Las nuevas ideas de la juventud
Santino Juan Cruz Sandoval DNI 47.470.783, Estudiante de Economía – UNLP
LA PLATA
El surgimiento del peronismo, y su posterior vaivén entre la proscripción, la oposición y el gobierno, estuvo marcado por una fuerte participación juvenil. En sus orígenes fue un movimiento revolucionario en un sentido literal, un movimiento que llegó con ideas disruptivas a cambiar el panorama ideológico del momento.
Este surgimiento se dio en el marco de un gran descontento popular con la clase política anterior al peronismo, que se vio reflejada en el profundo sentimiento justicialista que hervía de muchos jóvenes.
Como es lógico, con el paso de las décadas, las ideas peronistas (junto con sus reversiones) dejaron de ser revolucionarias para transformarse en parte del pensamiento común, pasando de ser un movimiento especialmente joven a uno doctrinario.
En la actualidad, estamos asistiendo al nacimiento de un nuevo partido que vuelve a convocar fuertemente a los jóvenes. El movimiento libertario, o mileista, como me gusta llamarlo, viene a proponer nuevas ideas revolucionarias.
Hoy la juventud vuelve a cargar contra la clase política, pero con distintos reclamos. En esta oportunidad, no se pide por más derechos, ni más ayudas, ni más estado. En esta oportunidad los jóvenes reclamamos por lo que la clase política nos arrebató: la esperanza de creer en un futuro con una Argentina próspera y democrática; la posibilidad de progresar sin el peso de un Estado que parece cada vez más grande e ineficiente; el pensar que nuestra salida no está en Ezeiza.
Si la vieja clase política no quiere, en el largo plazo, ser irrelevante, deberá ayornarse a lo que piensa el nuevo electorado. Mientras en términos sociales, la diversidad de opiniones es mucho más amplia, en términos económicos el debate es más conciso. Las nuevas generaciones (incluyendo jóvenes libertarios, peronistas, radicales, republicanos, etcétera) acordamos tácitamente que la discusión debe girar sobre cómo y cuánto el Estado debe controlar a la economía, pero que está inevitablemente se debe basar en los mecanismos de mercado.
Lo que personalmente me preocupa, es el peligro que representa que los políticos se aferren a ideas pasadas, directamente contrarias a las economías de mercado, con el único fin de mantener sus privilegios. Ya que esto en el mejor de los casos llevaría a un estancamiento, y en el peor, a la destrucción total del ya frágil entramado económico argentino, arrastrando a la Nación a una situación solo vista en estados fallidos.
Si la clase política insiste en ignorar las señales que envía la juventud, corre el riesgo de repetir los errores del pasado: aferrarse al poder mientras la sociedad cambia por fuera de las estructuras tradicionales. La historia enseña que los movimientos que no se adaptan terminan siendo derrotados. Quizás estemos asistiendo, una vez más, al comienzo de ese ciclo.
Santino Juan Cruz Sandoval DNI 47.470.783, Estudiante de Economía - UNLP
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