Abel Pintos trae su “Reevolución”

El cantante vendrá a Roca para los festejos del 1 de septiembre.

Lanzado el 3 de agosto, “Reevolución”, séptimo trabajo de su carrera discográfica, encierra un juego de palabras e intenciones para contar un cambio interior y espiritual, y la permanente intención de Abel de renovar el género folclórico y popular, sin abandonar sus raíces en cada nuevo paso. Una producción de sonido contundente, con una actitud más sanguínea y a la vez melancólica, fusión de convicciones y sentimientos. Las trece canciones que lo integran, en su mayoría, fueron compuestas por Abel, sobre formas musicales surgidas de arreglos propios –en colaboración con su hermano Ariel– y del productor Marcelo Predacino. “Incluso cuando estoy en Buenos Aires (donde tiene su residencia habitual) también estoy lejos porque al viajar me hago de gente conocida. He tratado de vencer con el paso tiempo, y creo haberlo logrado bastante, la barrera entre el artista y el público, con el que tenemos una relación muy cercana. Por tanto, cuando me hallo en casa o en mi punto de trabajo, me alejo de tantísimas personas. Cuando cantamos en Salta, estamos lejos de la gente de otro lugar que también nos pide, también nos requiere, nos extraña, quiere escucharnos y tener cerca. Es así como yo vivo y como decidí vivir, en realidad. No me pesa… A veces, cada tanto, tengo que replantearme la relación con la distancia y aprender a existir con ella”, dicen el cantante que vendrá a Roca para presenta su disco en medio de los festejos por el aniversario de la ciudad. –Tomar distancia de la distancia y encontrarte con quienes te nutrieron de niño, los que te alimentan ahora, es… –…una constante. Porque estando de gira, lejos de casa o de mis amigos, a la vez me acerca a algo que ayer tenía lejos. Entonces, es permanente el juego. Por eso dije lo del replanteo de mi relación con la distancia, porque es entenderla y acomodarme a las distintas etapas de mi vida. Cada tanto y frente a cada nueva etapa, me reacomodo y voy encontrando otra manera de relacionarme con la distancia. Como con las personas. –No sin inconvenientes y dolores. –No, por supuesto. El inicio de cada nuevo tramo, me parece, tiene muchas más cosas por venir que las que se van. Pero estas últimas tiran porque ya las conozco y me hacen sentir más cómodo que ante lo desconocido. Desde mi punto de vista y mi experiencia, siempre hay más por venir que lo que se va. Claro que tiene dolores, pero se alejan mucho más rápido porque cuando me predispongo a comenzar una etapa nueva, sé qué dejo atrás y por qué lo hago. –¿Tu nido dónde está? –Y, en casa. Las paredes que integran mi pequeño hogar hacen el nido. Ahí es donde me encuentro conmigo mismo, siendo lo que soy para el público y lo que soy para mí. –Ahí cocinás tus sueños, el alimento espiritual, te ves en el espejo tal cual sos. Donde la máscara, la vestimenta, los atavíos del músico no son necesarios. –Entre el que soy en mi casa y el de gira me diferencia la cosa cotidiana que viven todos; pagar mis impuestos, hacer las compras, ordenarla, cuidarla. Ese tipo de cuestiones, solamente. Después, mis respuestas, mis acciones, mi modo de manejar y de ver, son iguales en un lugar u otro. Pero, esos detalles también me construyen. Después de todo soy el mismo en todas partes, pero con otras particularidades. –De gira sos el que esperan, a quien le gritan “¡Te amo, Abel!” o el título de la canción más deseada. –Yo no pretendo responder a la imagen o a la fantasía que alguien pueda hacerse de mí. Por eso mi relación tan cercana con el público. Supongo que no debería tener motivo alguno para desencantarse, en caso de sentirse encantado por mi música. Yo no soy lo que esperan… siento que la gente espera lo que soy. Saben cómo soy y les gusta. Nada más. Ya de por sí es difícil caerle bien a todos, mucho más cuando es tanta la cantidad de personas que tengo enfrente. El tema “Reevolución” dice: “Cada uno es especial y no existe nadie como vos, como yo/Cada cual en su misión, vos haciendo tu camino y yo cantando esta canción”. “Peregrinos”, la primera, dice: “No se olvida a quien camina y deja huellas al andar”, y al principio de esa estrofa canto: “Es la ley de mi destino la que aquí se cumplirá/No sé adónde va el camino, pero sé de caminar”. Importa que camines pero también que dejes tu huella, tu registro al andar, para que alguien más lo continúe y lo desarrolle alguna vez. Y “No me olvides”, de alguna manera, está escrito también desde ese lugar. Porque, en realidad, si bien yo nunca develo el nombre y apellido de a quién escribo mis canciones, tienen un sesgo que va más allá. Yo hoy le pido a una persona que no me olvide, pero la canción se va a mantener en el tiempo y mañana le estará pidiendo a otras personas que no me olviden, cuando yo ya no esté. No me olviden en el tiempo. Y más adelante, cuando hayan pasado muchos años de mi partida, mi canción le estará pidiendo a alguien que no olvide que yo estuve acá e hice el tema para que pueda desarrollarlo más aún. El sentido del compacto, cuando hablo de no olvidar y de querer estar presente, es más como incentivo para que todos hagan su recorrido para quedar en el tiempo y dejar una huella en el tiempo. No hacer por hacer porque si no la vida se pasa… y, a lo mejor, la felicidad se puede encontrar en disfrutarla y no en verla suceder por al lado.

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“No pretendo responder a la imagen o a la fantasía que alguien pueda hacerse de mí, por eso mi relación tan cercana con el público”.

Eduardo rouillet


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