«´Calipo´, un hombre de sueños sin tiempo»

Apenas a unas horas de comenzar el Jueves Santo, Mariano Moreno supo de la partida al cielo del hijo del pueblo, de ese hijo que más de una vez se puso la camiseta para defender sus colores de crecimiento. Con lágrimas de tristeza y pena, Mariano Moreno vio partir a Osvaldo Ricardo Funes, el vecino al que todos conocimos simplemente como «Calipo», un hombre heredero de una bandera de compromiso y solidaridad, enseña que con orgullo supo enarbolar alguna vez el recordado Anacleto Almentor. «Calipo», al igual que su padre y que muchos habitantes ilustres, pudo visualizar un pueblo distinto y se animó a construirlo con palabras y, lo que es más importante: con acciones concretas.

Como nativo de estas tierras creció con esa idea y los bancos, los pizarrones y los rincones de la Escuela 36 fueron testigos inmutables del sueño de ese niño que con el tiempo le tomó prestado el apellido a un soldado del RIM 10… por esas cosas raras de la vida tenían un gran parecido, eran casi calcados.

De ese apellido prestado nació uno de los apodos emblemáticos de la localidad, la marca registrada de un hombre que hizo camino al andar. Desde ese momento el joven Osvaldo Ricardo postergaba su nombre para siempre: nacía «Calipo».

A partir de esos años la bandera Funes comenzó a agitarse y mientras más flameaba más inquietudes nacían. Así, lentamente, «Calipo» entendió ese mensaje de que «sin participación no había desarrollo» y se animó a participar, a hacer y a transformar su pueblo.

En este camino emprendido fueron pasando acciones en el Club Social y Deportivo, el Club Hípico, la Cooperativa de Agua Potable, AFR «Valle del Covunco», la parroquia Sagrada Familia, la comisión pro-gas y servicio eléctrico y tantas otras cosas.

La historia le reservó dos acciones emblemáticas: la primera, ayudar y ser protagonista central del nacimiento institucional de Mariano Moreno. De sus acciones y de su mano nacía nuestra municipalidad.

Después acuñó otro desafío, darle a Mariano Moreno una fiesta que la supiera representar en la provincia. Nació así, con toda pasión, el carnaval, un emblema cultural de referencia.

Estos logros que menciono tal vez sean una décima parte de lo que «Calipo» supo forjar, pero son los que le han reservado párrafos importantes en la historia local.

Muchas cosas se le reprocharon y discutieron, tal vez los métodos con los cuales encaraba sus acciones… pero los que no ameritaban ningún tipo de discusión eran sus ganas de hacer, el empuje y ese espíritu de ir siempre para adelante a pesar de las críticas y las adversidades.

Así logró muchas de las cosas que hoy nosotros podemos ver y de las que podemos disfrutar y servirnos.

«Calipo» ha entrado a la historia por ser el primer intendente del pueblo, por ser el alma del carnaval y por ser el transmisor de un mensaje de lucha, esperanza y sueños de transformación.

«Calipo», una marca registrada de amor y pasión por el pueblo que lo vio nacer, que lo vio partir y que hoy lo llora.

«Calipo», un hombre de sueños sin tiempo. Hoy todos elevamos una oración en tu memoria. Que descanses en paz. Un abrazo eterno.

Fabián Cares, DNI 22.086.099

Neuquén


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