Algunos de los que lo sienten o viven de otra manera

ROCA (AR).- Además de los que hoy festejan el día del padre, hay cientos de historias que escapan a lo cotidiano y merecen ser destacadas porque tocan de cerca a la celebración.

Claudio es uno de los chicos que vive en la Casa Refugio «Cachorros de Ninquihue», la obra del hermano marianista Andrés Tocalini.

Como tantos otros, él le dará un beso a Tocalini, que por sus actitudes se transformó en la imagen paternal deseada de los jóvenes que conviven en el refugio.

La vida de Claudio transcurrió desde los 10 años en la calle, sobreviviendo a todos los males sociales. Sin embargo, la obra del hermano Andrés contribuyó con él al brindarle una nueva familia y un lugar donde la contención, la asistencia y la comprensión le marcan el camino.

«Aunque mi viejo está en Roca, para mí el día del padre es un día más. Lo voy a festejar, pero me llevo mejor con mis amigos que con mi viejo y si tengo un problema lo consulto con Andrés», comenta Claudio.

Sus padres se separaron cuando tenía 10 años y como su papá manejaba un camión, no estaba nunca con él. «Yo vivía de casa en casa, con amigos o en la calle. Cuando caía preso, explica Claudio, el que me iba a buscar era el hermano Andrés», recuerda.

Ahora Claudio vive en la Casa Refugio y con su trabajo en la panadería de la Fundación planea construir una casa. «A los chicos que estén en la calle les diría que vengan al refugio, ellos solos se darán cuenta de que es lo mejor».

En busca del hijo

Otra faceta que se presenta en estas fechas está dada por las expectativas de los que quieren ser padres y ponen todos sus esfuerzos para ello.

En lo que va del año, 800 parejas de la región han consultado a especialistas por fertilidad.

El éxito en los tratamientos depende del factor comprometido, de la edad de la pareja y de los años de infertilidad.

Actualmente la mayoría de los pacientes pueden lograr el embarazo con tratamiento o fertilización asistida.

Gracias a los avances en el conocimiento de las causas de la infertilidad y al perfeccionamiento de los tratamientos, el porcentaje de embarazos obtenidos con ayuda médica asciende hoy al 30 por ciento por cada ciclo de tratamiento y acumulativamente (varios intentos), más del 80 por ciento de las parejas tratadas puede concebir un hijo.

Según datos aportados por la Defensoría Oficial de Roca, durante 1999 fueron 20 las parejas de la región que se inscribieron en el registro de adoptantes y finalizaron el trámite.

«El próximo paso es aguardar en una lista de espera por tres años o más. En ningún caso hubo solicitantes hombres solos y de las 20 parejas que finalizaron el trámite, hubo cinco mujeres solteras que adoptarán un hijo», informó la doctora Ana Campari a cargo de la asesoría. Todos ellos ven hoy con otros ojos a quienes son padres. Los movilizan las ganas de recibir un día el beso de un hijo en los días como hoy.

«Que tengan salud y no sufran accidentes»

«A diferencia de la gente de mi generación tuve un padre que para su época, fue mucho más moderno de lo que soy yo para la mía», señaló el juez Pablo Iribarren. Es padre de tres hijos de 13, 9 y 7 años. Teniendo en cuenta la función que desempeña en Roca, el magistrado manifestó que «los chicos no dejan de sentir que son los hijos del juez del Triple Crimen, por eso tratamos de que conozcan cuál es la tarea del papá en la comunidad».

El juez destacó el alto grado de responsabilidad que significa traer un hijo al mundo y manifestó que su principal deseo como padre es «que tengan salud y que no sufran accidentes».

«Nuestro trabajo diario es para darles contención, solidaridad y preparación para que el futuro sea lo mejor posible», señaló.

Consultado acerca de sus expectativas para hoy, Iribarren comentó que «es muy conmovedor percibir los preparativos de los chicos. Estar al tanto de la confección secreta de los regalitos que hacen en la escuela es emocionante, porque uno sabe de qué se trata y nota el orgullo con el que los chicos arman todo». (AR)