Cisneros y una historia de gol

El delantero Leopoldo Cisneros está vinculado al fútbol desde muy pequeño. Sus alegrías y tristezas, en el deporte que ama. Con 36 años es el goleador emblema de Cruz del Sur y de la Liga. “Voy a jugar hasta que me den las piernas”, sostuvo.

Se crió con tres hermanas en un hogar de padres separados, en un barrio de Rosario. Luciana, su hermana mayor, le enseñó a jugar al fútbol, en el patio trasero de la casa. Allí, dio sus primeros pasos con una pelota. Y nunca la abandonó.

El fútbol le dio a Leopoldo Cisneros las mayores alegrías. También lo sumergió en una profunda depresión, cuando el club donde se había formado desde los 11 años, y que amaba con el alma, le cerró las puertas. Rosario Central no lo eligió para firmar su primer contrato. Los sueños de jugar en el gigante de Arroyito se desmoronaron. “Fue el momento más triste de mi carrera no haber firmado contrato con Central”, reconoció Cisneros.

“Fui alcanza pelotas detrás de un arco durante un tiempo y soñaba con jugar ahí adentro, en la cancha”, comentó. En la práctica previa a la definición, Cisneros estaba en el selectivo. Apareció el entrenador del primer equipo, el legendario Carlos Timoteo Griguol, “a limpiar porque decía que había muchos jugadores”. “En esa práctica la rompí”, rememoró. “Mis compañeros me decían que seguro que iba a firmar”.

Pero llegó un representante con un jugador colombiano, que ocupó la vacante. Así, conoció “el manoseo” que existe en el fútbol profesional. Central lo dejó libre, con 21 años.

“Dejé el fútbol un año y medio. No quería jugar más y me agarró una depresión”, contó. Otra vez Luciana lo rescató. “Me insistió que no abandonara”, relató Cisneros.

Decisiones

Volvió a enamorarse y participó de un selectivo que River organizó con unos 800 jóvenes. “Quedé entre los cinco elegidos y me llevaron a Buenos Aires, pero River pretendía cedernos a otros clubes como para foguearnos. A mí me quería mandar a Atlanta y no quise”, comentó. “Hay cosas de las que hoy me arrepiento”, admitió. Algunos de sus compañeros de esa época, que fueron cedidos, regresaron y jugaron en River.

“En ese momento me manejaba solo. No tenía ningún jugador mayor que me aconsejara”, explicó. Resolvió irse a jugar a la Liga Casildense, donde recuperó la pasión por el fútbol. Marcó 20 goles.

Allí, comenzó un largo peregrinaje, que incluyó 10 clubes. Jugó en Paraguay, Uruguay y hasta en el Standard de la primera división de Azerbaiyán.

Llegó a Cruz del Sur en 2005. “Conocía Bariloche por el viaje de egresados y acepté venir más que nada para venir a divertirme”, reconoció. “Pensé que el fútbol no existía, pero me sorprendió. Jugábamos con Independiente de Neuquén, Deportivo Roca, Madryn, Alianza, concentrábamos, era profesional”, rememoró.

En Bariloche conoció a su esposa y en abril de 2007 nació su hija. A los tres meses surgió la posibilidad de ir a jugar al fútbol de Azerbaiyán. “Fue una experiencia increíble”, aseguró. Allí, vivió momentos hermosos. Pero no tenía a su familia. El idioma fue otra complicación. Resolvió regresar al país y jugó en Argentinos de Rosario. Después, volvió a Bariloche.

Su casa en Bariloche

“Vuelvo a Cruz del Sur por la gente, por el presidente del club (Rodolfo Rodrigo) que me aprecia mucho, tengo a mi esposa, mis dos hijas y mi trabajo”, explicó.

Recordó con cariño su paso por Cipolletti, donde estuvo un año. En Alianza, de Cutral Co, conoció al “Bambi” Flores. Para Cisneros ,el mejor técnico que tuvo.

“Voy a jugar hasta donde me den las piernas. No me quiero retirar horrible”, afirmó, el delantero emblema de Cruz del Sur. Hoy, con 36 años, es el goleador de la Copa Bariloche. Anotó 19 goles en 5 partidos. Un registro difícil de igualar.

Dijo que no lleva un registro, pero indicó que en el Argentino B anotó 73, según los datos oficiales y más de 100 sólo en la liga local. Estima que en toda su carrera marcó unos 250 goles.

Hoy, Cisneros alterna su trabajo en la empresa AVC, con los entrenamientos. Se viene la definición de la Copa Bariloche, el torneo local, aunque el anhelo del club es lograr ascender al Argentino A.

Dijo que abrió una escuelita de fútbol para niños de 4 a 12 años. “Quiero devolver un poco de lo que el fútbol me ha dado”, aseguró. Aunque su sueño es ser entrenador de divisiones inferiores.

“Me cuido más que antes”, aseguró. Sabe que son los últimos cartuchos en el deporte del que se enamoró a los 4 años, cuando cruzó por una canchita de baby fútbol de la mano de su madre y descubrió un mundo fascinante.

Cisneros admitió que tendrá que prepararse para la despedida, porque no será fácil.

“Lo siento demasiado el fútbol. Me educó, me contuvo y es lo que estuvo siempre cerca mío. A veces lloro, cuando me pongo a pensar en el retiro”.

“Bariloche necesita infraestructura. Llegué en el 2005 y sigue casi todo igual; no creció nada. Hay muy buenos jugadores, pero los clubes no invierten”.

Una “rabona” que dio la vuelta al mundo

“Golazo en Argentina: una rabona que vale una salvación”, tituló el diario deportivo Marca, de España, el 25 de junio de 2011. Leopoldo Cisneros no lo podía creer. Su gol contra San Jorge, de Tucumán, ayudó a Cruz del Sur a mantener la catgoría en el Argentino B, y dio la vuelta al mundo.

“Estaba en un párrafo de la portada donde aparecía el Kun Agüero y Cristiano Ronaldo; no lo podía creer”, recordó.

“Me escribieron de Brasil, de Ucrania si le podìa mandar más goles porque estaban interesados en mí”, aseguró.

“Cuando jugué en Cipolletti, la gente me rompía todo el tiempo para que tire rabonas”, contó.

Cisneros sostuvo que es el gol más importante que hizo “porque aseguró el tiunfo y nos salvamos del descenso”.

Datos

“Lo siento demasiado el fútbol. Me educó, me contuvo y es lo que estuvo siempre cerca mío. A veces lloro, cuando me pongo a pensar en el retiro”.
“Bariloche necesita infraestructura. Llegué en el 2005 y sigue casi todo igual; no creció nada. Hay muy buenos jugadores, pero los clubes no invierten”.

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