Se terminó la carrera de Mariano Puerta: fue suspendido por ocho años

Se confirmó lo que se temía. Es la sanción más dura de la historia.

El deporte argentino padeció un golpe que le desgarró la piel y el alma, que lo puso de rodillas. Mariano Puerta deberá olvidarse de jugar al tenis en forma profesional. Ayer se conoció lo que muchos temían: la Federación Internacional de Tenis lo suspendió por ocho años, por consumir un estimulante en Roland Garros, y lo empujó hacia un retiro casi obligado. Pensar que volverá a pisar una cancha a los 35 años es casi una utopía.

El tribunal independiente que examinó el caso -llevándose por lo que estipula la Agencia Mundial Antidopaje (AMA)- fue implacable, aunque es cierto que algunos rumores señalaban la posibilidad de que Puerta fuera suspendido de por vida, que sería casi lo mismo. Sucede que es el primer reincidente de la historia del deporte; el año pasado la ITF lo había sancionado por nueve meses por consumido de clenbuterol.

La medida determinó borrar de cuajo todo lo que tenga que ver con el cordobés y el mundo del tenis desde ese domingo 5 de junio, cuando Rafael Nadal le ganó la final de Roland Garros. Así, anulará todos sus resultados, puntos obtenidos para la clasificación mundial y le hará pagar 330.925 dólares, dinero que había embolsado en premios.

Como si fuese una tragedia griega, la final de Roland Garros devino en el puñal que terminó con la vida deportiva de un Puerta que aún luego de las denuncias se mostró dispuesto a batallar.

Pero ayer cayó de bruces, y con él también lo hizo el deporte de nuestro país. A partir de la confirmación del dopaje, se clausura un 2005 tan agridulce que cuesta digerirlo.

Año que tuvo a tres argentinos – durante tres semanas- entre los top ten, un cuarteto que disputó el Master de Shanghai que coronó al «Rey David», semifinales de la Davis, el Olimpia de Oro para «Nalbi» y Roland Garros…

Un Roland Garros que se había metido entre las páginas destacadas de los últimos años hasta que el diario deportivo L' Equipe, cuatro meses después de la final, denunció que Puerta era quien había ingerido etilefrina, una droga que seguramente no tendrá el devenir célebre de la efedrina.

Un Roland Garros que cerró este año escandaloso, con tres doping criollos, porque al de Puerta hay que sumarle el de Mariano Hood en el Grand Slam parisino -que confesaría al otro día de la denuncia de L' Equipe- y el de Guillermo Cañas .

Bien, lo que se supo hasta ayer fue que el tribunal, formado por los doctores Tim

Kerr, José Pascual e Inggard Lereim, examinó el caso en Londres entre el 6 y 7 de este mes y tomó la angustiante determinación.

El 6 de octubre, rápido de reflejos, Mariano juró a la prensa que todo lo que decía el deportivo parisino era falso, y que en su organismo no se podía haber encontrado nada prohibido, porque sólo había ingerido antiinflamatorios tras la semifinal frente a Nikolay Davydenko, que le dio pasaje para enfrentarse con el niño mimado de España.

Pero lo extraño del caso es que tiempo después -no se precisó cuánto- de decir que lo de L' Equipe era «una locura» y que no había tomado ningún medicamente para combatir un resfriado, Puerta confesó haber consumido por error una droga que su mujer usa desde la adolescencia en cada ciclo menstrual.

No lo dijo el cordobés publicamente, sino la ITF, que no le creyó en lo más mínimo.

El cordobés no habló, pero sí mandó una nota dejando en pie su «inocencia». Tiene posibilidades de apelar, pero las chances de que le hagan un guiño son casi nulas. Es más, algunos, como el presidente de la AMA, Richard Pound, y la mismísima ATP dejaron en claro que la sanción es más que razonable para un deportista que reincidió en menos de dos años.

Ya encontraron a un responsable, pero seguramente no es el único. Difícil es olvidar que varios de los tenista de elite del país despotricaron una y otra vez contra una infraestructura que no los cobija, y menos los cuida. Y aquí no se habla de persecución, sino de negligencia dirigencial. Hoy el deporte argentino paga las consecuencias.

Hoy el tenis argentino está de rodillas.

Momentos para el olvido

La llamada » Legión argentina» sufrió duros golpes este 2005. Sólo faltaba confirmar la suspensión de Puerta para cerrar un año vergonzoso y sin precedentes, con tres casos de doping.

Ahora la cifra asciende a seis en cuatro años, sin olvidar que Puerta es el único reincidente de la historia. La mancha en La Legión se gestó en abril de 2001, cuando Juan Ignacio Chela fue suspendido por tres meses, acusado de haber consumido metiltestosterona, un esteroide anabólico que mejora la masa muscular.

Esa mancha comenzó a expandirse, como los rumores de persecución y las denuncias por falta de infraestructura acorde con el nivel al que habían llegado los tenistas nacionales.

Cayó el «Mago» Coria, suspendido durante siete meses por consumo de nandrolona. Luego se lo declaró inocente porque se comprobó que había ingerido un complejo vitamínico de venta libre que estaba contaminado. La sanción entró en vigencia en agosto. Trece meses más tarde lo advirtieron a Martín Rodríguez por un exceso de cafeína. Le llegó el turno a Puerta, en octubre de 2003, suspendido nueve meses por consumir clembuterol en Viña del Mar. Quería atacar su asma. Este año cayeron en las garras de los controles Guillermo Cañas -le dieron dos años- y Mariano Hood. Y la triste página se completaría ayer.

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