Desmenuzando

Redacción

Por Redacción

Un discurso ético no necesita fundarse únicamente en una “verdadera”, absoluta y trascendente concepción del bien y el mal, de lo que es correcto o incorrecto.

Si uno piensa, sopesa y reflexiona sobre el efecto que sus acciones causan en la vida de los demás –buscando que éste sea el mejor– está reflexionando éticamente. Eventualmente, para enriquecer y ampliar su percepción de las acciones posibles y disponibles, usted podrá consultar diversa bibliografía y seleccionar los conceptos y argumentos que le parezcan más profundos, verdaderos y efectivos para las circunstancias que está enfrentando. Pero la reflexión la hace usted, usted decide qué hacer, decir o callar, usted observa e interpreta las consecuencias, usted le asigna valor a los efectos y resultados emergentes y sigue en cierta línea o vuelve a empezar. Según yo, hay dos herramientas para construir bienestar en su entorno: manejarse con verdad y amor. Nos hace felices y así ganamos el favor de Dios y de los hombres. Para tanto, cultive su sabiduría y su inteligencia y domine su lengua. En la lengua están la vida y la muerte, la bendición y la maldición. En la sabiduría hay riquezas y honores.

Alberto Félix Suertegaray

DNI 14.169.481

Alberto Félix Suertegaray

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