Tres maneras de cuidar la salud mental a medida que envejecemos
La etapa de la adultez avanzada acarrera algunos desafíos, como el nido vacío o bajar lasexigencias en la carrera profesional. Para afrontarlos, dos especialistas recomiendan prestar atención a lo físico, mantener un círculo social y tener en cuenta que nunca es tarde para empezar con el trabajo terapéutico.
En los últimos años, la salud mental y todo lo que tiene que ver con ella fue ganando cada vez más importancia. Según una encuesta realizada por Statista en 2020, alrededor del 46 % de los individuos de todo el mundo mayores de 15 años declararon que consideraban que la salud mental era más importante que la salud física, mientras que otro 46 % consideraba que la salud mental era tan importante como la física.
Sin embargo, puede que la importancia de la salud mental no esté arraigada por igual en cada generación. Una encuesta de la Asociación Americana de Psicología (APA) reveló que el 37 % de la Generación Z y el 35 % de los millennials recibieron tratamiento o terapia de un profesional de la salud mental, en comparación con el 26 % de la Generación X, el 22 % de los baby boomers y el 15 % de los adultos mayores.
En muchos casos, el estigma en torno al envejecimiento se suma al tabú de hablar sobre salud mental. Tal como reveló la Organización Mundial de Salud (OMS) en octubre de 2023, los problemas de salud mental son frecuentes entre las personas mayores, pero a menudo no se diagnostican ni se tratan.
El neuropsicólogo estadounidense Aldrich Chan explica a la revista SELF que, aunque con la edad suelen llegar un aumento de la resilencia y capacidad para enfrentar distintas situaciones, también está bastante arraigada la idea de que ya no es momento de desarrollar nuevos hábitos saludables o formas de cuidarse. No obstante, «los cambios cognitivos y de comportamiento son posibles a cualquier edad», agregó.
Para quienes están bien entrados en sus años adultos y no se habían planteado hasta ahora alguna práctica de salud mental como meditar, hablar con un terapeuta o llevar un diario, puede ser desalentador no saber por dónde empezar. Los expertos recomiendan partir de los siguientes tres puntos:
1. Empezar por lo físico
«Aunque la gente tiende a enfocarse en cosas como crucigramas y sudokus para tratar de prevenir la aparición de la demencia, las dos mejores cosas que se pueden hacer por la salud mental y para retrasar el deterioro cognitivo son el ejercicio físico y la conexión social«, contó la psicóloga clínica Charlynn Ruan. Por eso, suele recomendar a sus pacientes que hagan algún tipo de actividad física todos los días, preferentemente alguna que también implique estar al aire libre y ver la luz del sol, cosas que pueden mejorar el ciclo de sueño, aumentar los niveles de vitamina D y potenciar el estado de ánimo a nivel general.
Además de retrasar el deterioro cognitivo, el ejercicio sirve para reducir el riesgo de la ansiedad y depresión y la calidad de vida en general. A propósito, un metaanálisis de de 15 estudios diferentes respalda específicamente el beneficio del ejercicio aeróbico para la salud mental de los adultos mayores de 60 años. Sus investigadores creen que hay tres posibles razones por las que tiene un efecto tan profundo: que la salud mental está ligada a los efectos físicos positivos del ejercicio; que el ejercicio mejora la salud mental a través de mecanismos neurobiológicos; que el ejercicio fomenta cambios de comportamiento como la autorregulación y la autoeficacia.
Para combinar los beneficios de ambas recomendaciones de Ruan, el ejercicio y la conexión social, se puede buscar un pasatiempos grupal como yoga, un grupo de ciclismo o deportes en equipo, lo que nos lleva al segundo ítem.
2. Mantener un círculo social
También de acuerdo a la OMS, alrededor de una cuarta parte de los adultos mayores sufren aislamiento social y soledad, dos factores de riesgo clave para los trastornos mentales en etapas más avanzadas de la vida. La psicóloga Charlynn Ruan comentó que las investigaciones en este aspecto demostraron «que tener amigos es uno de los factores que más influyen en la salud física y mental en la vejez».
Un claro ejemplo es la investigación «Relaciones sociales y riesgo de mortalidad» publicada en 2010 en la revista médica Plos: allí, los científicos llegaron a la conclusión de que las relaciones sociales estrechas aumentan las posibilidades de supervivencia en un 50 % (es decir, ayudan a vivir más tiempo). En contraste, la falta de socialización supone un riesgo de mortalidad comparable a fumar o tomar mucho alcohol.
3. Consultar a un profesional
La adultez avanzada puede traer muchos desafíos, como el nido vacío o tener que bajar las exigencias en nuestro desarrollo profesional. A pesar de que algunos de ellos se asocian con esta etapa vital, es importante recordar que la depresión no es «normal» en los adultos mayores.
Chan advirtió que este es un mito muy extendido: «Mucha gente mayor goza de buena salud mental y, cuando surgen estos problemas, son perfectamente tratables en el trabajo terapéutico». Por su parte, Ruan agregó que «los adultos mayores se benefician de la terapia tanto como cualquier otro y es importante que se sientan legitimados a buscar ayuda profesional a cualquier edad».
Si estás en la búsqueda, en esta nota consultamos a tres especialistas para saber qué tener en cuenta a la hora de elegir un terapeuta, teniendo en cuenta su orientación, nuestros objetivos y qué hacer cuando no encontramos un espacio que responda a nuestra necesidad. Además, te recomiendo estas notas relacionadas:
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