¿A qué país querría que se pareciera la Argentina?

Una pregunta elemental para formularle a un político es: ¿cuáles son sus países de referencia? La respuesta brindará una idea del tipo de sistema político, económico e institucional al que adhiere o demostrará alguna contradicción en su pensamiento y, para ello, es interesante comparar lo que contesta con la posición que su país de referencia ocupa en el ranking anual «Democracia, mercado y transparencia».

Desde el 2006, el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) elabora un informe anual en el que utiliza los datos que aparecen en las siguientes publicaciones: Freedom of the World, de Freedom House; Índice de Libertad Económica, de Heritage Foundation y Wall Street Journal y el Índice de Percepción de la Corrupción, de Transparency International. Las calificaciones que brindan cada una de estas tres publicaciones a los respectivos países se ponderan de la misma forma y dan como resultado el ranking «Democracia, mercado y transparencia».

En la clasificación global se incluyen a 153 países y queda fuera del mismo el resto, cuyos datos no se presentaron en alguna de las tres mencionadas publicaciones.

En el 2008, las dos ex colonias británicas, Nueva Zelanda y Myanmar, volvieron a ocupar, como en el 2007, el primero y último lugar de este ranking, respectivamente.

Dinamarca se ubicó segunda a nivel global, se nota que ha achicado bastante la diferencia respecto de Nueva Zelanda y sigue a la cabeza de los países de la Unión Europea. En tanto Suiza ocupa el tercero y también está más cerca de Nueva Zelanda.

El otro país de Oceanía, Australia, está en cuarto lugar y también ha avanzado en su calificación. Por su parte, Canadá aparece en el ranking en quinto puesto y es el mejor posicionado del continente americano. En total, con respecto al 2007, unos 75 países mejoraron su puntaje, otros 62 lo empeoraron y siete se mantuvieron igual. En América Latina, Chile sigue muy por encima del promedio de la región, primero que todos, y con un puntaje de 0,818 se ubica en el puesto 17 a nivel global.

El segundo país de América Latina en este informe es la República Oriental del Uruguay, que con una calificación de 0,779 mejoró su posición respecto del 2007 y de esa manera superó a nivel global nada menos que a Francia y España.

Un dato que llama la atención en el ranking latinoamericano es que cuatro países de la región no registraron ningún cambio en su puntuación de un año hacia el otro: Brasil, la Argentina, Bolivia y Cuba. El informe del 2008 también se detiene en aquellos que ocupan los últimos lugares, caracterizados por ser dictaduras corruptas y con pobreza generalizada. Se trata de Myanmar, Zimbabwe, Turkmenistán, Libia, Uzbekistán, Chad, Bielorrusia, Cuba, Siria, Guinea Ecuatorial y Laos, por ejemplo.

El análisis de los peores países que aparecen en los diez últimos puestos es también una suerte de consuelo para los que viven en lugares con distintas dificultades políticas y/o económicas, pues como se observa, todavía se puede estar mucho peor. Ahora, si se retoma la pregunta del principio, algunos políticos argentinos se identificarán con las sensatas políticas que se vienen implementando en el Chile democrático; unos pocos simpatizarán con el «paraíso» cubano y una gran mayoría pretenderá el modelo de estado benefactor de los países nórdicos para distribuir equitativamente los ingresos, pero con una curiosidad: combinado con los niveles de transparencia de Venezuela. Por eso, los datos que ofrece este informe a nivel global merecen ser observados con atención por la dirigencia política argentina, si es que les interesa favorecer el desarrollo del país. En este ranking, Finlandia está 8º, Suecia 9º, Noruega 16º y Venezuela 115º.

Un editorial del diario «La Nación» de Buenos Aires, publicado el miércoles 21 de noviembre de 2007, referido a este informe, resumía la idea del mismo con suma claridad: «Sin libertades democráticas puede haber economía de mercado pero, como lo demostró Chile durante la dictadura de Pinochet, es muy difícil que haya transparencia gubernamental. Sin ella, como sucede en otros países de América Latina, las libertades democráticas y la economía de mercado corren el riesgo de descarrilar. Y, finalmente, sin economía de mercado, las libertades democráticas y la transparencia gubernamental pueden ser deglutidas por un Estado capaz de demostrar una vez más su ineficiencia, como en tiempos que hoy consideramos pretéritos».

También hay que tener en cuenta que los datos utilizados para la elaboración del ranking 2008 fueron obtenidos entre el 2007 y principios del nuevo año, antes de que el gobierno argentino de Cristina Fernández de Kirchner confiscara los fondos de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), de que estatizara Aerolíneas Argentinas y de que se votara la ley de blanqueo de capitales. Por eso, no debería sorprender demasiado una caída importante de la Argentina en el ranking del 2009, con lo cual, en lugar de acercarse a Noruega, se aproximará más a Venezuela, con las consecuencias políticas, económicas y sociales que ello representa.

 

 

GABRIEL C.SALVIA (*)

DyN

(*) Titular del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina.

GABRIEL C.SALVIA


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