Crítica de “Libranos del mal”

Nuestra opinión: Regular

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Durante 18 años Ralph Sarchie se desempeñó como oficial de policía en el Precinto 46 en el Bronx, uno de los barrios más peligrosos de la ciudad de Nueva York. Mientras trabajaba para la policía dedicaba parte de su tiempo a investigar fenómenos paranormales.

Tras casarse y tener una hija, entró en el estudio de la Demonología tras contactarse con Ed y Lorraine Warren -y si les suena estos nombres es porque son la pareja en que se basa la película de terror El Conjuro (The Conjuring, 2013)-.

Fue su estudiante, dejó su trabajo y se dedicó tiempo completo a combatir a las fuerzas demoníacas. En 2001, junto a la periodista Lisa Collier Cool, publicó su libro “Beware the Night”. Allí describe en detalle algunos de los casos paranormales más perturbadores en los que participó y en el que se basa este film.

Irak, 2010.

Tres soldados persiguen a sus enemigos por un territorio en el que encuentran una cueva que deciden investigar. Allí descubren unas inscripciones extrañas en una pared y son atacados por algo desconocido.

Nueva York, 2013. Ralph Sarchie (Eric Bana) es un veterano policía que trabaja en la zona del sur del Bronx. Sarchie tiene “corazonadas” sobre qué llamadas debe atender junto a su compañero Butler (Joel McHale). Es así que responden a un llamado en el zoológico para buscar a una mujer que extrañamente tiró a su pequeño hijo en la jaula de los leones. Lo que parece el comportamiento de una mujer psicótica pronto se convierte en una sucesión de hechos desconcertantes que llevan a Sarchie a pensar que hay fenómenos paranormales involucrados en todo esto. La aparición de un peculiar sacerdote llamado Mendoza (Édgar Ramírez), que le explica lo que está pasando, hará que el policía se convenza que debe unir fuerzas con él para resolver el caso de la única manera posible: practicando un exorcismo.

El director Scott Derrickson y su amigo Paul Harris Boardman decidieron adaptar esta historia “basada en hechos reales”. Esta dupla, que sorprendió con la inquietante El Exorcismo de Emily Rose (The Exorcism of Emily Rose, 2005), tiene un paladar particular por todo lo referido a temas satánicos, sólo basta ver sus filmografías.

O sea, tienen bastante experiencia en el rubro y en cómo crear los climas necesarios para dar un buen susto. ¿Cuál es el problema de este film? La respuesta es una película: El Exorcista (The Exorcist, 1973). El film de terror dirigido por William Friedkin, para quien escribe, es el mejor de todos los tiempos y estableció una vara muy alta en cuanto al género. Si hablamos de películas sobre exorcismos, cualquiera que trate de tocar el tema tendrá el peso de este clásico sobre sus hombros. Líbranos del Mal se apoya en golpes de efectos, maquillajes espeluznantes y sonidos ensordecedores para procurarnos terror. Y si bien tiene algunas cosas interesantes, todo eso no es suficiente para que un fanático del género vea sus expectativas colmadas.

En cuanto al elenco, punto para destacar es el correcto trabajo del venezolano Ramírez, que compone a un personaje muy interesante cuyos matices lo enriquecen. Eric Bana debe extrañar aquellos tiempos de Munich (2005) que lo tuvieron en la gloria, ya que últimamente sus elecciones de roles dejan mucho que desear. McHale, como su compañero, acompaña muy bien, así como Olivia Munn personificando a su sufrida esposa.

Líbranos del Mal pasará sin pena ni gloria por los cines argentinos y ayudará al Diablo en esa estrategia que dicen que tiene que es “hacernos creer que no existe”. Estamos condenados.

Leo González


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