Qué hace que la rana del Valcheta sea un símbolo de conservación global
El trabajo por la protección, la reproducción y la reintroducción del anfibio exclusivo de Patagonia fue premiado en el Reino Unido
En el árido paisaje de la Meseta de Somuncura, en Río Negro, sobrevive una de las especies más amenazadas del país: la Ranita del Valcheta. Este pequeño anfibio, exclusivo de los arroyos termales de la región, mide apenas 4 centímetros, pero enfrenta un grave riesgo de extinción debido a amenazas como la introducción de especies invasoras, el deterioro de su hábitat y enfermedades.
En respuesta, un ambicioso plan de conservación liderado por científicos argentinos busca garantizar su supervivencia a largo plazo, un esfuerzo que ha sido reconocido con el Premio Whitley 2025, conocido como el “Óscar verde”, otorgado en el Reino Unido.
La Ranita de Valcheta está clasificada como críticamente amenazada por la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), con una población estimada entre 3.700 y 6.500 individuos maduros.
Las principales amenazas incluyen la presencia de truchas arcoíris invasoras, que ocupan los espacios naturales de la ranita y limitan su distribución, así como el avance de especies invasoras vegetales, el uso intensivo de los recursos hídricos, enfermedades como la quitridiomicosis y los efectos del cambio climático, como la sequía y la fragmentación del hábitat.
El trabajo para proteger a la Ranita de Valcheta se centra en un enfoque integral que incluye la restauración de hábitats, la reintroducción de poblaciones en áreas donde se extinguieron y la participación activa de las comunidades locales.

Cómo se trabaja por la ranita
Desde 2012, el científico Federico Kacoliris, junto con Jorge Williams de la Fundación Azara, ha liderado el proyecto con estudios ecológicos, reproducción controlada y restauración del hábitat de la especie. En 2014, se construyó el primer centro de rescate, un hito clave para la conservación de la especie. Este centro emula las condiciones de su hábitat natural, permitiendo la creación de una colonia de supervivencia que ha sido fundamental para la reproducción controlada y la posterior reintroducción de individuos en la naturaleza.
Además, el proyecto ha logrado restaurar un 15% más de hábitat para la ranita, al mejorar la densidad y salud de las poblaciones en las áreas restauradas. La protección de la especie también enfrenta la amenaza del sobrepastoreo y el pisoteo de su hábitat por parte del ganado, lo que agrava aún más la situación de la ranita. Para contrarrestar estas amenazas, se están implementando medidas para restringir el acceso de la trucha arcoíris y proteger los espacios naturales que aún quedan para la ranita.
Gracias al reconocimiento internacional del trabajo de Kacoliris, el proyecto recibe ahora apoyo financiero en el Reino Unido y acceso a una red global de expertos, lo que permitirá continuar ampliando la protección de la Ranita de Valcheta y sus hábitats, con el objetivo de garantizar la supervivencia de esta especie única.
En el árido paisaje de la Meseta de Somuncura, en Río Negro, sobrevive una de las especies más amenazadas del país: la Ranita del Valcheta. Este pequeño anfibio, exclusivo de los arroyos termales de la región, mide apenas 4 centímetros, pero enfrenta un grave riesgo de extinción debido a amenazas como la introducción de especies invasoras, el deterioro de su hábitat y enfermedades.
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