El Bolsón: récord de participación y sabores únicos en la 5° edición de “Date el Gusto”
El evento se consolida como uno de los encuentros culinarios más importantes de la región.
Por Juan Manuel Larrieu
Con una convocatoria récord y el inconfundible sello de los sabores patagónicos, El Bolsón celebró el fin de semana largo de Semana Santa con la quinta edición del festival gastronómico “Date el Gusto”. El evento, que se consolida como uno de los encuentros culinarios más importantes de la región, tuvo lugar el 18 y 19 último, transformando la calle Onelli en un verdadero paseo de aromas, música y propuestas para toda la familia.

Impulsado por el chef local Germán Namor, creador y alma del festival, “Date el Gusto” volvió a destacar por su espíritu comunitario y el fuerte compromiso con los productos regionales. “Este encuentro es una celebración del producto, del productor y de nuestras raíces. Queremos que la gente no solo coma rico, sino que se lleve una experiencia de conexión con lo que somos como región”, expresó Namor, emocionado por la respuesta del público.
El programa incluyó una paella solidaria gigante, clases magistrales de cocina en vivo, concursos gastronómicos, feria de productores locales y espectáculos musicales que animaron ambas jornadas.
El evento contó con un destacado grupo de cocineros, entre los que se encontraban Juan Izaguirre, Juan Solorza, Juanjo Carranza, Federico Sastre, Lucas Mateu, Patricio García, Néstor Aguilar, Manuel Murillo y diez estudiantes del Instituto Gastronómico de Bariloche, quienes aportaron su talento a las distintas propuestas.

Uno de los puntos fuertes de esta edición fue el rescate de ingredientes e identidades locales: hongos, trufas, manzanas, membrillos, nueces, enebro y el infaltable cordero patagónico fueron protagonistas en los platos. Además, varios restaurantes de El Bolsón diseñaron menús especiales inspirados en el festival, que podrán disfrutarse durante todo el año.
Con una fórmula que conjuga territorio, talento, solidaridad y sabor, “Date el Gusto” volvió a confirmar que la cocina patagónica no solo tiene presente, sino también un futuro con enorme proyección.
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