobre qué hacer con ese tipo de celebraciones en la región, poco aporta para que esos espacios tengan un criterio de organización y cuentes con controles, acordes y efectivos.

“Tenía un bar en Allen y empezamos a notar que la gente quería salir de las cuatro paredes. Así nació la Fulano Mengano”.

Bernardo Huebra, organizador de la primera fiesta de este tipo.

“Tiene que haber leyes como en otras provincias, porque si hay mucha cosa trucha dando vuelta podés tener un martes 13…”.

Octavio Simonella, organizador de la Siamo Fuori.

El dato

Intendente de Fernández Oro: “La solución no es prohibir”

“Exigimos las medidas de seguridad que corresponden”, dijo el intendente de Fernández Oro, Mariano Lavin. La ciudad albergó en el predio de La Masía, en la zona rural, la fiesta “Felice Natale” del 25 y esta madrugada se realizaba en el mismo lugar la “Black and White”. Insistió en que el municipio hace controles de manera seria. En la fiesta de Navidad se “exigió todo el operativo de seguridad que indica la policía, según el estimado de asistencia. Dentro del predio hubo dos ambulancias , estacionamiento para 6.000 vehículos , policía vial sobre las rutas, medidas de seguridad internas (matafuegos y elementos eléctricos), la cantidad necesaria de baños y puesto sanitario. El predio tiene tres accesos y egresos con los caminos señalizados ante una emergencia”. En Fernández Oro el municipio recauda el 7% del valor cada entrada. Ese dinero se destina a costear el operativo municipal de control (inspectores de Tránsito y de otras áreas). “Para habilitar la primera fiesta trabajamos con anticipación con la policía y organizadores”, dijo.

“Prohibir es la última opción Las fiestas no van a dejar de hacerse. Es preferible que sean al aire libre y controladas a que sean clandestinas y en espacios cerrados”, señaló.

Neuquén tiene su propia fiesta al aire libre, que está habilitada por el Municipio

Cipolletti les cerró la puerta y vigila las redes

Las fiestas al aire libre en Cipolletti fueron prohibidas a partir de la tragedia de la Time Warp, evento que se realizó en Buenos Aires y en el que murieron cinco personas. El coordinador de Comercio de la Municipalidad, Darío González, explicó que esta medida se tomó a modo de prevención. Este año el área desestimó dos pedidos de eventos a realizarse al aire libre y clausuró tres fiestas más.

Aunque este tipo de actividades están prohibidas en la ciudad, González explicó que las fiestas que se pretenden realizar en espacios recreativos habilitados deben cumplir una serie de condiciones como servicio de ambulancia, seguridad, evaluar el impacto acústico, seguro de espectador y si hay viviendas cercanas, aunque resaltó que se están desestimando. Los pedidos de realización de eventos se realizaron a principio de este año, en enero y febrero pero no fueron autorizadas, explicó. También se registraron pedidos de fiestas electrónicas en noviembre y diciembre aunque corrieron con la misma suerte. González expresó que este tipo de eventos se promocionan a través de redes sociales y Whatsapp es por eso que los inspectores de la Municipalidad deben estar atentos. “Se prohibieron por prevención”, remarcó.

En La Palpa (que se hace en Neuquén) permiten el ingreso con conservadoras. Se puede llevar alcohol pero no en botellas de vidrio.

Datos

“Tenía un bar en Allen y empezamos a notar que la gente quería salir de las cuatro paredes. Así nació la Fulano Mengano”.
“Tiene que haber leyes como en otras provincias, porque si hay mucha cosa trucha dando vuelta podés tener un martes 13…”.
entre esa suma y $ 300 cuesta la entrada. Algunas fiestas tienen globas VIP con canilla libre hasta las 4 AM.
$ 200
Se trata de la Palpa, que este año tiene al Neuquén Rugby como el lugar de realización y también convoca a miles de jóvenes en cada fecha. Tiene una particular característica: los asistentes pueden ingresar al predio de la celebración con una “heladerita”, la tradicional conservadora, cargada de bebidas alcohólicas. El año nuevo llegará a la “Palpa” con la consigna de ir vestidos con ropa blanca. Durante la noche del 24 también se hizo una fiesta en el mismo lugar y entre las quejas de los asistentes sobresalieron las demoras en el ingreso y la falta de baños químicos. En esta oportunidad, la organización anunció en las redes sociales “más baños y varios ingresos”. Además, adelantaron que habrá 500 pelotas infalibles, 2000 gafas, Food Trucks (carros de comida), 2 pistas bailables con distinto género musical. Eso sí no se puede llevar alcohol en envases de vidrio.
En La Palpa (que se hace en Neuquén) permiten el ingreso con conservadoras. Se puede llevar alcohol pero no en botellas de vidrio.

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