Vivi Tellas, biodrama y el destino poético

La directora estará en el Festival Estival. Brindará un taller donde la observación de la familia da pie al hecho teatral. Antes de su llegada a San Martín de los Andes habló con RÍO NEGRO.

Vivi Tellas es una de las invitadas al 19 Festival Estival de San Martín de los Andes. Desde este martes impartirá un taller sobre biodrama, “La familia como teatro”, también se podrá ver de ella “Los murmuradores”, obra performática que tendrá lugar en las calles de la ciudad, y en el espacio Trama.

El miércoles, a las 21:45, en el Teatro San José, se presenta bajo su dirección, “El niño Rieznik”, un retrato documental del físico argentino Andrés Rieznik, referente de la neurociencia. La asistencia de dirección es de Sol Sañudo. Hijo del dirigente intelectual trotskista Pablo Rieznik, Andrés, protagonista de su propia historia, fue una promesa política en su adolescencia. De niño mago a joven popular y científico nerd.

“El niño Rieznik” .

Es una obra sobre la ciencia, el amor y el exilio.

Antes de llegar a la ciudad, Vivi Tellas conversó con RÍO NEGRO, acerca de lo que es el biodrama, este género creado por ella, y al que su gran amigo, el escritor Ricardo Piglia, llamó “Anteojos Vivi”, una forma de mirar, de documentar la vida desde lo teatral. Es un marco de trabajo, una dramaturgia del destino.

“También lo llamo teatro documental, para diferenciarlo de la ficción y del trabajo con actores entrenados”, dice.

Está claro que el trabajo biográfico es el centro de este marco por el que deambulan historias, tantas como existen vidas. Las ideas surgen de este encuentro entre la directora y la gente que se acerca para saber qué mas hay detrás, o partir de su pasado, concebido hasta aquí como fijo e inmóvil.

La biografía aparece en relación estrecha, entonces, con el trabajo escénico. Y es allí, donde la labor de Vivi Tellas se presenta como reveladora para personas que no son actores pero que, sin embargo, en sus mundos existe una teatralidad.

Vivi Tellas investiga la teatralidad fuera del teatro

“Mi mamá y mi tía’, en el 2002, fue la primera obra documental biodramática que hice, donde mi madre y mi tía verdaderas, estaban en escena. Investigué toda la historia familiar, buscando momentos teatrales. Mi familia es judía y mi abuela mandaba a mi mamá y mi tía y otros hermanos a jugar a la iglesia del barrio, porque había un patio. Entonces, disimulaban, no decían que eran judías. Había algo teatral en esa situación, en esa decisión de hacerse pasar por cristianas. Siempre me interesó lo familiar porque existe una construcción. El álbum de fotos que tenían era intervenido por mi abuela que recortaba y sacaba a las personas que no le agradaban. Todo ese material me encantaba bajarlo a la escena, volverlo poético. Descubrí que, cuando la gente actúa en la familia, cuando miente, aparece el teatro como construcción”. Casi veinte años pasaron desde este aporte de Vivi Tellas, a la escena nacional e internacional.

Hoy, este género es utilizado en Alemania, México, Chile, Irlanda, España. A la directora y maestra, aún le asombra los rumbos que ha tomado.

“Me gusta que cada uno tenga su propia mirada, su forma de pensarlo. Por eso estoy más cerca de entenderlo como un marco de trabajo, porque cada artista puede concebirlo de manera distinta”, dice.

“Mi trabajo personal como directora, desde el 2002, es justamente, intervenir esos mundos, encontrar en esas personas la teatralidad, que haya una audiencia, un vestuario, algo que se repita, como en el teatro, pero fuera del teatro”.

De los anteojos

Cuando comenzaban sus primeras preguntas sobre lo que hoy ya se concibe como biodrama, Vivi, recuerda largas conversaciones con su amigo Ricardo Piglia -al que extraña mucho-. En un principio no sabía qué relación tener con respecto a los otros biodramas que aparecían, y que eran asombrosos.

De esas charlas recuerda que el escritor le decía que era el nacimiento de un género, y que una vez inventado, ya estaba ahí, en el mundo, al alcance de la gente. Lo relacionaba con la invención de unos anteojos por donde mirar teatralmente la vida y sus situaciones.

Los “Anteojos Vivi”, así los llamó. Y así existen estos biodramas por donde mirar nuestra propia vida.

“Las vidas están, cambian mucho a partir de cómo las miramos. Trabajo mucho sobre el pasado, que no es fijo porque depende de cómo lo miro y cómo puedo ponerlo en la escena. Voy a él, sabiendo que existe una dramaturgia del destino, aunque parezca que no”, concluyó.
Desde el hecho artístico, siempre habrá historias para llevarse a escena, y que estarán intervenidas por el acercamiento al trabajo y el talento.

Lo que propone Vivi Tellas, es un camino poético donde existen vidas distintas que contar, donde el resultado nunca es el mismo, el único destino.

Oscar Sarhan

Directora y curadora de teatro

Vivi Tellas es directora de teatro y curadora con gran influencia en la escena argentina. Es la creadora de Biodrama, un proyecto revolucionario sobre biografías escénicas.

La búsqueda de la teatralidad fuera del teatro se ha convertido en el centro de su trabajo.

Su singular concepción del teatro documental ha dado lugar a una serie de archivos vivos con intérpretes no profesionales (“Mi mamá y mi tía”, “Tres filósofos con bigotes”, “Cozarinsky y su médico”, “Escuela de Conducción”, “Mujeres Guía” y “Disc Jockey”) y otras obras como “Rabbi Rabino” (Nueva York), “O Rabino e seu Filho” (San Pablo), “La bruja y su hija”, “Maruja enamorada”, “Las personas” (una obra multitudinaria con empleados del Teatro San Martín), “El niño Rieznik” y “Los amigos”.

Algunos momentos destacados de su carrera previa como directora teatral incluyen una producción de “Europera V” de John Cage en la sala principal del Teatro Colón. Como también una producción de “La casa de Bernarda Alba” de Federico García Lorca, realizada en colaboración con Guillermo Kuitca en la Sala Martín Coronado del Teatro San Martín.

También son reconocidos sus proyectos Teatro Malo, con el que inició su carrera de dirección, y Proyecto Museos, con el que abrió el camino de la curaduría teatral al ser directora del Centro de Experimentación del Centro Cultural Ricardo Rojas, Universidad de Buenos Aires (UBA).

Taller de biodrama

Foto que se integra su búsqueda dentro de la propuesta del biodrama.

En el Festival Estival, Vivi Tellas impartirá un taller de biodrama, donde se trabajará sobre la observación de la propia familia, con sus cambios, su género, si es musical, melodramática, trágica.

El marco estará dado a partir de quiénes son los protagonistas que llevan adelante la acción, cómo es esta familia que, finalmente, es el primer teatro donde uno aparece como protagonista y también como audiencia, algo muy del teatro moderno, esto de ser actor protagónico y espectador.
“Por supuesto que siempre hay buenos y malos artistas que lleven a cabo esto, historias que interesan más que otras. Nada garantiza que, por ser biodrama, tiene que ser bueno”, dice la directora.
“En términos dramáticos, así como podemos analizar una obra clásica, por ejemplo ‘La Gaviota’, de Chéjov, también podemos hacer lo mismo con nuestra propia historia. Respecto a esto, hay ejercicios que hacemos donde trabajamos el antes y el después. Es decir, cuándo creemos que ese destino cambió, como puede ser el caso de un exilio involuntario. Son momentos muy teatrales porque existen y persisten».


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