Exclusivo Suscriptores

Los perros y nosotros: conocé el origen de las razas y sus por qué

La importancia de conocer las necesidades comportamentales de un perro para su bienestar, desde lo social y funcional antes de integrarlo en la familia. Los consejos del adiestrador canino de Allen, Luis Ayala.

A diferencia de otros tiempos, el perro no tiene una tarea específica en las familias actuales, ya no son necesarias esas cualidades que los hicieron tan útiles en el pasado. Sin embargo, esas características de “perro de trabajo” aún se encuentran en sus genes. “Las razas son una carga genética de cualidades que apuntan a tareas específicas” argumentó Luis Ayala, adiestrador canino de Allen.

El perro siempre ocupó un lugar importante en las tareas cotidianas de las personas y aún lo hace, pero en una escala muy especializada porque la mayoría no tiene una tarea específica – explicó Ayala a Río Negro – ése trabajo por el que fueron seleccionados durante generaciones dejando en sus genes una fuerte carga instintiva que hoy, en la modernidad digital no tiene función.

Hoy, los perros pastores persiguen bicicletas, pelotas y niños – indicó Ayala y argumentó que -los perros antes nos protegían de las ratas y en la actualidad se comen los zapatos o hacen cuevas en los sillones. El profesional, además señaló la dificultad de personas para manejar a perros de gran tamaño y que por tornarse inmanejables no los sacan a pasear, como sucede con muchos mastines, por ejemplo.

“Llevamos a casa un cachorro de Pastor Alemán o Golden Retriever de 40 días, hermoso y suave, con ojos como de personaje de Disney, toda ternura. Lo llenamos de “amor” humano. Nos causa enorme placer tenerlo en brazos y mimarlo.  No lo juntamos con otros perros porque pueden morderlo. Le permitimos apropiarse de nuestra cama, y así un montón de costumbres más. Sin embargo, ese mismo perro, una vez que ha alcanzado los cuarenta kilos, nos demostrará que aún quiere estar en brazos y subirse a la cama, que quiere jugar a lo bruto como cuando era cachorro y que no ha aprendido las habilidades sociales que necesita para comunicarse con otros perros, por lo tanto, termina peleando y no sale más a la calle. Esto suele suceder con muchos perros de talla grande, mestizos o de raza”, argumentó el experto.

En plena actividad de sus funciones diarias con muchos perros y de diferentes razas

Estos son claros indicadores de que los perros aún tienen las características de sus ancestros, instintos fuertemente fijados por la genética de cada raza que no podemos impedir que se manifiesten, enfatizó Ayala y agregó que “sí se puede canalizar esos instintos hacia actividades que los satisfagan. Un perro satisfecho en sus comportamientos de especie y las funciones de su raza es un perro equilibrado. Un perro feliz”.

«Un perro satisfecho en sus comportamientos de especie y, en este caso las funciones de su raza, es un perro equilibrado. Un perro feliz”.

Expresó Luis Ayala a Río Negro.

Por esta razón el instructor hace hincapié en la importancia de conocer las necesidades comportamentales de un perro y su potencialidad genética para su bienestar, desde lo social y funcional antes de integrarlo en la familia, argumentó el experto

El perro siempre ocupó un lugar importante en las tareas cotidianas de las personas y aún lo hace, indicó el profesional.

Un poco de historia…


Se cree que la domesticación del perro ocurrió hace unos 30 mil años, aunque los fósiles caninos más antiguos fueron encontrados en tumbas humanas y datan de unos 14mil años en diferentes lugares, de lo que hoy es Asia y Europa. Lo cierto es que, a través del tiempo, los perros han sido eficaces socios del humano, ya sea siguiendo rastros en largas jornadas de cacería o un eficaz exterminador de alimañas, cuidando rebaños y propiedades.

Los romanos utilizaban como arma letal en sus ejércitos, a los temibles Molossus, un perro de origen griego, ancestro del actual Cane Corso o Mastín Italiano – contó Ayala y aseguró que los españoles de la conquista también traían perros. Vasco Núñez de Balboa tenía a un Mastín Alano Español al que llamó “Leoncico” y según cuenta la historia hasta tenía sueldo de soldado.

A través del tiempo, en Europa se originaron muchas razas caninas, aunque se puede afirmar que Alemania es la nación madre de muchas razas caninas modernas.  

Canalizar esos instintos hacia actividades que los satisfagan harán un perro feliz.

Ayala explicó que el perro Rottweiler era utilizado para tirar de los carritos de los carniceros y el pastoreo del ganado. El Braco de Weimar o Weimaraner fue un gran perro de cobro. El Dachshund, Teckell, o para nosotros más conocido como Salchicha fue un valiente adversario de pericotes, comadrejas y tejones. El Schnauzer “mini” se utilizaba contra roedores de gran tamaño, su barba y cejas, duras y tupidas son un escudo natural contra las mordidas de rata, y el corte de orejas que se les practicaba en aquel entonces, se hacía para evitar lesiones en las mismas.

Ayala afirma que “si el propietario no sabe lo que necesita su perro, difícilmente podrá satisfacerlo”.

El Poodle o Caniche que – si bien se popularizó en Francia por la aristocracia – se cree que su origen es alemán y se utilizaba como ágil perro de cobro de aves que, una vez cazadas, estas caían al agua y por eso se lo llama en algunos lugares “perro de aguas”. El gran Pastor Alemán es otro hito de la crianza germana. Otros perros muy populares en el presente, el Labrador Retriever es oriundo de Terranova, Canadá. El Akita Inu de Japón, el Border Collie, de la frontera entre Escocia e Inglaterra, el Samoyedo y el Husky provenientes de las estepas de Siberia.

Un perro satisfecho en sus comportamientos de especie y las funciones de su raza es un perro equilibrado y feliz, asegura Ayala

“Una larga lista de razas, grandes y pequeñas que fueron concebidas con el propósito de ser valiosos colaboradores del humano”, indicó el profesional.

Para Ayala, la revolución industrial que produjo grandes cambios tecnológicos y sociales influyeron también en la relación de los humanos con los perros, como por ejemplo no necesitar tanto a los pastores con sus eficaces canes.

“La electricidad, la refrigeración, la industrialización de los alimentos dejaron sin trabajo a esos perritos valientes que mantenían a raya a los roedores”, señaló el experto haciendo hincapié que en nacientes y pujantes ciudades industriales no había gallinas, ni ovejas que cuidar porque la sociedad había cambiado en muchos aspectos, sus hábitos de vida, en un tiempo relativamente corto.


Galería de adopciones



Comentarios