A 37 años de la marcha de obreros de la construcción de Piedra del Águila
En 1986, a tres años de la reapertura democrática argentina, un grupo de obreros de la construcción que trabajaba en la represa de Piedra del Águila, provincia del Neuquén, protagonizó una huelga en demanda de mejoras salariales y condiciones de seguridad. Luego de asambleas deliberativas, los obreros decidieron marchar desde Piedra del Águila hasta la capital de la provincia: recorrieron unos doscientos treinta kilómetros a pie con el fin de que sus reclamos sean escuchados. La coyuntura parte de puntos insoslayables como la reapertura democrática en 1983, que puso fin a una dictadura militar que había dejado sin participación a los sindicatos y gremios, la crisis económica reinante como consecuencia de los años anteriores y que llevó al endeudamiento externo y, a su vez, las soluciones que los ministros de economía de los gobiernos de turno trataron de buscar sin éxito.
Es importante recordar el apoyo que los obreros recibieron, tanto a lo largo de la marcha como a su arribo a Neuquén, por parte de la sociedad neuquina y la iglesia. Son de destacar las figuras de don Jaime de Nevares, obispo de Neuquén, el Padre Rubén Capitanio, el Padre Juan San Sebastián y el Padre José María D’Orfeo, entre otros. Piedra del Águila es uno de los mayores aprovechamientos hidroeléctricos construido en el país y una de las piezas claves del sistema eléctrico nacional. Cuando la empresa Hidronor cumplía veinticinco años se puso en marcha este emprendimiento. Ubicado sobre el río Limay, a unos doscientos cincuenta kilómetros de Neuquén y San Carlos de Bariloche, nació con el objetivo de producir energía eléctrica, para lo que se integró al Sistema Interconectado Nacional a través de la red de 500 KV. La presa tiene una altura máxima de ciento setenta metros, medida que duplica la del Chocón.
En la foto que acompaña al escrito, vemos a Alcides Christiansen hablando a los compañeros obreros ante la resolución de las medidas a tomar para lograr mejorar las condiciones del trabajo. Nos brindó -hace varios años- testimonio de este hecho histórico.”
La caminata fue una propuesta del MAS: llegó a la región Hugo Manes dirigente del partido, dio apoyo a la huelga; se habló de los hechos de los compañeros de las Pirkitas de Jujuy que habían realizado lo mismo y habían tenido éxito. Se votó endurecer las medidas y se votó por la caminata.” “El reclamo era dirigido a la empresa UCASA y, como el complejo pertenecía a Hidronor, se extendía al gobierno nacional y al gobierno provincial ya que el viejo anhelo de los obreros de la construcción era pedir el 40 por ciento de zona desfavorable”. Los obreros marcharon a pie los doscientos treinta kilómetros hasta la capital neuquina. Eran argentinos de distintos lugares del país, bolivianos, peruanos y chilenos que llegaron al territorio neuquino en un momento de fuerte migración interna hacia esta región. En búsqueda de trabajo y buenas condiciones sociales se ocuparon donde había mayor demanda: el rubro de la construcción era una de ellas. La edificación de la presa, una de las más grandes que se construyó en el país, empleó a muchos trabajadores.
El 21 de abril de 1986 a las 8:30 de la mañana, acompañados por algunas esposas, diputados provinciales y dirigentes políticos y sindicales, iniciaron la marcha hacia Neuquén tres mil obreros de la construcción de Piedra del Águila. Hicieron escala en El Chocón el 24 de abril de 1986 bajo una intensa lluvia. Varios trabajadores, sentados a la vera de la ruta y junto a fogatas encendidas, se mostraban decididos a no volver al trabajo si no conseguían algo sustancial de lo que reclamaban.
“Ganamos o morimos” parecía ser la premisa que defendían. El 26 de abril continuó la marcha y se ratificó la huelga en asamblea realizada en Senillosa, localidad cercana a la capital neuquina. En síntesis, la huelga obrera de Piedra del Águila de 1986 fue una de las movilizaciones pioneras en la provincia del Neuquén al momento del retorno de la democracia por dos razones: por un lado, porque significó un quiebre en la conducción al interior del gremio UOCRA, y por otro lado porque se produjo por la participación decisiva de algunos partidos de izquierda con incidencia local durante el desarrollo del conflicto. En el día del trabajo un homenaje a todos los hombres y mujeres que, en todos los tiempos, supieron luchar por sus derechos.
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