En un mes podrían cerrar todos los jardines maternales en Bariloche

Así lo advirtieron directoras de algunas instituciones en la movilización que se llevó a cabo en el Centro Cívico. Cuestionan que la gobernadora Arabela Carreras nunca las atendió.

En una bulliciosa caravana, unos 50 autos con globos y banderas circularon por varios sectores del centro de Bariloche tocando bocina. Confluyeron en el Centro Cívico en una ronda gigante donde directivos, docentes, padres y chicos reclamaron por la situación de emergencia de los jardines maternales en la ciudad.

«Tres jardines ya cerraron sus puertas. Todas las directoras estamos en un grupo y si no conseguimos ayuda, el mes próximo cierran todos los jardines. Ya no hay más plata», sintetizó Romina Avesani, directora del jardín Sapo Pepe.

Calificó la situación como «una emergencia al igual que lo que sucede con otros sectores de Bariloche. Estuvimos 100 días sin trabajar y necesitamos un subsidio. El ministro Trotta pide la solidaridad de las familias pero las familias también se están quedando sin trabajo«.

Se trata de la segunda movilización de los jardines maternales en la ciudad. El primer reclamo fue el 28 de mayo, el día de la maestra jardinera. En ese entonces, eran 17 instituciones; hoy solo son 14.

Rosario, de 7 años, deambulaba entre la gente con su hermanita menor de la mano. «Yo quiero mucho a mi jardín y no quiero que ningún jardín cierre«, dijo mientras mostraba un cartel en apoyo a «Luna Gorda». Lucía, su hermana de 5 años, esbozó: «A mi también me da miedo que cierren a mi jardín».

Hasta acá la gobernadora Arabela Carreras nunca nos atendió para escucharnos. No entendemos por qué»

Romina Avesani, directora del jardín Sapo Pepe

Matías Valderas fue uno de los padres que se acercó al Centro Cívico «en apoyo a las maestras». «A mi me redujeron las horas de trabajo y cobro menos. Trato de ayudar en lo que puedo pero si en un mes cierran los jardines: ¿qué vamos a hacer cuando volvamos a trabajar?«, se preguntó y recordó que no hay suficientes instituciones públicas para los niños hasta los 4 años.

Valeria Labaroni cargaba a su pequeña hija en brazos. «Estamos acá porque el gobierno no ayudó a los jardines y muchos ya están cerrando. En mi caso, necesito dejar a mis hijos 8 horas y esta es una opción segura y económica. No podría pagarle a una niñera«, recalcó la mujer.

Georgina Novillo Pinto, del jardín Dulce de Leche, fue contundente: «A septiembre no llegamos. Hablamos de 1.200 nenes y 120 fuentes de trabajo«. Desde los jardines, exigieron alguna respuesta de la gobernadora Arabela Carreras.

María Rodrigo, madre de tres nenas, decidió acercarse a la plaza para apoyar la lucha de los jardines maternales. «Es desesperante por los chicos y por las seños. Es una cuestión de cariño y necesidad. Recién le contaba a mi nena por qué era importante sumarnos y se me largó a llorar», dijo compungida la mujer.

Y concluyó: «El que no se queja no recibe ayuda. Quizás los jardines no tienen tanto peso como otros sectores«.


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