Con esquila antiestrés, Neuquén recupera la exportación de lana sin ayuda nacional

La Provincia impulsa la organización de productores y reactivó una comparsa de esquila en Cancha Huinganco, en la cuenca del río Curi Leuvú, para mejorar la calidad y el valor de la lana destinada a exportación.

La producción ovina neuquina intenta recuperar dinamismo en un contexto adverso. La eliminación de la Ley Ovina nacional y el vaciamiento del programa Prolana dejaron sin financiamiento ni asistencia técnica a cientos de crianceros, por lo que el Estado provincial se vio obligado a ocupar ese lugar.

Según explicó el subsecretario de Producción, Marcelo Zúñiga, la provincia sostiene con recursos propios la actividad de unas 600 familias que crían alrededor de 200.000 ovejas distribuidas entre las cuencas de Tricao Malal, Guañacos y el río Curi Leuvú.

“Estamos acompañando la producción con líneas de crédito y prefinanciamiento para que puedan afrontar los costos de la esquila”, señaló el funcionario.

Uno de los ejes de esta reactivación es la incorporación de la esquila sin estrés, una técnica que reemplaza los métodos tradicionales de maniado y evita el maltrato animal.

En la cuenca del Curi Leuvú, los productores ya aplican la esquila preparto, que consiste en retirar el vellón antes del nacimiento de los corderos, con la oveja suelta y en un ambiente tranquilo.

“Se deja de lado el método de atar al animal; se trabaja con menos tiempo, sin golpes y con mayor bienestar”, explicó Zúñiga.

Esta práctica, además de mejorar las condiciones sanitarias, eleva la calidad de la fibra y el valor final de la lana en el mercado internacional.

La recuperación de la comparsa de Cancha Huinganco, un antiguo galpón de esquila abandonado por más de tres décadas, se convirtió en un símbolo de ese cambio.

Cedido en comodato a la cooperativa de la cuenca del Curi Leuvú, el predio volvió a funcionar hace dos temporadas y ahora es sede de capacitaciones y cursos certificados por Prolana.

Allí se realizó la esquila preparto y en noviembre comenzará la posparto, con la participación de esquiladores locales formados en las nuevas técnicas.

A pesar de las dificultades del mercado internacional, que el año pasado paralizó la venta de lana por la caída de precios, los productores comenzaron a recuperar el movimiento comercial.

“Ya se vendieron tres lotes de lana preparto en Guañacos y Tricao Malal, y la actividad empieza a dinamizarse”, aseguró Zúñiga.

El objetivo es que los crianceros se organicen para vender de forma colectiva y obtener mejores precios, incluso hasta un 40% más que en las operaciones individuales.

El subsecretario también destacó la necesidad de sostener el rodeo lanar en un contexto climático complejo.

Con cerca de 300.000 cabezas entre ovinos, caprinos y vacunos, la zona enfrenta los efectos de la sequía y el desafío de mantener los pastizales.

“Hay que descargar los campos y apuntar a la calidad antes que a la cantidad”, planteó Zúñiga.

En paralelo, la Provincia ejecuta obras de infraestructura rural -alambrados, aguadas, cargaderos y refugios- por más de 500 millones de pesos, como parte del Plan de Trashumancia, para garantizar que la actividad ganadera y lanera siga siendo una fuente de sustento y arraigo en el norte neuquino.

La provincia apuesta a la organización cooperativa de los crianceros y a la técnica de esquila preparto, con líneas de prefinanciamiento ante el vacío dejado por la baja de la Ley Ovina nacional.

Zúñiga señaló que, ante las dificultades de mercado del año anterior que dejaron a muchos productores sin vender su lana, la provincia instrumentó líneas de prefinanciamiento con un plazo de gracia de seis meses.

Estos créditos permiten a las cooperativas pagar la mano de obra (”la lata”) y los insumos de enfardado antes de concretar la venta.

Finalmente, el funcionario abordó la situación de la sequía, informando sobre jornadas de capacitación y difusión de líneas de crédito en toda la provincia.

Se está canalizando la asistencia para el flete de hacienda a zonas de veranada y la reparación de aguadas y mallines, en el marco del Plan de Obras de Trashumancia, el cual recibió una inversión de más de 500 millones de pesos para obras y traslados el año pasado.


La producción ovina neuquina intenta recuperar dinamismo en un contexto adverso. La eliminación de la Ley Ovina nacional y el vaciamiento del programa Prolana dejaron sin financiamiento ni asistencia técnica a cientos de crianceros, por lo que el Estado provincial se vio obligado a ocupar ese lugar.

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