Cancha chica, pasión grande

Se editó “En cancha chica”, el último libro de cuentos de fútbol de Juan José Panno.

Literatura

Como si cada gajo de la pelota de fútbol tuviese grabada una historia, un enigma, una anécdota la obra literaria del periodista deportivo Juan José Panno toma en pleno vuelo forma de diccionario, de acertijo, y ahora de minicuento en su nuevo libro “En cancha chica”.

El último libro de Panno (editorial Colihue) con un toque de humor en las ilustraciones de su hijo Juan Panno, se suma a su lista de títulos futboleros: “Corazón y pases cortos”; “Pelotas chicas, pelotas grandes”; “Juegos de fútbol” (con Alejandro Fabbri) y “Diccionario Fóbal Club”.

Con una extensa trayectoria dentro del periodismo deportivo -Goles, El Gráfico y Página/12, entre otros medios- el periodista, cofundador de la escuela de periodismo TEA, dialogó con Télam acerca de los disparadores de su obra.

– La frase “La imaginación al potrero” te define como detector de baldíos en la cotidianidad rutinaria, menos lúdica.

– El baldío y la calle son para mi generación la esencia del fútbol. Aparecen en la búsqueda de la recuperación de los años felices de la infancia Y el súper profesionalismo del fútbol se puede digerir mejor con esa mirada tal vez un poco melancólica del que fueron y pudieron haber sido los jugadores.

– Resulta interesante, cómo eludís en tus mini relatos la curva trillada del futbolista que pasa por la gloria y termina en la lona.

– No vayas a creer. En el libro hay un cuentito que juega con “La metamorfosis”. Un crack que por culpa de un penal errado y un gol en contra se despierta una mañana convertido (por los hinchas que lo habían idolatrado) en un monstruoso insecto. Es el único, creo. Pero la gambeta del tema no es deliberada.

– ¿Cómo fue tu llegada a la minificción, al microcuento?

– A través de la radio. Tenía un programa de historias de vida en Nacional, “Medio y medio”, medio perfil, medio biografía, medio historia de vida. Luego con el mismo nombre hice un programa de cuentos y para potenciarlo armé un sitio web cuentosymas; el sitio y el programa me acercaron a la microficción. Conocí a unos tipos fantásticos que me impulsaron a escribir En cancha chica.

– En alguna entrevista hace ya algún tiempo que dijiste que el periodista, al ejercitar la síntesis, corre con ventaja en el género…

– El oficio te obliga a escribir en cinco líneas del copete la caída de las Torres Gemelas o el recuerdo de un aniversario del 17 de octubre de 1945. Los buenos copetes que resumen una noticia, te obligan a contarlo casi todo y dejar abierta una puerta para que el lector siga bajando en la lectura. Lo esencial de la buena microficción es lo que sugiere; lo que se ve es apenas la punta del iceberg.

– En “Cancha chica” están incluidos tus excelentes minicuentos que resultaron premiados en distintos años en el concurso “Twitter por la Identidad”; en uno de ellos titulado “Abuela”, escribiste esto: “¡Qué coraje grande que tenés! -Para encontrarte mejor.”..

– Un certamen que hacen las Abuelas de Plaza de Mayo en la búsqueda de más difusión de su lucha. Premian 20 textos todos los años, que se van ilustrados por conocidos ilustradores. El premio fueron un par de libros y lo mejor de todo, el abrazo de Estela de Carlotto. La fantasía mía -y de los demás autores, descuento- es que algún joven atraído por los textos y los dibujos se pregunte por su verdadera identidad y la recupere.

– Una característica que se observa en tus minicuentos es su desenfado, la ironía, el humor de la mano del juego de palabras.

– Es lo que me parece que me sale. Por lo general las devoluciones que me hacen, van por ese lado. El “Negro” Fontanarrosa decía que lo mejor que le podía pasar con sus cuentos y su novelas era que la gente le dijera que se había recontramuerto de risa. A veces me dicen “che , me hiciste reír”. No es poco.

– Algunos minicuentos subrayan una marca: lo lúdico y azaroso del fútbol, contra una planificación rígida, la certeza, lo infalible.

– El fútbol es la dinámica de lo impensado. Hay una especie de minicuento de Dante Panzeri. El tipo tenía que ponerle nombre a su libro contra esa planificación excesiva, que ya se daba antes, y puso un título que resume todo: “Dinámica de lo impensado”. En el fútbol no hay fórmulas ganadoras y por cierto el azar juega un papel enorme.

– Tu minicuento “Sueños” se desmarca del resto del libro por su aire fantástico: un arquero que se mete en el sueño del delantero. que va a patearle un penal al día siguiente y que logra engañarlo.

– Sí, abre el libro. Por eso de que en toda definición por penales, tiene que patear primero el mejor. Debo haberme inspirado en un libro que leí más de una vez, Narraciones breves y extraordinarias, de Borges y Bioy Casares”. Aunque creo que el único Borges al que me parezco es a Carlos, un uruguayo que jugó en Racing en los 60.


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