Adiós a Polo Román: los inimitables del folclore que jamás apagan sus voces

Hay exponentes en todos los órdenes de la vida que nos gustaría fueran eternos. Pero sobre todo en la música se da esa chance por siempre, que las voces elegidas y con sello muy propio se queden.
Esa es la sensación que tengo tras la muerte de Polo Román, el último chalchalero, integrante del histórico grupo folclórico.
Polo Román fue voz y bombo de un grupo que tuvo el sello del folclore tradicional. Y que cuando Los Chalchaleros dejaron de cantar y de recorrer el mundo, se mantuvo activo, siempre ligado a nuestra música y siempre poniendo su característica única. Única porque tal vez Los Chalchaleros fueron el grupo más imitado del país, pero nadie jamás pudo hacer la voz de Polo. Esa voz tuvo y tendrá sello propio por siempre.
El folclore tradicional, ese que hicieron Los Chalchas, los del Alba, Los Fronterizos y algunos más se va quedando sin sus exponentes originales, pero que fueron tan fuertes en su tiempo que se quedaron instalados entre sus seguidores como inmortales de la música.
Y no es una exageración, Polo Román fue uno de los grandes exponentes del folclore, capaz de hacer con su voz, que uno pudiera imaginar a Los Chalchaleros en pleno. En algunos videos que circulan por las redes se pueden ver sus últimas presentaciones con amigos en La Casona en Salta. Sus años y su cansancio jamás apagaron esa voz potente y única, capaz de llevarnos al escenario imaginario de los Chalchas.
Cada exponente de peso que muere se convierte en una gran pérdida para el folclore. Porque forman parte de las voces irremplazables en un escenario donde lo tradicional va perdiendo espacio.
Ojalá exista la chance de renovar esas opciones, de un renacimiento del folclore tradicional que mantenga vivas esas voces, como la de Polo, capaces de transportarnos en el tiempo. Que lleguen voces nuevas con acentos viejos para conquistar seguidores del folclore de todos los tiempos.