A las maduras cada vez les gustan más los tiernos

Al fenómeno lo llaman "toy boy": chico juguete.

Reconocen que nunca antes habían disfrutado del sexo como ahora. Es que estos pibes se las saben todas, dicen las señoras. No tienen tabúes, están ávidos de aventuras, no les importa «el que dirán», tienen resistencia. Quieren gozar.

En grandes líneas, estas son algunas de las características de un nuevo fenómeno en las relaciones de pareja, el «toy boy» (chico juguete, podría traducirse), una práctica que la potenció aún más Demi Moore, Cameron Díaz y ahora, hace unas semanas, Diane Keaton (59) -que está saliendo con su colega Keanu Reeves, de 40 años-. Si bien la fiebre por «la carne fresca» parece ser la máxima de Hollywood, la tendencia parece no circunscribirse solo allí. Es cuestión, en algunos casos, de ser un atento observador de la realidad que nos acompaña ahí no más.

Varias son las circunstancias que viven las maduras que ayudan a entender este fenómeno, pareciera ser, como por ejemplo:

• independencia económica,

• libertad de elección, sin muchos tapujos sociales y/o morales,

• resistencia al paso de los años (vendría a hacer como las primeras peleas contra la vejez) y

• aumento del apetito erótico a medida que se acerca la menopausia.

En este contexto, con aires de post-romanticismo -donde se sabe y se asume que la felicidad es efímera y nada es para siempre-, estas señoras plantean relaciones que duran hasta que las circunstancias cambian. Y si cambian y la relación puede seguir, todo bien; de lo contrario, a otra cosa…o a otro chico.

Juan Carlos Kusnetzoff, sexólogo, fue directo y claro con «Río Negro»: «estas son mujeres que desean desarrollar, alguna vez en la vida, un potencial que no han podido desenvolver a lo largo de su vida». Por ello, sigue explicando el especialista, «desean emplear los últimos cartuchos a full y no se fijan para ello en prejuicios, educaciones, crianzas o, incluso, en el qué dirán».

¿Y qué ven los jovencitos en ellas?- consultó este diario al doctor Kusnetzoff.

– Probablemente un beneficio económico a corto plazo, con la gratificante experiencia de orgasmos al por mayor.

En una reciente encuesta realizada en EE.UU., el 35% de las mujeres consultadas admitió que, aunque aún no había tenido la ocasión, le encantaría probarlo. Ocurre que tanto en el Norte como en estos lares, la sociedad todavía tiende a cuestionar las relaciones asimétricas, por más que algunas veces las festeje. En los casos donde ella es mayor, lo habitual es tachar a la mujer de inmadura o decadente.

La sexóloga Pilar Cristóbal, en declaraciones al diario «El Mundo», sostiene al analizar este fenómeno que una de las principales ventajas que incorporan los juveniles amantes a las maduras es su marcado sentido de la independencia.

«Los hombres mayores tienden a exigir seriedad desde el principio, lo que se transforma en un compromiso forzado y asfixiante. Cuando estás acostumbrada a dirigir tu vida y no necesitás que te mantengan, lo que querés e divertirte. Por supuesto, con el paso del tiempo las relaciones se intensifican, surgen el amor y las complicaciones, pero lo jóvenes no se obsesionan con un proyecto de vida, son más frescos y espontáneos. ¡Y más tiernos!»

Quiénes opinan así. Quiénes se embarcan en estas relaciones. Un planteo de «El graduado», la obra de teatro que por estos días protagoniza con éxito Nacha Guevara junto al jovencísimo Felipe Colombo, ayuda a aproximar una respuesta: «Estas relaciones son consecuencia de un momento concreto en la etapa vital femenina: llega un día en que la mujer se da cuenta de que se está haciendo mayor. La juventud se queda atrás, pero no queremos dejar de ser deseables. En las mujeres, la experiencia no está tan valorada como la juventud».

«Ellas buscan diversión y emoción, necesitan volver a sentirse atractivas y quieren independencia. Ellos admiran su generosidad afectiva y se inclinan por descubrir un mundo de posibilidades; les aguardan ambientes nuevos, gente diferente y mayores capacidades económicas.

Además, existe un componente sexual muy marcado en estas relaciones. A nosotras nos gusta ejercer de maestras y a ellos les da morbo nuestra experiencia», opina una especialista sexual, quien asegura que la mayoría de los jóvenes menores de 25 años tiende a la eyaculación precoz.

El mítico Informe Hite da una idea de la compatibilidad física de la que disfrutan nuestros protagonistas: «Muchas mujeres sienten un aumento del apetito erótico a medida que se acerca la menopausia. Este factor, unido a la disminución de la inhibición, convierte esta etapa en la de mayor placer sexual de la mujer».

En «El normal caos del amor», Ulrich Beck plantea que la pasión no dura para siempre. Si los intereses e inquietudes de dos personas son muy dispares, al cabo del tiempo el interés se apaga. «Todas las relaciones se enfrentan a obstáculos, la evolución del ser humano es constante y hay que luchar: debe existir un proyecto común, pero la diferencia de edad no tiene por qué suponer un impedimento».

Y al historiar como es que se llega a las nuevas formas de la relación amorosa, destaca que existen precedentes históricos para explicar las relaciones asimétricas: en el siglo XVII, los hombres debían contar con una posición social privilegiada antes de contraer matrimonio. Para conseguirlo, lo normal era que hubiesen alcanzado cierta edad, por lo que ellas terminaban enviudando. Al morir ellos, ellas se casaban con hombres más jóvenes.

Mario Mactas es un pícaro elegante que sabe como pocos de las mujeres. Cuando este periodista reflexionó sobre el fenómeno «toy boy», concluyó que:

* No hay nadie que pueda superar al chico en el deporte de darle celos al ex. Porque a estas alturas, las maduras ya tienen un ex. O dos. O cuatro. Sin contar las aves de paso.

* Son ellas las que llevan el asunto adelante. Son las que van al gimnasio, las que toman cursos orientales, tienen diez tarjetas de crédito, reciben alimentos y otros deberes del marido que fue y, sobre todo, asumen con gran energía y dicha el trabajo de la maestra sexual. Porque el acompañante, el chiquitín, tiene polenta pero le falta sábana.

Horacio Lara

Fuentes: Entrevista a Juan Kusnetzoff; «El normal caos del amor», de Ulrich Beck (Ed. Paidós) y diario «El Mundo».

Nota asociada: Algunos casos que ilustran la preferencia

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