Qué está pasando con los hidrocarburos y agrotóxicos que llegan al río Negro

Científicos de la Universidad Nacional de Río Negro y el Conicet hicieron un estudio sobre los contaminantes en el agua. Cuáles son las áreas más afectadas.

La presencia de contaminantes en las aguas del río Negro despierta preocupación entre la comunidad científica de la Patagonia Norte. Un nuevo estudio científico detectó que los efectos sobre el ecosistema acuático no revisten de severa peligrosidad, pero advierten que las señales de alerta no deben ignorarse.

Así lo reveló el informe de estado ambiental del río Negro realizado por investigadores del Instituto Argentino de Oceanografía, del Conicet y la Universidad Nacional de Bahía Blanca y la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN). El análisis comparativo de los niveles de hidrocarburos y plaguicidas fue recientemente difundido por la revista científica Environmental Pollution, de la editorial internacional Elsevier.

Hicieron un análisis de muestras de agua recogidas en 21 puntos de la región. Se cubrió un rango de 600 kilómetros, desde la confluencia del río Limay y Neuquén, hasta la desembocadura en el Golfo San Matías.

Los investigadores fueron con el objetivo primordial de medir la presencia de partículas de hidrocarburos, concretamente, de los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP). Estos son compuestos orgánicos que son constituyentes naturales del petróleo crudo, pero también aparecen en los procesos de combustión incompleta o pirólisis. Estos últimos son los más tóxicos.

“Nosotros fuimos sitio por sitio y buscamos diferenciar si los hidrocarburos que encontrabamos provenían de un derrame o eran generados por una combustión, como por ejemplo de un motor”, señaló el doctor en Biología, Andrés Arias, que trabaja en el Instituto mencionado en Bahía Blanca, en diálogo con Diario RÍO NEGRO.

Encontraron que hay presencia de hidrocarburos generados por combustión por encima de partículas provenientes de derrames.

Los resultados del análisis no fueron tan marcados como suponían. Prevaleció la presencia de hidrocarburos generados por combustión por sobre los indicios de partículas provenientes de derrames.

“Uno de los objetivos era ver si encontrábamos petróleo crudo, porque sabemos que hay explotación de petróleo en la cuenca alta. Solo pudimos encontrar fracciones de aceite en las áreas más densamente pobladas, como Neuquén o Cipolletti. Sin embargo, el patrón era mixto, había hidrocarburos tanto combustionados como aquellos que no”, precisó.

Los máximos niveles de contaminantes fueron encontrados en las estaciones de Neuquén, Fernández Oro, Allen, Regina e Isla La Paloma (ubicada cerca de la desembocadura del río). Sin embargo, la presencia de hidrocarburos se produce de forma bastante uniforme y homogénea.

“Estamos reportando una presencia en todo el río, es decir, no hay lugares con mucha presencia de carburos y lugares que no. Están presentes en todo el río, con picos en las zonas conglomerados urbanos que tienen como estructuras de extracción de gas y de petróleo”, amplió.

Como se trató de un estudio de partículas y no sobre sedimentación, se evidenciaron diferencias de acuerdo a la estación del año. Los investigadores estiman que se debe a un factor íntimamente ligado al nivel del caudal, a su vez, motivado por los deshielos.

Más del 80 % de las muestras de agua obtenidas se hallaron dentro de los objetivos de los estándares internacionales que regulan la presencia de hidrocarburos en el agua. El restante 20% superó los niveles permitidos de Antraceno, Pireno, Fluoranteno y Benzo-a-antraceno, que son compuestos químicos provenientes de la combustión de automóviles y de otras fuentes derivadas del petróleo y el gas.


Cuál es la situación con respecto a los agroquímicos


Una segunda parte del estudio consistió en el análisis de plaguicidas organoclorados. Este tipo de compuestos químicos, utilizados para el combate de plagas en la agricultura, se caracterizan por poseer una alta eficacia y una extrema toxicidad.

“Estos plaguicidas están prohibidos desde la década del 90’ en Argentina y desde la década del 70’ a nivel mundial. Fueron incorporados por la Convención de Estocolmo (tratado internacional que regula el tratamiento de los contaminantes orgánicos persistentes) porque tienen la característica de durar demasiado en el ambiente y en los seres vivos”, describió Arias.

El estudio reveló, para sorpresa de los investigadores, que los niveles de plaguicidas presentes en el río Negro son iguales a los detectados en un estudio de 2006. Arias sostuvo que ese hallazgo puede deberse a que continúan utilizándose de manera ilegal en la industria de la fruticultura.

Se detectaron plaguicidas en el río que están prohibidos. Se deberían aumentar los controles.

“Están presentes en cantidades similares a lo que midió en el año 2006 la doctora Karina Miglioranza. Lo cual nos está diciendo que no sólo permanecen sino que probablemente haya ingresos recientes de alguno de esos compuestos clorados. Sabemos que se siguen fabricando en el mercado negro y se siguen utilizando. No es que los usan porque la gente sea mala, sino porque son efectivos”, señaló.

Los compuestos se encontraron de forma más abundante en las estaciones de Fernández Oro, Paso Córdoba, Pomona, Conesa, Isla La Paloma y Desagüe Patagones.

“A los plaguicidas los estamos viendo en muchos lados. Incluso, en el valle inferior que no es un sitio de explotación agrícola. Aunque los principales picos los observamos en áreas de gran desarrollo productivo”, concluyó.


Cuáles son los riesgos de la presencia de hidrocarburos y plaguicidas en el río Negro


El informe ambiental del río Negro aseguró que los niveles encontrados de hidrocarburos y plaguicidas en el agua no revisten, en las condiciones actuales, un riesgo severo a largo plazo para el ecosistema.

“Si bien existen algunas excedencias puntuales a los valores recomendados, se puede concluir que no se esperan efectos adversos en la vida acuática por exposición crónica de estos compuestos”, precisa el escrito.

Sin embargo, los autores advierten que los efectos de los contaminantes no deben ser subestimados, y mucho menos, ignorados. En un contexto en el que también inciden otros factores en la supervivencia de la fauna y la flora, como la introducción de las especies exóticas y la destrucción paulatina de los hábitats naturales.


Cómo se podría reducir la presencia de hidrocarburos y plaguicidas en el río Negro


El informe ambiental del río Negro fue presentado con la premisa fundamental de dejar un registro para la formulación de políticas ambientales por parte de los organismos de control público.

Sin embargo, según los científicos del Conicet y la UNRN no se necesitan grandes iniciativas para mejorar el estado actual de los contaminantes del agua. Se necesita principalmente controles efectivos cuando se hace el vuelco de los residuos de la producción y la industria. Tal como ocurre con las campañas de recolección de los envases fitosanitarios utilizados en la fruticultura.

“En un contexto en el que 44% de las aguas a nivel mundial llegan sin tratamiento a los cursos acuáticos, ya sean ríos, lagos o mares, a veces cuando uno simplemente trata sus residuos urbanos se pueden lograr mejoras sustanciales en la calidad del cuerpo receptor, sin necesidad de hacer grandes estrategias”, advirtió el investigador Pablo Arias.


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