La «Casa de las bombas», testigo vivo del Neuquén del siglo XX

Cuando estas tierras de la Norpatagonia ingresaron al concierto de la nación argentina, el ferrocarril fue el que abrió los caminos para que esto sucediera. Así lo reflejaban los diarios de 1940, pasquines que también daban cuenta de que “al terraplén, durmientes, alcantarillas y estaciones siguieron las cargas de picos, palas, máquinas de labranzas y máquinas hidráulicas, las que señalaban el advenimiento de una nueva época”, nos contó don Isidro Moreno hombre del ferrocarril.

El aislamiento de los territorios patagónicos fue uno de los motivos que aludían los gobernadores territorianos al hablar de la lejanía en que nos encontrábamos. Parecía que las tensiones entre Argentina y Chile -originadas por el Tratado de 1881- determinaron una “paz armada”, con preparativos para la guerra. Por ello es que el Estado nacional tomó conciencia de que la deficiencia en materia de medios de comunicación y transporte iba a ser la mayor dificultad para la defensa de la frontera, por lo que sería necesario extender la vía férrea. Es así que se hizo la prolongación de la Línea Bahía Blanca – Neuquén, a cargo del Ferrocarril del Sud. Empezaron las gestiones ante las autoridades de la Compañía Gran Ferrocarril del Sud -entidad que ya había realizado por su cuenta estudios sobre la traza para llegar hasta este poblado-, la cual contestó al Gobierno que era necesario el apoyo del Estado por cuanto los campos en general eran pobres de aguada y pastos, y la población reducida y esparcida en gran extensión. Finalmente, el 31 de marzo de 1896 el contrato fue aprobado y a partir de allí la empresa Ferrocarril del Sud profundizó y aceleró los estudios.

En julio presentaron planos para la conexión de los primeros 175 kilómetros, y en septiembre de 1897 el gobierno autorizó a la empresa habilitar el primer tramo entre Bahía Blanca y Río Colorado. En junio del año siguiente se autorizó el segundo tramo (Río Colorado-Choele Choel) y seis meses más tarde se habilitó el tercero (Choele Choel- Chelforó). El ritmo fue ágil y se mantuvo hasta completar el trazado, con la culminación de la punta de riel en mayo de 1899.

La concesión otorgada al FCSUD (Ferrocarril del Sud) para prolongar su vía desde Bahía Blanca hasta Neuquén tenía una condición importante exigida por el gobierno nacional: la construcción del puente que cruzara el río Neuquén, ya que en épocas de creciente este bravío solía llegar hasta el pueblo llamado Limay (hoy Cipolletti).Tras varios contratiempos y peripecias, el 26 de junio de 1901 se practicó la prueba de resistencia del puente, y el 12 de julio de 1902 un decreto autorizó a la empresa responsable librar al servicio público la estación Terminal Neuquén, clausurándose la anterior, Estación Limay. Posteriormente se construyó el tramo entre Neuquén y Zapala. La casa de las Bombas fue Declarada por Ordenanza 13904 en el año 2019 “Patrimonio Arquitectónico, histórico, cultural y paisajístico” a la estación de “Bombeo del ferrocarril” que fuera construido en 1930, para abastecer el Tanque Monier de la antigua estación de trenes de la ciudad sita en el parque Central; tomaba agua del río Limay era impulsada al centro de la ciudad donde estaban ubicados los tanques de agua del sistema ferroviario que abastecía a las locomotoras a vapor.

Está ubicada en el barrio Belgrano, sobre calle Bolívar. El edificio principal contiene paredes macizas de gran espesor, revocados de ambos lados amplios ventanales con aberturas originales de hierro y madera, vidrio repartido y postigones de madera. Las puertas son de madera maciza torneadas, sin mantenimiento, pero no poseen grandes roturas. La cubierta es de chapa ondulada sobre perfiles de hierro –antiguos rieles de FFCC- con pendiente hacia la cara sur del edificio.

Dentro del mismo predio hay dos construcciones más, casillas de pinotea, típica construcción ferroviaria en muy buen estado. Allí dictó clases de apoyo la Asociación Ingkahue para niños del Barrio Belgrano, y también funcionó un taller de costura. Una vez más agradezco el valioso aporte del Archivo Histórico Municipal por el resguardo de la documentación que nos permite recuperar y mantener la memoria y la historia. El espacio está destinado a visitas culturales de escuelas, talleres pedagógicos, transformado hoy en un importante centro cultural.


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