Irving perdió por negar el Holocausto

Londres (dpa).- El controvertido historiador británico David Irving, quien cuestionó la magnitud del genocidio de los judíos por los nazis en la Segunda Guerra Mundial, perdió ayer un juicio por difamación que había entablado contra una historiadora estadounidense y una editorial británica.

Según dictaminó la Hight Court, el máximo tribunal civil de Gran Bretaña, no es delito alguno calificar a Irving como «admirador de Hitler» y como «uno de los más peligrosos portavoces de la negación del Holocausto».

El juez, en su sentencia, dictaminó que Irving «es un antisemita y un racista», y que está «asociado a círculos extremistas de extrema derecha que promueven el neonazismo».

Irving, de 62 años y germanófilo declarado, demandó a Penguin y a Lipstadt por la publicación en 1995 del libro «La negación del Holocausto: el creciente asalto a la verdad y el recuerdo», en cuyas páginas la profesora afirma que él manipuló material histórico para exculpar a Adolph Hitler del exterminio masivo de judíos durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Lipstadt (53) calificó a Irving como un «admirador de Hitler», que «lleva anteojeras, falsifica documentos y reproduce los hechos de manera incorrecta». El historiador, argumentó que la obra había socavado su prestigio y ponía en peligro su subsistencia, porque los editores no aceptarían sus trabajos.

Lipstadt se declaró ayer «encantada» por el fallo. «Yo argumenté que David Irving es partidario y apologista de los nazis y los antisemitas. El juez fue más allá y en el fallo lo califica de racista», dijo la historiadora de la Universidad Emori (Atlanta).

El historiador -que, además de perder el juicio, se enfrenta ahora a una gigantesca deuda judicial de unos 2.000.000 de libras esterlinas (unos 3.175.000 dólares estadounidenses)- sólo dijo una palabra tras escuchar la sentencia: «perversa».

Ayer, manifestantes le lanzaron huevos cuando llegó al edificio del tribunal.

En Israel, la autoridad del monumento «Yad Vashem» al Holocausto declaró que el veredicto contra Irving es «de gran importancia para quienes luchan contra el neonazismo y el neofascismo».

Marginal y controvertido

Los métodos del historiador británico fueron siempre desusados. Una vez, armado de un detector de metales, buscó en un bosque de Alemania Oriental los diarios de Joseph Goebbels.En los años 60 y 70, se consideraba a Irving como investigador serio, si bien un tanto marginal

No llegó a hallar los diarios de Goebbels pero desenterró de los archivos montañas de documentos sobre la Alemania nazi y publicó libros muy reputados como «La destrucción de Dresde» (1963) y «La guerra de Hitler» (1983).

Sin embargo, con el paso del tiempo, Irving se deslizó cada vez más hacia la derecha, remontando en tesis cada vez más absurdas mientras más se le criticaba.

No negaba en general el Holocausto, pero sí que el régimen nazi alemán (1933-45) haya asesinado a «millones» de judíos en los campos de concentración.

Durante el juicio en Londres declaró creer que la existencia de las cámaras de gas en el campo de concentración de Auschwitz era algo «ficticio». Añadió que los trenes de deportación no eran parte de un plan de exterminio, sino que en realidad servían para ayudar a los judíos a comenzar una nueva vida en Europa Oriental.

Aseveraba que Hitler hasta el año 1943 nada supo de la operación «solución final» y lo llegó a poner en un mismo pie con el premier británico Winston Churchill.

El golpe final a su reputación se lo dio él mismo, cuando permitió que en Alemania el partido ultraderechista DVU lo contara entre sus filas y dictó conferencias ante neonazis y cabezas rapadas.