Uno de los mejores asadores neuquinos nos dice cómo hizo este chivito

Amanece en Tilhue, un paraje situado a 21 kilómetros de Chos Malal. Cerca de las 8 Tadeo De La Torre llega al campo. Todo empieza con una ronda de mates y los preparativos para asar un chivito.

Uno de los mejores asadores neuquinos nos dice cómo hizo este chivito

Amanece en Tilhue, un paraje situado a 21 kilómetros de Chos Malal. Cerca de las 8 Tadeo De La Torre llega al campo. Todo empieza con una ronda de mates y los preparativos para asar un chivito.

Juan Carlos Parada

Amanece y todo está dispuesto para disfrutar de un chivito al asador, un producto genuino de la zona norte neuquina, de exquisito sabor, apto para satisfacer los paladares más exigentes. Las pasturas naturales con que se crían hacen que quienes prueban el chivito criollo del norte de Neuquén siempre quieran volver a la zona y deleitarse con su carne.

El chivito se puede comer de distintas maneras: al escabeche, estofado, arrollado, al disco… pero sin lugar a dudas al asador es la forma más tradicional, la que más se disfruta porque constituye todo un ritual y llevarse un bocado a la boca es realmente un placer.

Amanece en Tilhue, un paraje situado a 21 kilómetros de Chos Malal, son alrededor de las 8 y Tadeo De La Torre llega al campo, propiedad de su familia.

Asar un chivito es un ritual; el chivito es faenado la noche anterior y se deja en reposo hasta la mañana siguiente. Las faenas comienzan temprano y el hombre se traslada desde Chos Malal a Tilhue y es que en la jornada además de chivito, hay costillares de vaca y empanadas para hacer y degustar en familia y con amigos.

La leña de yaqui y molle está dispuesta en el lugar y lo primero que hay que hacer es el fogón y mientras comienzan a caer las brasas, Tadeo trae el chivito, lo coloca sobre un mesón y allí comienza a abrirlo para luego colocarlo con las costillas hacia abajo para comenzar a ensartarlo en un estaqueador en cruz y atarlo.

El paso siguiente es salarlo y plantar el estaqueador al suelo cuando las brasas ya están dispuestas, no muchas, solo las fundamentales para no arrebatarlo y que la cocción sea justa. Ser paciente, en esto, es toda una virtud. “Nunca hay que estar apurado”, comenta el anfitrión a “Yo como”.

El chivito comienza a dorarse, vuelta y vuelta para lograr un producto para deleitarse y disfrutarlo. Unas dos horas lleva hacer el chivito al asador y cuidar que quede a punto: para esto, queda claro, se necesita de la destreza del asador.

El chivito criollo del norte neuquino es apreciado por el exquisito sabor de su carne.

Cuando se trae a la mesa es el propio asador en que corta las porciones para que pueda disfrutarse; para entonces los comensales ya están en la mesa.

En la familia De la Torre siempre se hacen los chivitos al asador y Tadeo es experto en esto, aunque no falta el pan casero y las empanadas de su madre Isolina y unos buenos costillares de vaca, todo lo cual constituye un verdadero manjar. En la variedad está la gracia, comenta.

Mientras el chivito se va haciendo los comensales son agasajados con parrillada y chupilca. Después vienen las empanadas. Todos son meticulosos al momento de la comida: nadie come de más porque sin lugar a dudas el plato fuerte y el que todos esperan es el preciado chivito.

Es un producto genuino y auténtica de la zona norte de la provincia que siempre invita al turista a volver para poder saborear el chivito del norte neuquino, inigualable en calidad y sabor.

Y en tu zona, ¿cómo hacen el asado?


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