Renace de las cenizas la Cooperativa Agrícola Choele Choel
Estaba paralizada, pero que ahora se convirtió en un ámbito para que funcionen distintos emprendimientos productivos. Desde una planta de secado de hortalizas hasta un museo.
La Cooperativa Agrícola Colonia Choele Choel pasó de estar en concurso de acreedores a tener un futuro promisorio al haber conformado un nodo cooperativo. Así, de ser un “elefante blanco”, enorme edificio en desuso, pasó a convertirse ahora en un conjunto de apuestas a la diversificación productiva. La actual intervención, nombrada por la justicia en 2016, logro revertir la dinámica de crisis permanente y a través de nuevas actividades busca darle nueva vida a esta enorme infraestructura.
El escenario hoy es muy diferente. En la propiedad que está ubicada en Guerrico y 3 de Febrero, donde funcionaba la planta de envasado de vino, ahora funcionará una pequeña planta de disecado de hortalizas (cebollas, acelgas, espinacas, perejil). Esto a cargo de un grupo de inversores que llegaron desde la provincia de Buenos Aires, que ya invirtieron varios millones de pesos en la instalación de una pequeña planta de gas natural para alimentar los hornos de secado.
Donde funcionaba la bodega, en un sector se planea realizar un museo de la producción. En el área administrativa, funciona la Agencia de Desarrollo Regional.
La planta de extracción de miel fue dada para su explotación a la Cooperativa de Aguas de Beltrán.
En tanto, en la otra enorme propiedad que está sobre la calle Belgrano, ya comenzó a funcionar el laboratorio “Auka Riviere” donde estaban las oficinas.
En el empaque y las cámaras de frío, trabaja el consorcio de productores, que les presta servicios a pequeños y medianos chacareros de la zona. Mientras que la planta de la juguera será cedida a los productores vitivinícolas de la zona agrupados en “Enclave Sur”.
Inaugurada un 8 de abril de 1934, la Bodega de la Cooperativa Agrícola Colonia Choele Choel Ltda. de Luis Beltrán, fue una de las plantas elaboradoras de vinos más importantes de la región del Valle Medio hasta su ocaso en el primer decenio del 2000.
De hecho, con una deuda superior a los 10 millones de pesos, logró que se declarara el concurso de acreedores antes que la quiebra y de este modo se evitó que se perdiera su principal capital que es su enorme infraestructura.
Rady Rapari, nombrado interventor por la justicia en febrero del 2015, sostuvo “a casi dos años, la figura de interventor que me tocó desarrollar en este proceso me ha llevado a cumplir las metas que nos habíamos propuesto en 2016, en cuanto a la reactivación de la estructura de la Cooperativa Choele Choel. Y mi perfil es la producción, así que fue apuntar todo lo que se está desarrollando en la cooperativa en busca de nuevas alternativas y en esa búsqueda de inversiones hemos salido de la provincia en algunos casos y hoy están llegando al proyecto”.
El interventor sostuvo que en este plan de salvar las instalaciones que estaban funcionales se logró firmar convenios con distintos inversores conformando una suerte de nodo cooperativo, donde se apuesta a los mismos objetivos: la diversificación productiva, el apoyo a productores y salvar a la Cooperativa.
“Cuando llegaban desde otros lugares a ver este espacio se quedaban asombrados de encontrar semejantes propiedades, que se hicieron a principios del siglo pasado, instaladas en Luis Beltrán”, sostuvo Rapari, mientras recorría la Cooperativa.
Uno de los impactos más importantes que generó el repunte de la Cooperativa fue el humano, en la mano de obra. La Cooperativa llegó a contar con 20 empleados permanentes entre la juguera y la bodega. “Al declararse el concurso, los trabajadores estaban al día con los salarios y ahora se los puso en el legajo del concurso y van a ser los primeros en cobrar sus liquidaciones una vez que se capitalice”, sostuvo Rapari.
Con los nuevos emprendimientos se espera duplicar esa cantidad de empleos. Por caso se puntualizó: la planta de disecado contará con 14 trabajadores, 4 el laboratorio, 16 en el empaque, y 2 en la bodega. Todos ellos a partir del programa nacional “Empleo Joven”.
El dato
Una historia de pioneros, auge y mucho sacrificio
La Cooperativa Agrícola Colonia Choele Choel es una de las más importantes asociaciones de productores de la provincia de Río Negro. Nació en 1934 de mano de los primeros colonos de la isla, fundamentalmente viñateros afectados por la baja en el precio de la uva, quienes se unieron para hacer causa común para su sector.
Uno de los primeros objetivos de sus fundadores fue tener un espacio para elaborar vinos. Era el tiempo de propagación del cooperativismo en los valles irrigados del río Negro.
Durante el año de la fundación de la Cooperativa Agrícola Colonia Choele Choel, Río Negro ostentaba el tercer lugar como productor de vid debajo de Mendoza y San Juan, se abrieron 5 cooperativas vitivinícolas a lo largo de nuestro río.
El grupo fundador estuvo compuesto por 37 productores de la zona de Valle Medio. Comenzó su actividad como bodega elaboradora de vinos y cuando celebró sus bodas de oro contaba con 209 socios, productores vinícolas y frutícolas, 650 hectáreas de viñedos abocados a la elaboración de vinos de mesa y finos. Con el regreso de la democracia (1983) la bodega tenía una capacidad de almacenamiento de 7 millones y medio de litros y sus vinos se comercializaban a lo largo de toda la región patagónica.
Siguió a la elaboración de vinos, una planta de de jugos, la cual se inauguró en 1977 con una capacidad de elaboración de 5.000 toneladas de fruta. En la temporada 86-87 se triplicó la cantidad de fruta para la elaboración de jugos, lo cual obligó a hacer una planta nueva.
La colosal crisis del 2001, que azoló a la Argentina afectó sin duda a la Cooperativa, que atravesó uno de sus períodos más negros.
La misma interrumpió sus actividades durante meses, pero fue reactivada con préstamos que llegaron de la comuna y créditos de diverso origen. Finalmente las deudas se fueron acumulando hasta llegar a sumar 10 millones de pesos, lo que obligó a que se declare el concurso de acreedores.
Datos
- 7.500.000
- Litros de vino era la capacidad de almacenamiento de la bodega. Ese producto se vendía en toda la región patagónica.
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