Alberto Cortez ofrece un concierto «de cámara»

NEUQUEN (AN).- Alberto Cortez no necesita presentaciones; según él mismo afirma, la gente lo conoce a la perfección a través de las letras de sus canciones, que son el reflejo de su modo de pensar, actuar y sentir. Pero si fuera necesario que se autodefiniese, asegura ser «en el buen sentido de la palabra un hombre bueno», citando al poeta Antonio Machado.

Hoy, los neuquinos podrán ahondar un poco más en la personalidad de este poeta de la música, que durante años dedicó su vida y su carrera a cantarle a los sentimientos y a las realidades. Su voz pausada pero de una fuerza arrebatadora, presentará un espectáculo «de cámara», a las 23, en el salón Rainbow del Casino Magic.

Emplear esta modalidad de concierto solo voz y piano, tiene mucho que ver con la esencia personal de Cortez y con el modo en que él prefiere expresarse y relacionarse con su público.

«Entiendo que mi música no es para bailar ni distraerse con una banda gigante. Es para que la gente pueda estar cómodamente sentada escuchando y yo pueda transmitir mejor mis sensaciones. Además, porque la gente que asiste a mis espectáculos no tiene otra cosa que ver que a Cortez. Y así se crea un clima más intimista, más personal», explicó el cantautor en diálogo telefónico con «Río Negro».

Cortez ofrecerá en la ciudad un viaje imaginario que comenzará con sus primeras composiciones, escritas cuando apenas tenía 20 años, hasta las últimas canciones que cada vez que suenan en un escenario, roban lágrimas y emociones. «Callejero», «Cuando un amigo se va», Parábola de uno mismo», «No soy de aquí», «A partir de mañana», o «Andar por andar, andando», son algunas de las melodías que el público ya sienten como propias.

Pero también habrá nuevas canciones que fueron reunidas en un nuevo CD llamado «Identidad» que la discográfica Emi Music ya lanzó al mercado. Son once canciones, diez de las cuales nacieron del alma y mano de Cortez. Se suma además, un tema que musicalizó sobre una sucesión de coplas escritas por el poeta cubano, Orlando González Esteva.

«Identidad' es el único título que se le podía poner a este CD, como se le podría haber puesto a los anteriores. En cada nueva canción como en las más viejas hay un reflejo de mi identidad como hombre, como artista, como ser humano que siente y que le pasan cosas y que reacciona frente a eso que le pasa», contó Cortez.

Sus nuevas canciones hablan de todo, de las cosas comunes, del amor, de la vida, de los sucesos que acosan a la sociedad en general. «En cada situación que me toca vivir, en cada experiencia nueva, en las cosas que veo a diario y que me molestan, duelen o indignan, en el amor que siento por otra persona, hay un tema para ponerle música y cantar», sintentizó el artista.

Su canción «Gaviota» es una especie de ensayo sobre el vuelo de las gaviotas, «Un hombre pequeño» es un retrato del hombre gris que tiene la única pretensión de ser un buen ciudadano. Luego siguen canciones de alarma, como las define su creador, que mantienen a todos con el alma en vilo.

«También hay canciones de amor y algunas fantasías sueltas, como por ejemplo una que es un viaje al interior de la persona que amo y en ese viaje encuentro una lágrima que no tiene salida y yo la invito a caminar por el alma de la persona que quiero para que pueda salir», reveló Cortez.

Fiel a su estilo, en su nuevo cancionero no pueden faltar las canciones de protesta. En el espectáculo cantará «Qué culpa tengo yo», dedicada a las víctimas del terrorismo, un tema que para el cantautor es una de las peores heridas abiertas del mundo.

Así es la música de Cortez, así es Cortez. Un «hombre bueno», pero además un artista de calidad, comprometido con su alma poeta, pero sobre todo comprometido con la realidad del mundo, en general y de su vecino más próximo, en particular. Un artista que sabe que desde su lugar se pueden hacer cosas para cambiar lo que no gusta y que asume esa responsabilidad como parte de su trabajo.

Alberto Cortez,viene de realizar una presentación en el Luna Park de Buenos Aires y Neuquén es la ciudad que marcará el punto final de una gira por México, Centroamérica y Chile.