Quiero decir: el concurso de Roca que convierte la escritura adolescente en un libro

Organizado por el Fondo Editorial Municipal, de la Secretaría de Cultura de Roca, el certamen cierra la convocatoria de este año el 19. Ya hay 92 textos presentados. Se publicará una nueva antología con premios de hasta $200.000.

El periodista Jorge Lanata solía decir que “si una persona come dos pollos y otra ninguno, la estadística concluye que cada una comió uno”. Las estadísticas sobre los adolescentes suele ubicar a la mayoría en el apartado de No lectores, de poco dados a la escritura, de interesados exclusivamente en las redes sociales. La realidad demuestra que algunos -parafraseando a Lanata- no comieron pollo y que sí escriben.
El botón de muestra es el certamen “Quiero decir”, un espacio en el que la palabra de los estudiantes roquenses, de 13 a 18 años, no sólo se escribe, sino que además se publica y circula. Organizado por el Fondo Editorial Municipal (FEM), dependiente de la Secretaría de Cultura del Municipio de General Roca, este concurso literario, que empezó en 2017 y que va por su octava edición, abre la posibilidad de que alumnos de primero a quinto año, de escuelas públicas y privadas, acompañados por sus profesores de Lengua y Literatura, encuentren en el cuento, la poesía y el microrrelato un territorio propio. Un lugar donde la escritura deje de ser exclusivamente tarea escolar.


La comunicadora y especialista en edición Thais Herrera, que trabaja en la organización del certamen, subraya la importancia de que los adolescentes tengan un lugar donde su palabra se vuelva pública: “La escritura en la adolescencia es un territorio de descubrimiento. Que el municipio sostenga un certamen como Quiero decir significa reconocer que esas voces tienen valor y que merecen ser escuchadas”.

Thais Herrera, del Fondo Editorial Municipal, dependiente de la Secretaría de Cultura de Roca.


El certamen se organiza en dos categorías: de 13 a 15 años, y de 16 a 18 años, y admite tres géneros literarios -cuento, poesía y microrrelato-, con tema libre. Los textos deben ser inéditos y se presentan en formato digital, con límites de extensión (tres páginas). Los premios incluyen sumas de dinero, ejemplares del libro publicado y menciones especiales. Pero más allá de lo material, lo que se pone en juego es la posibilidad de ver la propia escritura impresa, compartida con otros jóvenes de la ciudad.


Este año, hasta hoy, se presentaron 92 textos (hay tiempo hasta el 19 de diciembre para sumarse), una cifra que confirma el interés sostenido de los jóvenes por participar y compartir su escritura. Los premios también refuerzan la importancia de la convocatoria: el primer lugar en cada categoría recibirá $200.000 y cinco ejemplares del libro, el segundo $120.000 y tres ejemplares, y el tercero $100.000 y tres ejemplares, además de menciones especiales con certificado y ejemplares.

El libro, que sale impreso y se presenta en la Feria del Libro Municipal, luego se distribuye en las escuelas y en las Bibliotecas Populares de la ciudad.


Más allá del aula



Los testimonios de docentes que acompañan a sus estudiantes en el proceso de escritura confirman esta idea. María Laura Bordato, profesora de Lengua y Literatura, señala: “El certamen me permite promover en mis estudiantes no sólo el arte de la escritura sino también la interacción y participación en instancias en las que pueden poner en juego diferentes herramientas. Es altamente significativo que las instituciones gubernamentales propicien espacios en los que la creatividad se conjugue con la literatura”.


Por su parte, la profesora Maite Barreto destaca que “la literatura sale del aula y se convierte en una experiencia viva y genuina. Les da a los estudiantes la oportunidad de descubrir su propia voz, de reconocerse como autores y de compartir lo que piensan y sienten con otros”.


La escritura adolescente, como muestran los textos que año tras año se publican en las antologías del FEM, se mueve entre la exploración íntima y la mirada crítica sobre el entorno. Los poemas suelen ser confesionales, atravesados por la intensidad de las emociones propias de la edad: el amor, la amistad, la pérdida, la búsqueda de sentido. Los cuentos, en cambio, revelan la capacidad para construir mundos imaginarios, a veces fantásticos, otras realistas, donde se filtran preocupaciones sociales y políticas.


“El 80% de los textos están relacionados con sus vivencias. El adolescente tiene mucho para decir y a veces le cuesta, pero encuentran en la escritura, donde sabe que nadie lo va a juzgar, un lugar para decir. Y entonces hablan de situaciones que han vivido, emociones, cuestiones familiares. Por supuesto hablan del amor, de desencuentros amorosos, hay cuestiones de soledades, y también algún que otro tema de salud”, dice Herrera.


Herrera insiste en que estos textos no deben leerse con condescendencia, como “ejercicios escolares”, sino como producciones literarias en sí mismas. Lo que sí se ha notado en esta edición es que hubo textos que fueron generados, en alguna de sus partes, por Inteligencia Artificial.


Espacios para la ilustración y los adultos



El FEM, además de organizar el certamen juvenil, sostiene convocatorias para autores adultos y concursos de ilustración, lo que configura un ecosistema cultural que busca dar visibilidad a la producción local. Para los adultos, la convocatoria para conformar una antología de cuentos cierra el 31 de marzo de 2026 (por dudas o consultas enviar mail a fondoeditorialmunicipal@generalroca.gob.ar o por
WhatsApp solo mensajes 2984336510). En el caso de “Quiero decir”, la apuesta es doble: por un lado, estimular la escritura como práctica formativa; por otro, construir comunidad literaria entre adolescentes que descubren que no están solos en su deseo de narrar y poetizar.


La importancia de este certamen radica también en el modo en que legitima la escritura adolescente frente a la sociedad. En un contexto donde la lectura y la escritura suelen ser vistas como obligaciones escolares, “Quiero decir” las convierte en una posibilidad real. Los jóvenes no escriben para una nota o un examen, sino para ser leídos, para dialogar con otros. Esa diferencia es crucial.


Además del certamen literario, el Fondo Editorial Municipal impulsa el Concurso de Ilustración de Portada del libro Quiero decir 2025. La convocatoria está abierta a quienes deseen aportar su mirada visual y acompañar con imágenes las voces adolescentes. Las obras deben presentarse en formato digital (PNG o JPG), en hoja tamaño A4, y permanecer inéditas hasta la publicación del fallo.


El premio para la ilustración ganadora es de $300.000 en efectivo, junto con el certificado correspondiente y cinco ejemplares del libro ilustrado. La fecha de cierre es también el 19 de diciembre, y las consultas pueden realizarse por correo electrónico a fondoeditorialmunicipal@generalroca.gob.ar o por WhatsApp (solo mensajes) al 2984336510. De este modo, la propuesta suma un componente visual que completa la experiencia de edición colectiva.

En seis días más, el viernes 19 de diciembre, cierra la convocatoria para esta edición 2025 del certamen. Hasta esa fecha, los adolescentes de la ciudad tienen la oportunidad de enviar sus cuentos, poemas o microrrelatos y sumarse a una tradición que ya lleva ocho años.


La profesora Maite Barreto lo resume con claridad: “Ver sus poemas y relatos impresos, junto a los de otros jóvenes, los hace sentirse parte de una comunidad literaria y les da la certeza de que su voz tiene valor”. Esa certeza, reforzada por la publicación y el reconocimiento, es lo que convierte al certamen en un espacio para que las voces adolescentes encuentren lugar y visibilidad.


Quién es Thais Herrera


Thais Herrera nació en Roca y se formó en Comunicación en Buenos Aires. Su trayectoria combina la docencia, la edición y su trabajo en el FEM. Durante diez años vivió en México DF, donde trabajó en proyectos editoriales y colaboró con revistas literarias, experiencia que le permitió ampliar su mirada sobre la literatura latinoamericana y el papel de la palabra en contextos diversos.

De regreso en la Argentina, se convirtió en profesora de Lengua tras recibirse en la Universidad Nacional del Comahue


El periodista Jorge Lanata solía decir que “si una persona come dos pollos y otra ninguno, la estadística concluye que cada una comió uno”. Las estadísticas sobre los adolescentes suele ubicar a la mayoría en el apartado de No lectores, de poco dados a la escritura, de interesados exclusivamente en las redes sociales. La realidad demuestra que algunos -parafraseando a Lanata- no comieron pollo y que sí escriben.
El botón de muestra es el certamen “Quiero decir”, un espacio en el que la palabra de los estudiantes roquenses, de 13 a 18 años, no sólo se escribe, sino que además se publica y circula. Organizado por el Fondo Editorial Municipal (FEM), dependiente de la Secretaría de Cultura del Municipio de General Roca, este concurso literario, que empezó en 2017 y que va por su octava edición, abre la posibilidad de que alumnos de primero a quinto año, de escuelas públicas y privadas, acompañados por sus profesores de Lengua y Literatura, encuentren en el cuento, la poesía y el microrrelato un territorio propio. Un lugar donde la escritura deje de ser exclusivamente tarea escolar.

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