26 años de «Pop», el último salto al vacío creativo de U2

El 3 de marzo de 1997, la banda irlandesa editaba su noveno disco, un trabajo que profundizaba su experiencia sonora y compositiva con las máquinas que había iniciado a comienzos de aquella década en busca de su reinvención.

U2 supo que debía reinventarse si pretendía tener un mañana, cuando ese mañana eran los 90. Y pocas bandas de rock se reinventaron como lo hizo U2: con un salto al vacío desde aquella zona de confort bien ganada en los 80, pero zona de confort al fin y, se sabe, no hay nada peor para el rock que una banda de rock adormecida en el futón del éxito.


Bono, The Edge, Clayton y Mullen Jr. irrumpieron en los 90 con “Achtung Baby” (1991), un disco que sonaba a nada (o casi) que tuviera que ver con aquel U2 de la década anterior. Pero no se trataba sólo de irrumpir, sino de sostenerse en esa irrupción, transitarla con la misma osadía creativa del comienzo. El resultado fue “Zooropa” (1993), el segundo salto hacia un lugar que ya no estaba tan vacío, pero que no dejaba de ser una toma de alto riesgo.
La banda profundizó su relación con la tecnología para generar música, con la música electrónica y bailable para lo que en aquel momento se entendía como bailable. Mucho sintetizador y efecto de sonido.


Pero a este experimento le falta una tercera parte porque, al fin y al cabo, los 90 apenas estaban promediando. Entonces, apareció “Pop”, el último salto creativo de U2. Editado el 3 de marzo de 1997, este disco, el noveno de la banda y el tercero de esta trilogía, marcó el momento más extremo en su relación con su propia biografía. Fue el disco en que la banda se permitió forzar al máximo sus propio límites éticos y estéticos.


Si bien “Pop” es una profundización del sonido que U2 experimento a partir de “Achtung Baby”, su música tiene un antecedente más inmediato: “Original Soundtracks 1” (1995), el ecléctico proyecto de música electrónica que Brian Eno y los U2 grabaron bajo el nombre Passengers. Este extraño proyecto de música para películas imaginarias cuenta con un solo corte, el que le dio notoriedad a pesar de que es todo lo que el proyecto no es: “Miss Sarajevo”, en colaboración con Luciano Pavarotti.

Lo cierto es que este proceso de experimentación surgido en el último tramo de sesiones para “Zooropa”, fue el comienzo de otro proceso creativo, el que desembocaría en la música de “Pop” sin olvidar la colaboración en clave tecno de Larry Mullen Jr. y Adam Clayton para la música de la película (esta sí de verdad) “Misión: Imposible” (1996).


A mediados de los 80, U2 se había convertido en una banda que se tomaba demasiado en serio a sí misma con un Bono excesivamente expuesto como narrador de su época. Así, “Rattle and Hum” (1988) fue un severo llamado de atención al respecto. Por eso, los 90 fueron un cambio también en ese sentido: U2 usó la ironía y la acidez para seguir diciendo lo que pensaba y, para ello, Bono se corrió del medio y dejó el centro de escena a sus (no menos histriónicos) alter egos: The Fly primero y Mofo después. Ellos fueron los voceros de una época frívola y descartable que encontraba en “Pop” su punto más barroco. Basta con recordar la imponente estructura escenográfica del Pop Mart Tour con esos gigantes arcos amarillos que apuntaban directo al modo McDonald’s de digerir el mundo.


“Pop” fue un disco largo en el sentido que a la banda le tomó demasiado tiempo terminarlo, aunque, en verdad, nunca tuvieron la sensación de haberlo terminado. Solo dijeron basta, hasta acá llegamos con esto. Pensado para ser editado en diciembre de 1996, no fue hasta el marzo del año siguiente que salió a la calle, apenas un mes antes del comienzo del majestuoso Pop Mart Tour. Con semejante gira mundial, la misma que los traje por primera vez a la Argentina, allá por febrero de 1998, la banda decidió terminar el disco, aunque ninguno haya quedado del todo conforme.
El disco abre con “Discotheque”, como para que no quedaran dudas de que iba la cosa. Le siguió otra joya: “Do you feel loved”. “Mofo”, el más tecno de todos los temas del disco, cerraría este tramo. Luego vendrían “If God Will Send His Angels”, “Staring at the Sun”, “Last Night on Earth” y “Gone”, tres canciones que nos recuerdan, entre samples y máquinas cómo eran aquellos U2 de antaño.


La tercera parte del disco, hedonista y descartable, se mete de lleno con la época: “Miami”, “The Playboy Mansion” y “If You Wear That Velvet Dress. Y por último, dos canciones que recuperan viejas temáticas de la banda como los conflictos en Irlanda (“Please”) y las reflexiones existenciales (“Wake Up Dead Man”).
“Pop” fue el último momento de riesgo creativo de U2. Los 2000 ya fueron otra historia, la de una banda reconfortada en su zona con alguna que otra excepción. Pero no mucho más.


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